ABRIÓ ARTEBA CON LA MIRADA DE LOS ARTISTAS PUESTA EN EL FUTURO
Fue el día de la inauguración oficial y también de las primeras ventas; foco futurista para la primera jornada
Bolas de “caviar” creadas con gelatina y postres de mousse helado de colores brillantes, con futuristas formas orgánicas, conformaron un festín que fue devorado ayer por cientos de invitados a la inauguración de arteBA. La performance de Nicola Costantino, artista que volvió a sorprender con su talento culinario desde el stand del Ministerio de Cultura de la Nación, se inspiró en El
jardín de las delicias, pintura realizada por El Bosco a comienzos del siglo XVI. Varios expertos señalan que en esas intrigantes figuras creadas por el pintor holandés se sembró la semilla del surrealismo, que surgiría cuatro siglos después.
¿Dónde está hoy el germen de lo que vendrá? Ése es el tema que inspira esta edición de arteBA, que inauguró ayer con la presencia de la primera dama, Juliana Awada, y el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, entre otros funcionarios. Hoy abre al público hasta el sábado en La Rural, donde la reflexión sobre el futuro es central en dos de las principales secciones de la feria: Dixit y el Prime Time del auditorio, al que se puede acceder con entrada gratuita.
Algo del porvenir también parece colarse a través de una nueva sección, Performance Box, que funciona como una sede más de la Bienal de Performance. Allí se exhibe, entre otras, la acción que acaba de realizar Marta Minujín en Atenas con una doble de Angela Merkel como parte de la Documenta 14, la muestra de arte contemporáneo más importante del mundo.
La performance también ocupa un lugar protagónico en Barrio Joven Chandon, donde un joven cordobés vestido con un traje dorado tiraba ayer tierra al piso en el stand de la galería El Gran Vidrio, como parte de “una acción ritual de reemplazo de almas”. Mientras tanto, en U-Turn Project Rooms By MercedesBenz, varios visitantes de la feria caminaban con auriculares sobre un escenario señalando el techo o el piso. Seguían las instrucciones grabadas por el joven artista dinamarqués Christian Falsnaes para Force, una audioguía que convierte a los miembros del público en potenciales artistas.
“La mayoría de lo que me interesa como arte no lo entiendo inmediatamente. A menudo no entiendo nada”, admitió a Chris Sharp, la nacion curador de U-Turn. Según él, eso ya es un indicio de algo que lleva hacia el futuro. “A Matisse al principio nadie lo entendía, excepto unos pocos coleccionistas y unos artistas –observó–. Pero ahora es imposible pensar
que no era comprendido. Creo que el futuro del arte no está en el lenguaje hablado ni en el escrito. Por ejemplo, para Matisse no había un modo de hablar de lo que estaba haciendo; tenía que encontrar el modo, las palabras. Esto para mí es lo más importante: aprender a comprender ese lenguaje.”
Aunque nadie lo anticipó hace diez años, las colosales obras de Adrián Villar Rojas ya asomaban en las pequeñas piezas de arcilla que integraban Pedazos de las personas
que amamos, instalación seleccionada en uno de los premios impulsados por arteBA. Hoy, después de haber representado al país en la Bienal de Venecia y de haber participado de la prestigiosa Documenta de Kassel, el joven rosarino une pasado y futuro con las obras que exhibe en la terraza del Museo Metropolitano de Nueva York.
“¿Quién hubiera podido imaginar que iba a aparecer Picasso? ¿O Tomás Saraceno?”, se pregunta en ese sentido Alec Oxenford, presidente de arteBA Fundación, en el especial de LN+ sobre arteBA que puede verse en el stand de en la feria. la nacion “Creo que el futuro del arte va a pasar mucho más por experiencias –agrega–. Las performances van a tener más presencia y va a haber más combinación de formatos y escalas distintas. Va a tener cierta continuidad, pero va a ser bastante distinto de lo que estamos acostumbrados a ver hoy. Porque el mundo está cambiando a una velocidad a la que nunca cambió antes, y me parece que lo mismo va a pasar con el arte.”
El cruce de disciplinas parecen ser algunas claves. Algo de eso parecen adelantar los curadores de Dixit, Javier Villa y Sarah Demeuse, que impulsan acciones artísticas en varios puntos de la ciudad. Incluyen desde una visita con Guillermo Faivovich y Nicolás Goldberg por la Academia Nacional de Historia hasta una instalación de Eduardo Navarro en un hospital público o intervenciones de Gastón Pérsico y Cecilia Szalkowicz en cajas de pizza porteñas; todas se comparten en rrodixit.tumblr.com. Volver a conectarse en forma física con “un nuevo sentir del presente, radicalmente vivo” es para ellos una condición previa a proyectar múltiples futuros posibles.
“Hoy, los artistas son conscientes de que sus públicos están muy informados y que tienen que presentar una posible sensibilidad que trascienda la información. No es solamente darle sensibilidad a algo que no hemos visto, sino también ayudarnos a sentir algo que todavía no hemos experimentado”, opinó Sofía Hernández Chong Cuy, curadora de la sección Solo Show Zurich.
“El futuro es nuestro, por prepotencia de trabajo”, escribía Roberto Arlt en 1931 en su prólogo a Los lanzallamas. “Crearemos nuestra literatura –agregaba– no conversando continuamente de literatura, sino escribiendo en orgullosa soledad libros que encierran la violencia de un cross a la mandíbula.” Ese rol parecen cumplirlo hoy los artistas. Lo hizo por ejemplo Claudia Fontes, con su monumental caballo en el pabellón argentino de la Bienal de Venecia, con el que alude en forma poética a los explotados durante la conquista de América. O Damien Hirst, con el demonio de dieciocho metros de altura que instaló en el Palacio Grassi, también en Venecia, en el marco de una fabulosa puesta en escena que involucra un supuesto hallazgo en el fondo del mar. ¿Qué es ficción y qué es realidad? Todo indica que ese límite, en el futuro, será cada vez más difuso.