LA NACION

Randazzism­o. Toda la apuesta a la interna

- Bullrich

Los protagonis­tas

Sólo los muy optimistas ya hablan del “randazzism­o”. Los más realistas admiten que esa categoría no existe. No todavía, al menos. En el universo de quienes apoyan la candidatur­a de Florencio Randazzo a senador hay peronistas “sueltos”, intendente­s, gremios y movimiento­s sociales.

Los intendente­s del grupo Esmeralda fueron el primer motor de su postulació­n. Sin embargo, a principio de año, alentados por los números que Cristina Kirchner sigue cosechando en sus distritos y, en menor medida, por la indefinici­ón de Randazzo, tomaron distancia del ex ministro y volvieron a tender puentes con sus pares kirchneris­tas.

Con Randazzo se quedaron Gabriel Katopodis (San Martín), Juan Zabaleta (Hurlingham) y Eduardo “Bali” Bucca (Bolívar), que actúan como sus voceros. La semana pasada se les sumó Alberto Fer- nández, como jefe de campaña.

Tras el desembarco de Héctor Daer, diputado y uno de los jefes de la CGT, la incorporac­ión de ex massistas está frenada, aunque los contactos siguen. Hubo conversaci­ones con Facundo Moyano y con Felipe Solá, que ratificaro­n su pertenenci­a al Frente Renovador.

Randazzo cuenta con el apoyo de gremios del transporte, la UOM y el Smata, del Movimiento Evita que dirige Fernando “Chino” Navarro y del senador Juan Manuel Abal Medina. También, de dirigentes como Julián Domínguez, que quiere ser candidato a diputado.

La postura

El espacio pretende (y necesita) quebrar la polarizaci­ón entre Mauricio Macri y Cristina Kirchner, el esquema binario que promueven tanto el Gobierno como el kirchneris­mo y deja a Randazzo afuera.

El enemigo discursivo será Macri. Quedó claro esta semana. En su primera admisión pública de que piensa en ser candidato (“Siento la obligación”, dijo), Randazzo no habló de Cristina. En cambio, tildó al Gobierno de “insensible”. No apuntar a la ex presidenta es una manera de “disimular” el hecho de que Randazzo formó parte de su gobierno hasta el último día.

Sin embargo, para quedarse con la candidatur­a del peronismo, Randazzo necesita diferencia­rse de Cristina, ponerla sobre el ring. Al mismo tiempo, necesita tomar distancia del discurso kirchneris­ta, que también apuntará contra Macri, razonan cerca del ex mimistro. En el campamento de Randazzo resumen la estrategia dialéctica con un eslogan: “Votar contra La Cámpora en agosto y ponerle un freno a Macri en octubre”.

La definición de candidatos

Reclamar que las candidatur­as se definan en las PASO es hasta ahora el principal pilar de la campaña de Randazzo.

Si prosperara ese mecanismo, y no la lista de unidad que promueve el kirchneris­mo, el ex ministro de Transporte enfrenta dos escenarios posibles: una interna contra Cristina Kirchner, con la ex presidenta como clara favorita, o una disputa con el candidato que ella designe. Si el panorama fuera el segundo, cerca de Randazzo ven a Daniel Scioli y creen que frente a cualquier otro candidato las chances del hombre de Chivilcoy aumentan sustancial­mente. Aunque en las últimas semanas circuló la versión de un acuerdo con Sergio Massa, esa amalgama nunca fue más que una presunción.

“Las PASO no son negociable­s. Tenemos los fiscales, los avales y la decisión de dar la pelea. El kirchneris­mo no tiene margen para negarnos la interna”, aseguran los laderos de Randazzo. Dicen tener espaldas para armar listas propias en todos los distritos de la provincia.

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