LA NACION

BUSCAR NUEVAS PLAZAS PARA SUBSANAR LA CAÍDA DE VENTAS AL EXTERIOR.

Para recuperar el terreno perdido (las ventas al exterior cayeron 31,5% entre 2011 y 2015), la Argentina debe ir más allá de los mercados tradiciona­les; efecto acelerador

- Patricio Mateo Carmody El autor es ingeniero industrial, miembro consultor del CARI y de Cippec

La Argentina tiene mucho terreno por recuperar en cuanto al nivel de sus exportacio­nes. Por ello, se debe implementa­r una estrategia de horizontes diversos en materia de comercio exterior, desarrolla­ndo relacionam­ientos positivos y simultáneo­s con las potencias establecid­as, las emergentes y el exterior próximo.

En el caso particular del comercio, hay que ser especialme­nte ambiciosos en términos geográfico­s, dada la demanda universal por nuestros productos alimentici­os, que representa­nmás dedos tercios de nuestras exportacio­nes. En términos de comercio exterior, luego de alcanzarse en 2011 un total de exportacio­nes por US$ 82.981 millones, en 2015 –último año de la administra­ción Kirchner–, se exportaron sólo US$ 56.788 millones, una estrepitos­a caída de 31,5%.

Con el comienzo del gobierno Macri, la situación no cambió en forma sustancial, ya que las exportacio­nes en 2016 representa­ron US$ 57.733 millones, un incremento de 1,7% con respecto de 2015. Para recuperar el terreno perdido, hay que ir más allá de los destinos tradiciona­les (Mercosur, resto de América, Europa y China) donde algunos mercados tienden a cerrarse (Estados Unidos), y en otros se continúan verificand­o barreras arancelari­as y no arancelari­as para nuestros productos (Europa y China).

Hay que enfocarse en la India, la Asean y Corea del Sur en el continente asiático, y aprovechar oportunida­des en África y Medio Oriente. Esta estrategia se presenta prometedor­a si analizamos la evolución geográfica de nuestras exportacio­nes entre 2015 y 2016. En efecto, mientras las exportacio­nes a los mercados tradiciona­les –América, Europa, China– sufrieron altibajos, las exportacio­nes a la Asean, al resto del Asia (incluyendo India), y África tuvieron sólidos crecimient­os. Así, las ventas a los países latinoamer­icanos miembros de Ala di disminuye ron 9,8%, y las ventas a China decreciero­n 13,5%. Mientras que las ventas a Europa crecieron un modesto 3,7%, y a EE.UU. 30,6%.

Por su lado, las exportacio­nes a la

Asean crecieron 26,6%, al resto de Asia un sólido 16% (en el caso de India, 10,3%), y al África 25,1%. Una estrategia de “horizontes diversos” debe buscar maximizar las tres turbinas de la exportació­n: los productos primarios (PP), las manufactur­as de origen agropecuar­io (MOA), y las de origen industrial (MOI), para lograr un desarrollo equilibrad­o.

En cuanto a esto, se verificó un aumento en la exportació­n de PP de 17,7% en 2016, mientras que las MOA aumentaron sólo 1,7%, y las ventas de MOI disminuyer­on 6,6%. De esta manera, la participac­ión de los PP fue de 27,1% sobre el total de exportacio­nes, de 40,4% para las MOA, y de 29% para las MOI.

Como resultado, la participac­ión de las MOI sobre las exportacio­nes descendió 2,6%, con respecto del 31,6% que representó en 2015, mienuna

tras que la de los PP se incrementó en 3,7% con respecto del 23,4% en ese mismo año.

Para implementa­r una visión de horizontes diversos en lo comercial sería crítico que sobrevivan, en el corto plazo, las empresas que exportan o tienen potencial exportador a nivel regional o global. En este sentido, tanto las MOI como las MOA enfrentan hoy enormes desafíos desde el punto de vista competitiv­o. En el esfuerzo ciclópeo para enfrentar la muy delicada situación económica, las opciones elegidas por el Gobierno –reducir la inflación establecie­ndo altas tasas de interés y financiar el déficit fiscal con endeudamie­nto– están impactando sobre el tipo de cambio, empujándol­o hacia la baja.

Esto parece indicar que el potenciar las exportacio­nes más allá de los productos primarios, no pareció ser prioridad inmediata del Gobiernoy está impactando negativa mente a varias MOA que exportan o tienen el potencial de exportar a nivel regional y global, como la industria del vino. Pero también afecta a numerosas MOI, que compiten o tienen el potencial de hacerlo a nivel regional.

En este contexto es interesant­e la metáfora propuesta por el economista Orlando Ferreres, de crear un hospital para empresas para después de las elecciones legislativ­as de este año.

En realidad esta acción debería ser conceptual­izada inmediatam­ente poniendo especial atención en lo que Bernardo Kosacoff denomina las “cirscunsta­ncias” de aquellos sectores productivo­s que tienen viabilidad exportador­a regional o global.

Siguiendo con las metáforas, es necesario evitar que terminemos de facto, dadas las condicione­s económicas actuales, ante la presencia de una “morgue para empresas”. Más aún, sería particular­mente penoso que a esa morgue vayan a parar empresas con capacidad y potencial para exportar.

Para concluir, el implementa­r una estrategia de horizontes diversos en nuestro comercio internacio­nal tiene el potencial de acelerar el proceso de recuperaci­ón de nuestras exportacio­nes. Pero esta estrategia debe impulsar las tres turbinas de la exportació­n –los productos primarios, las manufactur­as de origen agropecuar­io y las de origen industrial–, para así lograr un desarrollo productivo más equilibrad­o.

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Shuttersto­ck La búsqueda de plazas alternativ­as se torna vital

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