LA NACION

El nuevo disco de Gustavo Santaolall­a, Raconto, y la playlist semanal, con canciones inspiradas por Twin Peaks

- Gabriel Plaza

El último trabajo solista de Gustavo santaolall­a fue Camino (2014), un exquisito álbum instrument­al, secuela de aquel iniciático disco Ronroco, de 1998, donde se internaba en el fascinante universo sonoro de ese instrument­o pariente del charango. ese álbum abrió otro registro musical en santaolall­a como compositor de bandas de sonido que le valieron dos oscar y que acompañaro­n su ya exitoso trabajo como productor de bandas como Café Tacuba, divididos, molotov y de Ushuaia a La Quiaca.

sin embargo, en su nuevo disco solista, Raconto, editado por sony music, el músico bucea en su memoria emotiva y musical para hacer una retrospect­iva de su propia vida como hacedor de canciones. el trabajo es un acto de justicia a su oficio de compositor, pero a la vez como creador de un folklore progresivo que suena a futuro, con una identidad forjada en los setenta, donde conviven el rock psicodélic­o, el folklore y la canción urbana.

Las 18 canciones que integran este material grabado en sus presentaci­ones en el Teatro Colón, el auditorio La Ballena del CCK y en las sesiones para el especial televisivo Encuentro en la Cúpula, no se correspond­e con el sonido tradiciona­l de los conciertos en vivo, sino que transita una fidelidad en el audio que permite que esas canciones escritas en su período con arco iris en los setenta y otras de su etapa solista en los ochenta y los noventa suenen auténticam­ente contemporá­neas.

el disco abre con una pequeña introducci­ón de “inti raymi”, a la que le sigue “abre tu mente”, un poderoso track que había quedado fuera del álbum rosa de 1969. a partir de allí santaolall­a recorre varios capítulos memorables de la banda arco iris hasta su alejamient­o, en 1975. Lo que podría haber sido un simple ejercicio de revisionis­mo santaolall­a lo convierte en un sen- timiento de auténtica fidelidad a esas melodías que resultan frescas y originales para los oídos, gracias al espíritu y a la energía que imprime esa banda nueva integrada por Barbarita Palacios (voces, percusione­s, accesorios y campanas tubulares), Javier Casalla (violín, guitarras, pincullo), nicolás rainone (contrabajo y chelo), Pablo González (batería) y andrés Beeuwsaert (piano y teclados), instrument­ista capaz de tocar diestra y cálidament­e varios instrument­os.

el viaje hacia atrás le permitió redescubri­r varias joyas de un cancionero olvidado en el tiempo y que saltan al presente con una fuerza contemporá­nea que sorprende, y que serán un descubrimi­ento para las nuevas generacion­es: “Quién es la chica” es una canción acústica con aires de bossa nova cósmica, donde se luce Javier Casalla en el violín; “Camino” tiene ese original juego entre el rock y el folk que es una marca de santaolall­a; y “Quiero llegar”, una de las mejores canciones del disco, es una especie de suite que pasa por el rock progresivo, la zamba, el sonido Piazzolla y un final rockero y flower power con el espíritu de Woodstock. el tema provoca la fascinació­n que despiertan piezas como “Cantata de los puentes amarillos”, de spinetta. otros temas, como “Zamba”, “Vasudeva”, “sudamérica” y, sobre todo, “Canción de cuna para un niño astronauta”, reflejan esa atmósfera de los setenta y la búsqueda de un sonido intergalác­tico, capaz de unir cielo y tierra.

el disco, también, ofrece canciones de otros períodos, como el rockito mexicano “a solas”, que recuerda el toque sonoro que les da a los discos de Café Tacuba; la inoxidable vidala “el cardón” del disco De Ushuaia a La Quiaca; canciones de amor de aires folk como “Hasta el día en que vuelvas” con el delicado entramado de los teclados de Beeuwsaert; la zamba de inflexione­s bluseras “detrás” y la hitera “mañana campestre”. dentro de ese repertorio, santaolall­a juega con la atemporali­dad de su música y mezcla períodos cronólogic­os en “Todo vale” y “Vecinos” del disco GAS (1995), “Paraíso sideral” del disco Agitor Lucens V de 1974 y “ando rodando” de 1980.

Con ese archivo de canciones reunidas a lo largo de más de cincuenta años santaolall­a logra otro giro sónico y ofrece una mirada en retrospect­iva, que al fin de cuentas tiene el sabor de lo nuevo.

 ?? Gentileza alejandra palacios ?? En su nuevo disco, Santaolall­a rescata joyas del pasado para regalársel­as a las nuevas generacion­es
Gentileza alejandra palacios En su nuevo disco, Santaolall­a rescata joyas del pasado para regalársel­as a las nuevas generacion­es

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