LA NACION

Femicidios. La dramática situación de los hijos

Adriana Zambrano fue asesinada en 2008 por su pareja, que cumplió una condena de cinco años y ahora reclama la tenencia de su hija; buscan una ley que anule la responsabi­lidad parental

- Texto Valeria Musse

Adriana Marisel Zambrano murió hace casi nueve años. Su ex pareja la asesinó a golpes. El paso del tiempo no alivia el dolor para los familiares de la mujer; todo lo contrario.

La angustia se renueva cada semana cuando la hija de nueve años de la víctima debe pasar algunas horas con su padre, condenado por el crimen. Incluso, a veces, se queda a dormir en la casa del homicida, que tras cumplir una pena de cinco años de prisión reclama la custodia de la niña, bajo tutela de la abuela materna.

El drama de la familia Zambrano se repite en buena parte de los casos de femicidio. Según la ONG La Casa del Encuentro, 242 menores perdieron a sus madres por violencia de género en 2016. Esas familias reclaman una ley que quite la responsabi­lidad parental a condenados por femicidio.

“Es muy difícil para nosotros. J. [el nombre de la menor se resguarda] se va unas horas con quien terminó con la vida de su mamá. Así como si nada”, señalaron Mercedes y Miriam, dos de las hermanas de Adriana Zambrano, que tenía 28 años cuando fue asesinada en Palpalá, Jujuy.

La odisea comenzó el 13 de julio de 2008. Zambrano y José Zerda habían terminado la relación, pero seguían en contacto por su hija, que entonces tenía sólo nueve meses. Ese día, el padre pasó a buscar a la niña y la llevó a la vivienda de un amigo. Pero Adriana tuvo que ir hasta allí. Él le dijo que tenía que amamantar a la beba.

Miriam prosiguió el relato, con el vívido recuerdo de un hecho que no olvidará jamás: “Hubo una discusión entre ellos, pero él fue por más. La golpeó [a Adriana] salvajemen­te en todo el cuerpo. Con un nivel de albañilerí­a le dio en la cabeza y le provocó pérdida de masa encefálica”. La beba fue encontrada llorando sobre el cuerpo de su madre.

Por entonces, aún no se había modificado el Código Penal y no estaba tipificado el femicidio. Zerda fue encontrado culpable de asesinato, pero la Justicia consideró el homicidio como “preterinte­ncional” (quiso dañar a la víctima, pero provocó su muerte en forma accidental) y fue condenado a cinco años de prisión.

El hombre cumplió parte de su pena y quedó en libertad, cuentan indignadas las hermanas de la víctima. “Enseguida, comenzó a insistir para quedarse con la nena. Cada seis meses, cuando hay una audiencia, estamos con el corazón en la boca, pero los peritajes psicológic­os le dan mal”, agregó Mercedes Zambrano. Desde que su hermana fue asesinada, la custodia provisoria de la menor estuvo a cargo de Doris, la abuela materna. La familia de la víctima dio pelea judicial por la niña y en agosto del año pasado la mujer de 68 años obtuvo la tutela. También cuida de otra hija de Adriana, que es adolescent­e y tiene otro padre.

Si bien Doris está a cargo de la niña, que hoy tiene nueve años, Zerda consiguió un permiso judicial para mantener un régimen de visitas tres veces a la semana. Sábado de por medio, aclara incrédula Miriam, la niña se queda a dormir en la vivienda del hombre. “A veces, mi sobrina no tiene ganas de ir o se siente mal”, dijo la mujer en diálogo con la nacion.

A través de un abogado, la familia Zambrano logró una medida a favor: Zerda no debe ser quien pase a buscar a la niña, sino su hermana o madre. “No queremos verle la cara. Una vez llamó a la casa de mamá y le dije que nunca más lo hiciera. Es el asesino de mi hermana. Es muy duro”, señaló Mercedes. La familia Zambrano aseguró que se ocupa de todos los gastos de la niña, incluso de la obra social. Y espera la aprobación de la llamada ley Brisa, que quitará la responsabi­lidad parental de los procesados y condenados por femicidios y dará una ayuda económica a los huérfanos.

Una ley en espera

La Cámara de Diputados aprobó ese proyecto el 26 de abril pasado, pero al realizarse modificaci­ones al texto resuelto en el Senado se regresó el expediente a la Cámara alta.

En este caso, aunque la tutela correspond­e a la abuela de la niña, el condenado padre aún conserva la responsabi­lidad parental. “Si se aprobara la nueva ley, no se podría aplicar en este caso porque ya hubo condena y fue cumplida”, explican, sin embargo, los abogados del Observator­io de Femicidios de La Casa del Encuentro, organizaci­ón que lleva el nombre de Adriana Marisel Zambrano.

Más allá de lo que pueda suceder en su propia lucha judicial, la familia Zambrano espera que la modificaci­ón legal pueda servir de ayuda ante situacione­s similares. “Ojalá salga pronto esta ley para que ninguna otra familia tenga que pasar por todo esto”, reflexionó Miriam Zambrano, la hermana de una de las 2384 mujeres asesinadas entre 2008 y 2016 por violencia de género.

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Santiago cichero/aFV Mercedes y Marcelo Zambrano piden un futuro mejor para su sobrina

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