El FMI insta a mantener el plan de austeridad
Advirtió que vigila de cerca la situación del gobierno brasileño; mantuvo sus perspectivas de crecimiento de 0,2% para este año
WASHINGTON.– Mientras crece la presión en Brasil sobre el gobierno del presidente Michel Temer, el Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió ayer que va a vigilar de cerca la turbulencia política en el país, al que instó a mantener el impulso de las medidas de austeridad fiscal.
“Un equipo nuestro está yendo a Brasil dentro de dos semanas para conocer de cerca la situación y volver” con un cuadro detallado sobre la economía en medio de la crisis, señaló ayer Krishna Srinivasan, director adjunto del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI.
Luego de las nuevas acusaciones de corrupción contra el presidente Michel Temer, el organismo pidió al país mantener el impulso de las medidas de austeridad fiscal ante la baja de los precios de sus materias primas de exportación.
El FMI incluyó su sugerencia para Brasil en el informe oficial sobre las perspectivas generales para América latina, un reporte que el organismo con sede en Washington ya había anticipado el mes pasado. El informe publicado ayer dejó por ahora sin cambios las proyecciones económicas que habían sido dadas en aquella oportunidad.
De todas formas, el FMI preparó su informe antes de que Temer desafiara a sus críticos, al afirmar que no renunciaría. El Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil autorizó que se lo investigue por sospechas de que consintió el soborno de un posible testigo.
“Es demasiado prematuro para evaluar las consecuencias de eventos que aún están desarrollándose”, dijo el director del Departamento del Hemisferio Occidental, Alejandro Werner, en una conferencia de prensa en San Pablo. También señaló que “la volatilidad aumentó” con los sucesos de esta semana.
“Estaremos acompañando de cerca la situación en las próximas semanas para evaluar si precisamos alterar nuestra proyección. Por ahora mantenemos la proyección” de un crecimiento de 0,2% para este año, reiteró el economista.
En cuanto a sus propuestas, el FMI consideró que la reforma de las pensiones que está en discusión en el Congreso brasileño “es necesaria para garantizar que el tope fijado al gasto federal sea viable y que el sistema de jubilación siga siendo capaz de sustentar a las futuras generaciones de brasileños”.
“Es fundamental explicar la importancia de esta reforma para evitar que se diluya el proyecto”, añadió, en línea con las preocupaciones de inversores inquietos por la posibilidad de que el gobierno de Brasil haga demasiadas concesiones para lograr los votos suficientes a fin de aprobar la impopular reforma.
También se sugirió considerar la modificación de la política de indexación de los salarios mínimos. Además, pidió programas de austeridad para varios estados brasileños que afrontan tensión financiera.
Las recomendaciones para Brasil tienen lugar mientras todos los países de la región atraviesan un período prolongado de ajuste a niveles “estructuralmente más bajos” de ingresos provenientes de las materias primas y de demanda externa, en especial dado el cambio de modelo económico en China, dijo el FMI.
En general, para toda América latina el FMI reiteró su visión de que los riesgos para el crecimiento han aumentado “con una posible reorientación en el régimen de políticas de Estados Unidos, un auge del nacionalismo económico (...) y un potencial endurecimiento de las condiciones financieras internacionales”. Con respecto a México, el FMI repitió un pedido que ya había hecho previamente para establecer un consejo fiscal imparcial.