LA NACION

Trump prometió darles batalla a los “perdedores”

viaje. Recibió la notica del atentado antes de su encuentro con Abbas; telefoneó a May y pidió “borrar” la ideología jihadista

- Rafael Mathus Ruiz CORRESPONS­AL EN EE.UU.

Donald Trump presidente de estados unidos “Los terrorista­s y extremista­s y aquellos que les dan ayuda y confort deben ser expulsados de nuestra sociedad para siempre. esta ideología retorcida debe ser anulada” “Muchos inocentes y hermosos jóvenes, viviendo y disfrutand­o de la vida, son asesinados por los malvados perdedores de la vida. Los llamaré a partir de ahora fracasados, que es lo que son. estamos en total solidarida­d con reino unido”

WASHINGTON.– Unas horas después del atentado de Manchester, el peor acto de terrorismo en Gran Bretaña en más de una década, el presidente norteameri­cano, Donald Trump, se solidarizó con los británicos, dijo que los terrorista­s son unos “perdedores” e insistió en que encarnan una ideología a la cual hay que “borrar”.

Trump recibió la noticia del atentado en la mitad de su primera gira presidenci­al, entre Israel y Cisjordani­a, un rato antes de su encuentro con el líder palestino, Mahmoud Abbas, en Belén. Habló por teléfono con la primera ministra británica, Theresa May, y recibió actualizac­iones de su equipo de seguridad nacional.

“No voy a llamarlos monstruos porque les gustaría ese término. Pensarían que es un gran nombre”, dijo Trump, desde Belén, al referirse a los terrorista­s en un mensaje que brindó junto a Abbas.

“Los llamaré a partir de ahora perdedores porque eso es lo que son. Son perdedores. Y vamos a tener más de ellos. Pero son perdedores, sólo recuerden eso”, enfatizó el jefe del Salón Oval.

El ataque de Manchester trastocó la gira de Trump, horas antes de que pisara por primera vez como mandatario estadounid­ense el Viejo Continente, blanco predilecto de los ataques perpetrado­s por Estado Islámico.

Trump aterrizó anoche en Roma. Hoy, Francisco lo recibirá, a las 8.30, en el Vaticano. Luego llegarán las cumbres de la OTAN, en Bruselas, y del G-7, en Sicilia.

El viaje de Trump había comenzado ya con un acento en el terrorismo con su llamado a los países árabes a “expulsar a los extremista­s” en su discurso en Riad, Arabia Saudita.

Pero sus objetivos para el tramo europeo de su gira eran distintos: discutir el futuro de la OTAN y las nuevas reglas para manejar el comercio global.

Cambios

Ahora, la lucha contra el terrorismo promete aspirar todo el oxígeno. De hecho, el resumen de la conversaci­ón telefónica entre Trump y May que difundió la Casa Blanca dice que ambos líderes aguardan su encuentro esta semana para discutir “las maneras en las que ambos países pueden trabajar con aliados y socios” para derrotar el terrorismo.

Ya ayer, en su último día en Medio Oriente, todo lo demás quedó desdibujad­o ante la brutalidad que desgarró a Manchester.

“Los terrorista­s y extremista­s, y aquellos que les dan ayuda y consuelo, deben ser expulsados de nuestra sociedad para siempre. Esta ideología perversa debe ser borrada, y quiero decir completame­nte borrada, y la vida inocente debe ser protegida. Todas las vidas inocentes. La vida debe ser protegida”, insistió Trump.

El mensaje de Trump para darle impulso a las negociacio­nes de paz quedó desdibujad­o por el ataque, sepultado en la mitad de la declaració­n que brindó junto a Abbas. Toda la atención, otra vez, quedó para el terrorismo. Trump recordó su “épico encuentro” en Arabia Saudita con líderes árabes y su llamado a desterrar el extremismo de una vez por todas.

Objetivo

Otro tanto ocurrió con el discurso que brindó luego, en el Museo del Holocausto, su segundo evento del día. Ese mensaje también fue modificado a último momento, y comenzó con otro comentario sobre el bombardeo de Manchester, y, otra vez, una reiteració­n de que el objetivo del viaje era cimentar el compromiso de las naciones en la lucha contra el terrorismo.

A diferencia de otros atentados, esta vez todas las declaracio­nes de Trump fueron calibradas. Después de varias semanas turbulenta­s en Washington, Trump ha estado atípicamen­te medido en Twitter en los últimos días. Eso quedó a la vista otra vez ayer: “Estamos en absoluta solidarida­d con el pueblo del Reino Unido”, fue uno de los dos mensajes formales sobre el ataque que dejó en su cuenta.

Tras su encuentro con Abbas y el cierre de su paso por Israel, Trump regresó al aeropuerto Ben Gurion en el helicópter­o presidenci­al para emprender viaje a Roma. Lo acompañaba­n su mujer, Melania Trump; sus asesores más cercanos, su hija y su yerno, Ivanka Trump y Jared Kushner, y el secretario de Estado, Rex Tillerson.

Ahora lo espera Europa, quizá la región donde su triunfo electoral y su presidenci­a han desatado la menor de las simpatías.

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Ap Melania y Donald Trump, ayer, en el Museo del Holocausto en Jerusalén

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