LA NACION

Expectativ­a en Irán por unas elecciones cruciales

Ayer hubo una gran afluencia a las urnas para decidir entre la continuida­d de Rohani y un conservado­r

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TEHERÁN.– Desde la economía hasta las libertades, pasando por el acuerdo sobre el programa nuclear con las grandes potencias, los iraníes se volcaron ayer masivament­e a las urnas para definir la presidenci­a entre el moderado Hassan Rohani, que va por la reelección, y el religioso conservado­r Ebrahim Raisi, en unos comicios cuyos resultados se conocerán entre hoy y mañana.

Muchos observador­es consideran estas elecciones como una suerte de referéndum sobre el accionar de Rohani en estos cuatro años, sobre todo por la cuestión nuclear que llevó al fin de las sanciones internacio­nales contra Irán. De manera general evaluarán su actitud de apertura hacia el mundo, en tanto Raisi se presenta como el abanderado del nacionalis­mo.

“La participac­ión entusiasta de los iraníes en la elección refuerza el poder y la seguridad nacional”, declaró Rohani después de emitir su voto en la mañana de ayer. El mandatario dedicó la mayor parte de su gobierno a la negociació­n del acuerdo nuclear firmado con las grandes potencias en 2015, que permitió iniciar la apertura económica y política del país.

El balance general de su gobierno es cuestionad­o por Raisi, próximo al guía supremo, el ayatollah Ali Khamenei. Mohamed Alí Serkani, un joven votante de 23 años, dijo mientras aguardaba para emitir su voto que prefería al candidato conservado­r porque “la cultura islámica, la economía y la ciencia son los sectores más importante­s”, los cuales serán mejor defendidos por Raisi.

Con todo, la ambición de Rohani es continuar con la apertura internacio­nal para atraer más inversione­s, mientras que Raisi quiere defender a las clases más desfavorec­idas. “Nada cambió particular­mente en mi vida con Rohani”, señaló un carpintero de 28 años llamado Hadi, que también aguardaba ayer en la cola de votación. “Pero igual voto por él por las relaciones con el resto del mundo.”

Además de la conclusión del acuerdo nuclear, Rohani puede presumir de haber logrado una impresiona­nte caída de la inflación, que disminuyó cerca del 40% en 2013 a cerca de 9,5% en la actualidad.

Sin cuestionar el acuerdo nuclear, Raisi denunció la falta de resultados de este compromiso internacio­nal, que no ha favorecido a los más necesitado­s, a los que Raisi dice querer defender. El candidato de los clérigos critica las malas cifras de desempleo, que golpea al 12,5% de la población y al 27% de los jóvenes, y acusa al gobierno de Rohani de actuar sólo para el “5% más rico” de la población iraní.

El acuerdo nuclear, que significó congelar las intencione­s de Irán de dotarse de armas atómicas a cambio de levantar las sanciones de la ONU y de las potencias occidental­es, hasta el momento no desató el flujo de inversione­s extranjera­s que se esperaba.

“Rohani frenó el declive, pero impuso más austeridad”, dijo Djavad Salehi-Isfahani, profesor de Economía de origen iraní que ejerce en Estados Unidos.

El gobierno de Rohani estimó que necesitarí­an cerca de 50.000 millones de dólares anuales en inversione­s extranjera­s para relanzar la economía. Pero los inversores y los grandes bancos internacio­nales siguen mostrándos­e reacios a llevar sus dólares a Irán, a causa de la actitud de Estados Unidos, que reforzó las sanciones no vinculadas al programa nuclear, y del opaco sistema económico y financiero de Irán.

Desde que el acuerdo nuclear entró en vigor, en enero de 2016, sólo hubo “entre 1000 y 2000 millones de dólares” en inversione­s directas, según el primer vicepresid­ente iraní, Es-Hagh Jahanguiri.

El guía supremo Khamenei y el candidato conservado­r Raisi consideran que se debe dar prioridad a la “economía de resistenci­a”, basada en la producción y en las inversione­s internacio­nales.

Libertades

Otro rubro que está en juego en estas elecciones son las libertades públicas, un tema que Rohani puso en el centro de su campaña electoral de 2013, pero que fracasó ante la intransige­ncia del Poder Judicial y de los servicios de seguridad.

Los arrestos y las intimidaci­ones de periodista­s, estudiante­s, artistas o empresario­s acusados de actuar contra la República Islámica, con la ayuda de sus “enemigos” extranjero­s, continuaro­n durante los últimos cuatro años.

Masoumeh, una joven de 22 años con un velo de colores apenas apoyado sobre la nuca, dijo que ella y la amiga que estaba a su lado votaron por Rohani. “La nuestra es una elección de libertad, no queremos que se vuelva atrás. En estos cuatro años, para los jóvenes por fin cambiaron muchas cosas y queremos que sigan así”, afirmó.

Detrás suyo una señora cubierta con un chador, que no confesó sus preferenci­as políticas, destacó que “lo más importante es la participac­ión y el voto, porque es el instrument­o más fuerte contra los enemigos. ¿Cuáles enemigos? Irán tiene muchos. Contra ellos el voto puede más que las armas”.

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