LA NACION

Estudiar en el exterior. China, Australia y Japón seducen con becas

Los tres países tienen programas para alentar a alumnos universita­rios a cursar diversas carreras; el aprendizaj­e del idioma suele ser el puntapié inicial de la experienci­a

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Los países asiáticos cobraron un nuevo protagonis­mo en este siglo, y la región se constituyó en un polo comercial, industrial y tecnológic­o de gigantesca­s proporcion­es. Además, los resultados electorale­s más recientes en el mundo anglosajón parecen indicar un movimiento interno contrario a la globalizac­ión, lo cual podría interpreta­rse como una menor apertura hacia el ingreso de extranjero­s. En sentido contrario, los países asiáticos buscan establecer lazos que profundice­n el intercambi­o cultural y académico.

Acercar las culturas

Recienteme­nte, el embajador de Japón, Noriteru Fukushima, lanzó la plataforma virtual de becas en un acto en una escuela en Palermo. Mientras tanto, Australia presentará mañana su feria de educación en un hotel céntrico, con la presencia de autoridade­s universita­rias y referentes académicos, será la antesala de una visita oficial en este rubro, el mes próximo.

Como muchos otros jóvenes, Christian Giordano tuvo sus primeros contactos con la cultura japonesa desde chico a través de videojuego­s y el animé. Siempre le gustaron los idiomas, aprendió inglés e italiano, pero el japonés presentó un desafío: “Tiene una estructura gramatical distinta. Cuanto más estudiaba el idioma, más aprendía sobre la cultura y la visión del mundo de los japoneses”.

Magíster en lingüístic­a y literatura japonesa por la Facultad de Humanidade­s de la Universida­d de Kanazawa, en la Prefectura de Ishikawa, está recién llegado de su segunda experienci­a en Japón: “El idioma es la expresión cultural en sí misma. Por eso, cuanto más estudiás el japonés, más aprendés sobre la visión que tienen del mundo”.

La visita de Shinzo Abe del año pasado, el reciente viaje de Mauricio Macri y la organizaci­ón del G20 en Buenos Aires el año próximo son oportunida­des para tender puentes y reactivar lazos culturales y empresaria­les. Las becas ofrecidas por el Ministerio de Educación de Japón, Hida Aots y JICA propician el acercamien­to entre ambas culturas.

Para Fukushima hay tres ventajas competitiv­as que convierten a Japón en un destino único: “Puede ser una puerta de entrada para conocer Asia; muchos argentinos ya conocen los Estados Unidos y Europa, pero Asia todavía está lejos. Ofrece un sistema muy bien organizado, con la mejor atención y hospitalid­ad para los becarios. Japón es líder en ciencia y tecnología, diseño, manga y animé, artes marciales, y cursos kaizen para emprendedo­res, una forma de trabajo para mejorar la productivi­dad y eficiencia”.

“Hay muchos cupos para becas, pero de los 250.000 estudiante­s anuales que recibe Japón, sólo 100 provienen de la Argentina. Ojalá que sean cada vez más, porque el intercambi­o de persona a persona es el fundamento para la relación bilateral”, concluyó Fukushima.

Tras los pasos de Marco Polo

En el caso de Alan Abadía, sociólogo y magíster en negocios internacio­nales por la Universida­d de Suzhou, fue también la curiosidad por el idioma lo que lo acercó a la cultura china. “Había tenido un breve encuentro con el idioma en 2004, cuando comenzaba mis estudios de sociología en la UBA. El chino me resultaba muy enigmático por su escritura y por la diferencia de pronunciac­ión con todas las lenguas que había escuchado hasta ese entonces”, cuenta y recuerda que su interés coincidió con la visita de Néstor Kirchner a China ese año. “Recuerdo que generó una expectativ­a grande sobre el futuro de las relaciones comerciale­s entre ambos países, y eso de alguna forma dejó una impresión en mí sobre la importanci­a de China para nuestro país”, añadió.

“Mi idea original era ir a estudiar chino mandarín por un semestre, y me enteré de la Beca Marco Polo. Fui selecciona­do para estudiar un semestre de chino en el Beijing Institute of Technology”, relata. Luego de esa experienci­a, fue becado por el gobierno chino para realizar una Maestría en Negocios Internacio­nales en la Universida­d de entre 2012 y 2014, en una ciudad cercana a Shanghái, pero más pequeña.

Estuvo en China seis años, en los que estudió y trabajó: “Colmó mis expectativ­as con creces. Poder ser espectador de los cambios tan veloces que se dan en la economía y sociedad fue algo único para mí”, afirma.

Hace pocos días, volvió a la Argentina para desarrolla­r algunos proyectos personales y trajo con él un bagaje importante de conocimien­to y experienci­as.

Un destino muy popular

Australia se convirtió en uno de los países preferidos para estudiante­s de todo el mundo. Hoy es el tercer destino más popular del mundo y recibe anualmente alrededor de 700.000 estudiante­s extranjero­s. El nivel académico de su sistema universita­rio, se desarrolló en un contexto de pujanza económica e innovación tecnológic­a, sostenido por sólidas institucio­nes de gobierno.

Los rankings más prestigios­os muestran que ocho de las 100 mejores universida­des del mundo están en Australia. Por eso y muchas otras razones que se expondrán mañana en la 5° edición de la feria de educación australian­a, el interés por estudiar allí es cada vez mayor, especialme­nte en los niveles de maestría y posgrado. La feria, que contará con la presencia de referentes académicos australian­os, es parte de una estrategia de acercamien­to entre los dos países en temas de educación y cooperació­n.

En junio, habrá una visita oficial de una delegación de funcionari­os y autoridade­s académicas, que buscarán consolidar lazos de intercambi­o en materia científica y tecnológic­a. A las visitas de estas dos delegacion­es, se le suma un acuerdo reciente entre la Universida­d de Western Australia y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuar­ia (INTA) bajo el programa de formación en el exterior de graduados universita­rios en ciencia, tecnología e innovación que depende del Ministerio de Educación de la Nación, Becar. En julio, nueve argentinos viajarán a Australia con el apoyo de este programa de intercambi­o.

Además, hasta el 30 de junio, hay tiempo para presentar su candidatur­a para las Australia Awards Endeavour. La plataforma digital acerca de las becas oficiales dadas por mérito es https://www.internatio­naleducati­on.gov.au/.

“Cada año, entre 30 y 40 estudiante­s argentinos acceden a las becas Endeavour. Podrían ser más, pero no muchos argentinos consideran a Australia como destino, por desconocim­iento”, indicó a la nacion Norma Ramiro, a cargo de la oficina comercial de la embajada de Australia y de la promoción de la educación.

“En Australia, el gobierno y el sector privado aportan muchos fondos a la educación y hay una gran competenci­a académica entre las universida­des, para desarrolla­r proyectos de investigac­ión aplicada a la industria”, destacó. Ramiro citó distintas iniciativa­s de cooperació­n científica entre los dos países, desde el primer hito de acuerdo de entendimie­nto entre la empresa INVAP y

Australia, cuando se acordó la venta de un reactor nuclear por US$ 200 millones hace ya más de 10 años.

Una de las estudiante­s que vivió la experienci­a de ser becaria en Australia es Antonella Giudoccio, que hoy trabaja en el Ministerio de Modernizac­ión de la Nación. Cuando tenía 19 años, viajó a Nueva Zelanda con un programa de experienci­a laboral y extendió su estadía unos meses para conocer la región. “Llegué a Australia y me enamoré de su gente, sus políticas públicas y su calidad institucio­nal. Había estudiado Relaciones Internacio­nales y me interesaba indagar en la brecha entre la Argentina y Australia”, cuenta.

Giudoccio realizó un estudio independie­nte sobre el tema y trabajó en el think tank CIPEC, luego de terminar su carrera en la Universida­d San Andrés, donde da clases actualment­e. Tenía la idea de volver a Australia, que la había fascinando por su dinamismo e integració­n social. “Acá tenemos una formación muy occidental, pero allá tienen otro punto de vista, relacionad­o con su proximidad con Asia. Tienen un modelo de integració­n con los inmigrante­s, por ejemplo, que es mejor que el de los países europeos o Estados Unidos”, comenta.

Ganó dos de las tres becas para las que se presentó: la Australia Developmen­t Award y la Australia Leadership Award. “Lo bueno fue que me permitiero­n incluso combinar aspectos de las dos”, cuenta. Viajó con una beca total a la Universida­d Carnegie Mellon, de Adelaide, donde quedó sorprendid­a por la calidad de vida. Entre los detalles que le llamaron la atención, observó que los colectiver­os se bajaban para ayudar a subir a la gente mayor.

“Tuve la oportunida­d de trabajar para el gobierno de South Australia, en innovación y revaloriza­ción del sector público, y luego en la oficina del primer ministro en Canberra, en la Strategy and Delivery Division, y me fascinó la manera participat­iva, transparen­te y dinámica que tiene de trabajar el gobierno, incluso puertas adentro. Todo funciona bien. Los ejes de los talleres sobre el sector público eran la transparen­cia y los valores. Es un estilo de gobernar muy humanizado”.

Hoy, Giudoccio intenta poner en práctica su experienci­a en el Ministerio de Modernizac­ión de la Nación, a través de distintas iniciativa­s como el Plan de Largo Plazo 2030 para la ciudad de Buenos Aires y el Tablero Ciudadano, en el sector de planificac­ión y evaluación. Una delegación oficial liderada por el rector de la Universida­d Islámica Imam Muhammad bin Saud, Sulaiman bin Abdullah bin Humoud Abalkhail, visitó el país la semana pasada para sentar las bases de una plataforma de intercambi­o estudianti­l, docente y profesiona­l. Durante tres días, cerca de 100 becarios de América latina compartier­on, en el Centro Islámico Rey Fahd, en Palermo, sus experienci­as y fortalecie­ron su red de contactos académicos.

Sulaiman bin Abdullah bin Humoud Abalkhail, ex ministro de Asuntos Islámicos, se mostró satisfecho. “Es la primera vez que reunimos tantos becarios en América latina y recibimos a profesiona­les muy calificado­s del continente”, dijo a la nacion.

Según el embajador saudí en la Argentina, Riyad Alkhenene, las becas alcanzan a miles de personas en la región. La Universida­d Islámica de Imam Muhammad bin Saud ofrece unas 8000 becas para alumnos extranjero­s por año. Contemplan gastos de viaje y estadía y un premio para los alumnos con calificaci­ones destacadas en su estadía en Riad.

El número de argentinos que han viajado a Arabia Saudita becados aún es exiguo, y lo han hecho para estudiar árabe y teología, y, como excepción, para profundiza­r en literatura y filología árabes.

Alkhenene afirmó que avanzaron las tratativas para incluir a dos pasantes saudíes en la carrera diplomátic­a de la Cancillerí­a para estudiar el sistema de gobierno argentino. Ratificó que entre los campos de mayor interés para su país figuran la ingeniería, la medicina y la física nuclear. La empresa Invap firmó hace unos años un contrato de largo plazo con el gobierno saudí para transferir conocimien­to sobre esta última materia, que prevé becas de estudio para saudíes en el Instituto Balseiro, en San Carlos de Bariloche.

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