Arrestaron a comisarios por cobrar a prostitutas
EXTORSIÓN. Se estima que los policías recaudaban cada día $ 60.000 en Lomas de Zamora
Fueron detenidos tres comisarios que formaron parte de la cúpula de la comisaría 4ª de Lavallol, en el partido de Lomas de Zamora, tras una investigación que determinó la existencia de una red policial que exigía a prostitutas el pago de dinero. Se estima que cada día se recaudaban con esa extorsión $ 60.000. Otro comisario, a cargo de la Jefatura Distrital de Ezeiza, está prófugo tras los allanamientos realizados ayer por la Gendarmería. Además fueron arrestados otros cuatro efectivos de la policía bonaerense.
Para siete policías de la comisaría de Llavallol, la rotonda en la que se cruzan el Camino de Cintura y la avenida Antártida Argentina era una caja negra que les permitía recaudar $ 60.000 diarios por favorecer la prostitución y el narcotráfico. Esos uniformados, entre los que figuran un comisario inspector, dos comisarios, tres oficiales principales y un suboficial, fueron apresados ayer por efectivos de la Gendarmería y personal de la Auditoría General de Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad bonaerense. Otro comisario está prófugo.
Según fuentes de la investigación, los policías le cobraban entre 400 y 700 pesos por día a cada mujer que ejercía la prostitución en esa zona del Camino de Cintura. En tanto que los travestis que se dedicaban al narcomenudeo debían pagarles a los policías 2000 pesos diarios para poder vender droga.
“Cuando detuvimos al cobrador, en marzo, le secuestramos $ 60.000 en efectivo. Ese dinero era sólo lo que había recaudado en una noche, así que haga el cálculo de a cuánto llegaba el monto que juntaba durante un mes”, expresó uno de los investigadores judiciales.
A partir de ese elemento y otras pruebas incorporadas al expediente, los investigadores presumen que los policías acusados llegaban a recaudar casi $ 1.800.000 mensuales merced a permitir que, al menos, 45 mujeres por día ejercieran la prostitución en doce cuadras y en ambas manos del Camino de Cintura, en una zona roja que tenía a la rotonda de Llavallol como uno de los extremos.
Sólo a uno de los policías detenidos se le secuestró ayer $ 100.000 en efectivo, cuyo origen no pudo justificar. Mientras que, al revisar la casa de una oficial principal, la única mujer detenida, los investigadores encontraron varios envoltorios de papel brillante con una sustancia que, según fuentes policiales, sería paco.
Al ingresar en la casa de un subcomisario, los funcionarios de Asuntos Internos hallaron un arsenal, que consistía en una ametralladora Halcón y dos pistolas 9 mm sin los permisos de portación o tenencia correspondientes. En tanto, en la oficina del jefe de calle de la comisaría de Llavallol, los investigadores secuestraron un maletín con dos pistolas 9 mm que tenían las numeraciones limadas.
“Los policías eran muy violentos con las mujeres que no querían pagar la coima para ejercer la prostitución. El encargado de recaudar no era policía pero se hacía pasar como el jefe de calle de la comisaría de Llavallol. Una vez que juntaba el dinero, se lo llevaba al oficial de servicio, quien se lo entregaba al comisario. Cuando el recaudador fue detenido en marzo pasado llevaba $ 60.000 en efectivo, que era el producto de las coimas que le pagaron en una sola noche”, explicó uno de los investigadores del Ministerio de Seguridad bonaerense.
Con la detención del recaudador y de otros seis sospechosos comenzó la investigación que incluyó los cruces de llamadas telefónicas y declaraciones de las mismas mujeres eran explotadas sexualmente. Los detenidos
Según informó el Ministerio de Seguridad provincial, los sospechosos detenidos habrían sido identificados como el comisario Nicolás Félix Breglia, los comisarios Patricio Kearny Herrera y Javier Caffarena, el teniente primero Jorge Abel Virreira y los oficiales César Pérez, quien se desempeñaba como jefe de calle de seccional de Llavallol, Brian Robledo, que integra la misma dependencia y la oficial principal Claudia Ferrando. Si bien tres de los acusados, actualmente no trabajaban en la comisaría de Llavallol, hasta hace un año cumplieron funciones en esa dependencia.
Hasta anoche la investigación contra los policías de Llavallol tenía un sospechoso prófugo, que habría sido identificado como el comisario Héctor Coquean, actualmente a cargo de la Jefatura Distrital de Ezeiza, quien fue jefe de calle en Llavallol en 2015.
Este comisario estaría vinculado con un grupo de abogados llamados en la jerga policial como “caranchos” que se dedican a supuestas defraudaciones con accidentes de tránsito contra compañías de seguros o propietarios de vehículos que protagonizaron incidentes en la vía pública.
Además de los funcionarios de Asuntos Internos, la investigación estuvo a cargo de personal de los efectivos de la Unidad Inteligencia Buenos Aires Sur de Gendarmería Nacional, quienes se encargaron de presentar las pruebas ante el fiscal federal de Lomas de Zamora, Sergio Mola y el juez federal Federico Villena.
Los testigos indicaron que diariamente advertían la presencia de mujeres que ejercían la prostitución a la vista de todos los automovilistas y transeúntes que transitaban por las doce cuadras del Camino de Cintura desde la rotonda de Llavallol hacia Burzaco. La mujeres negociaban con los automovilistas en la vía pública y delante de los policías apostados en el móvil policial estacionado sobre la rotonda. Los uniformados no sólo permitían la prostitución, sino que explotaban a las mujeres porque lucraban con la actividad.
Además de los siete policías detenidos y acusados por la justicia federal, la Auditoría de Asuntos Internos desafectó a otros tres uniformados que formaron parte de la dotación de la seccional de Llavallol en los últimos 24 meses.