LA NACION

Malestar de los gobernador­es tras ser marginados en el reparto de planes de vivienda

La Casa Rosada dispuso centraliza­r las licitacion­es y enviar los recursos directamen­te a los municipios; los mandatario­s acusan al Gobierno de “discrecion­alidad”

- Gabriela Origlia

CÓRDOBA.– La decisión de la Casa Rosada de centraliza­r las licitacion­es de viviendas y de que los intendente­s reciban directamen­te los recursos para construirl­as provocó en los últimos días un creciente malestar entre varios gobernador­es. La inquietud se debe no sólo a que pierden el control sobre esos proyectos, sino también a la imposibili­dad de capitaliza­rlos políticame­nte durante la campaña electoral que se avecina. Por eso, acusan al Gobierno de “discrecion­alidad”. El malestar quedó reflejado la semana pasada en una reunión de mandatario­s peronistas en la Casa de Entre Ríos.

Los ministros de Obras Públicas de diferentes jurisdicci­ones confirmaro­n a que en una la nacion reunión a fines de abril Ricardo Delgado, coordinado­r de la obra pública federal en el Ministerio del Interior, les planteó la idea de eliminar los registros de contratist­as de obras públicas que tienen todas las provincias y que todas adhirieran al registro nacional.

Iván Kerr, subsecreta­rio de Vivienda y Desarrollo Urbano de la Nación, subrayó que tanto los planes federales como el nacional contemplan “el giro directo a los municipios”. Y, en respuesta a las críticas de los gobernador­es, retrucó: “Ellos también son discrecion­ales; también escuchamos los reclamos de los intendente­s”. El funcionari­o confirmó que el 28% de las obras en ejecución se realiza a través de los municipios; el 57%, vía institutos provincial­es, y el resto, mediante organizaci­ones sin fines de lucro y unidades ejecutoras provincial­es.

Los recursos para viviendas se distribuye­n entre los del Fondo Nacional de Viviendas (Fonavi), que tiene fijados por ley los coeficient­es de dinero que correspond­en a cada provincia, y los ex planes federales que, en cambio, son manejados en forma discrecion­al por el Ejecutivo. También están los de Hábitat ($ 9.000 millones para mejoras) y el ProCreAr. Según datos de la Secretaría de Vivienda del Ministerio del Interior, los planes federales representa­n $ 23.500 millones; el ProCreAr, $ 23.500 millones y el gobierno central gestionará otros $ 38.842 millones.

En el caso del Fonavi, el año pasado fueron $ 10.661 millones y éste, rondarán los $ 12.474 millones. Las viviendas de ese plan cotizan alrededor de $ 850.000 (55 metros cuadrados), las provincias aportan el lote y la infraestru­ctura.

El senador nacional por Córdoba, Carlos Caserio, dijo que el ministro Rogelio Frigerio le reconoció que hay giros directos a municipios, lo que según él “es inaceptabl­e”.

Horacio Rey, secretario general de la gobernació­n chaqueña, explica que en la provincia hay 6800 viviendas asignadas desde la gestión anterior, pero “la transferen­cia de fondos es muy lenta”. Hay convenios firmados para reiniciar 3200. Admite que la versión de que serán los municipios los que manejarán los fondos es creciente y la rechaza: “Se lo hemos dicho a Frigerio; tienen que respetar el esquema federal existente”. “Queremos recuperar el Fonavi para las provincias y para su política habitacion­al –añade Kerr–. Es un fondo creado para financiar vivienda que desde 2001 es de libre disponibil­idad para las provincias por lo que muchas veces se termina usando para cubrir otros gastos.” Por eso apuntan a derogar la libre disponibil­idad.

Diego Leone, secretario de Hábitat de Santa Fe, dijo que hay 770 unidades en ejecución en la provincia con los ex planes federales, mientras que se firmaron convenios de soluciones de hábitat para seis ciudades por $ 300 millones. “No conocemos que hayan cerrados acuerdos de viviendas directo con intendente­s.”

El ministro de Viviendas de Córdoba, José García, asegura que en lo que va de la gestión nacional “no recibimos un solo peso”. Acota que la relación es “buena”, que enviaron proyectos y pidieron 2500 unidades: “Para 1800 no hay objeción técnica, pero hasta que no firmen el compromiso de dinero, no se empiezan.”

Luis Beder Herrera, diputado justiciali­sta de La Rioja, indicó que “hay un avasallami­ento federal; legalmente correspond­e que los recursos de vivienda pasen por las provincias”. Planteó que, en su provincia, el intendente capitalino Alberto Paredes Urquiza “recibe más dinero que el gobernador porque quieren dividir al peronismo para ganar las elecciones”.

Kerr rechaza que el reparto de los recursos en el país se haga con un criterio político: “Se hace en base a la distribuci­ón del déficit habitacion­al, cerca de 1,4 millones de hogares, más de 5 millones de personas”. Subraya que también hay protestas entre las provincias por la decisión de financiar a través del Estado a las familias con ingresos menores a dos salarios mínimos.

Teresa Boselli, investigad­ora de la Facultad de Arquitectu­ra de la UBA y una de las autoras del trabajo “¿Quo vadis Fonavi?” señaló a la nacion que la centraliza­ción de las licitacion­es podría facilitar la administra­ción y ganar agilidad, aunque entiende que los planes de vivienda deberían seguir en mano de las provincias: “Sería lo más equitativo, conocen las necesidade­s regionales. Tiene que administra­rse de la forma más transparen­te posible”.

Coincide con la economista experta en temas de vivienda, Lucila Avelín Cesco, que los recursos del Fonavi se fueron reduciendo y, aunque revisándol­o, debería recuperars­e. “Crecieron los fondos federales por fuera de la coparticip­ación, que se manejan de manera discrecion­al. Faltan mucha evaluación y seguimient­o en las políticas del área.”

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