Drama recurrente
Es patético ver las imágenes de las inundaciones, destruyendo cosechas, inhabilitando los campos para producir por un par de años. Y observar las aguas que colisionan con las rutas que las retienen, mientras los grandilocuentes anuncios de obras no mencionan un programa director de manejo de aguas para las once provincias que han sufrido varias veces el embate descontrolado de las lluvias cada vez más copiosas y frecuentes. Es cierto que necesitamos mejorar nuestras rutas y las vías de transporte de cargas (idealmente por ferrocarril), pero de persistir esta situación habrá menores cosechas demandando ser transportadas. Desde 1975 he sido testigo del avance del río Quinto desde el sudeste de Córdoba, discurriendo hacia la gran cuenca del río Salado. Hubo programas de obras hidráulicas en la década del 90 que se prolongaron hasta promediar la década de 2000. Su eficacia está a la vista. Economistas: tomen nota, sus proyecciones ya se han licuado. Autoridades: ¡lubriquen sus neuronas, necesitamos para hoy y la posteridad, determinación! Ingeniería de excelencia y el concurso de los sectores afectados y de aquellos que pueden proveer soluciones. La naturaleza nos toca la campana para que no sigamos durmiendo. Su primer aviso fue hace 42 años.
Eduardo Bustos
ing.eduardo.bustos@gmail.com