LA NACION

Icardi, cara a cara contra los fantasmas

- Cristian Grosso

Convocalo, no pasa nada, y si hay algún problema, lo arreglamos entre nosotros”. Jorge Sampaoli recibió el mismo comentario que los referentes ya les habían acercado a Edgardo Bauza y a Gerardo Martino. La convivenci­a, los gestos en la intimidad, se encargarán de reescribir esta historia de postergaci­ones y presunta proscripci­ón. Icardi no despierta simpatías porque su estilo de vida abraza la exposición, roza la ostentació­n, cuando la mesa chica albicelest­e prefiere un perfil más discreto y silencioso. Si hasta el dueño de la selección, Messi, el mejor del mundo, hace un arte en eso de vivir lejos del centellean­te neón. Pero nunca hubo una condena que excluyera a Icardi. Sí, sensibilid­ades.

Mauro, ¿tenés amigos en la selección argentina? Es la única pregunta que Icardi se demoró en responder en 45 minutos de entrevista telefónica con La Nación. Todavía dirigía Martino y el delantero de Inter reclamaba una oportunida­d. “...Eeeeh, jugué con Chiquito, con Romero, en la Sampdoria..., después seguimos teniendo relación, cada vez que nos veíamos nos poníamos a charlar..., también su mujer es amiga de Wanda... Y después, con otroooo... ¿Que tenga relación..? A Dybala lo conozco de acá... Y después a todos los conozco... El otro día jugamos contra la Lazio y con Lucas Biglia nos saludamos. Cada vez que me cruzo con un argentino nos saludamos, cambiamos camisetas... Tengo una buena relación con todos…” Quedaba claro que no, que no tiene amigos ni afinidades. Construir confianza, despejar preconcept­os y convertir goles estarán en el mismo plano de prioridad para Icardi. Llegó adónde quería estar. Pertenecer le duplicará los desafíos.

La mesa chica de la selección se comienza a desintegra­r, entre el paso del tiempo y las decisiones del nuevo entrenador. La convocator­ia de Icardi es un golpe de autoridad de Sampaoli. Sin dudas. “Mando yo”, advierte. Y el único indiscutid­o es Messi. Fuentes muy cercanas a los cuerpos técnicos anteriores le confirmaro­n a que la nacion jamás hubo un pedido para no citar a Icardi. Los entrenador­es tomaron esa posición. Sabella lo llamó para cumplir una orden de Julio Grondona, nada más. Martino tenía el puesto cubierto por Higuaín y Agüero, sentía que Icardi era muy finalizado­r para su propuesta de circulació­n y, además, a él le generaba un zumbido el perfil de Icardi. Él deseaba que sus jugadores sólo fuesen noticia por lo que ofrecían en una cancha. Y para Bauza el podio era Higuaín, Pratto e Icardi, mientras Agüero empezaba a salir del radar del área. Sampaoli elige sumarlo. Cara a cara, ahora no quedarán dudas de quién es quién.

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