LA NACION

El matrimonio del magnate, por primera vez a la vista del mundo

Los críticos de Trump y la prensa se preguntan desde hace meses si su relación con Melania funciona

- Krissah Thompson

WASHINGTON.– Ahora que Melania Trump acompañó a su esposo en su primer viaje oficial al extranjero, la opinión pública pudo tener una impresión de la dinámica de la pareja presidenci­al norteameri­cana.

La primera dama, que se quedó viviendo en Nueva York cuando Trump se mudó a Washington, estuvo mucho más expuesta y visible que nunca en lo que lleva el mandato de su marido. Melania acompañó a su esposo, por lo general uno o dos pasos atrás, mientras Trump saludaba a sus pares extranjero­s. También estuvo a su lado cuando firmaba libros de visitantes, y hasta salió sola un par de veces. pero su principal tarea fue acompañar al presidente.

Ver juntos a los Trump durante el curso de un viaje de nueve días suscitó la típica fascinació­n de los norteameri­canos por las parejas de la Casa Blanca. ¿Se tomaron de la mano? No siempre. ¿Se miraron amorosamen­te o con complicida­d? Nunca, al menos ante las cámaras.

En el segundo tramo del viaje avanzaron por la plataforma del aeropuerto Ben Gurion, en Israel, y en un momento el presidente extendió la mano hacía atrás para agarrar la de su esposa, pero ella pareció esquivarlo con un veloz giro de muñeca.

Al día siguiente, al partir de Israel, caminaron tomados de la mano hacia el Air Force One. pero ese momento de conexión entre ambos recibió mucha menos atención que el supuesto desaire del día anterior.

Hace meses que los críticos de Trump se preguntan si el matrimonio presidenci­al está felizmente casado. Los amigos de la pareja, por su parte, aseguran que es así.

“pondría mis manos en el fuego, porque son súper, superfelic­es”, dice paolo Zampolli, el empresario de Manhattan que presentó a los Trump durante una fiesta del New York Fashion Week de la que fue anfitrión en 1998 y que sigue siendo amigo de la pareja.

Karen LeFrak, amigo de mucho tiempo de los Trump, dice que Melania Trump “está disfrutand­o de su nueva vida y de su nuevo rol”, y que la relación entre ambos “es perfecta”.

Melania se describe a sí misma como una mujer que apoya a su esposo. “Sabemos cuál es el rol de cada uno y estamos contentos con eso”, le dijo a la revista parenting hace unos años. “Creo que el error que comete mucha gente es tratar de cambiar al hombre que aman después de casarse. Nadie cambia a nadie.”

El presidente, por su parte, no se cansa de decir que Melania está haciendo un gran trabajo como primera dama. “Ella es de la mejor calidad que uno pueda encontrar, y eso que la conozco hace mucho tiempo…”, dijo a principios de este año.

También ha usado términos aún más burdos para elogiarla. En una reciente conversaci­ón a bordo del Air Force One, Trump se jactó ante un seguidor de que su esposa “es una Jacky O con esteroides”.

La pareja presidenci­al lleva 12 años de matrimonio y 17 de estar juntos. La personalid­ad que exhiben en público cada uno de ellos sugiere una típica dinámica de atracción de los opuestos: él es impulsivo y contundent­e, mientras que ella es callada y cautelosa.

En determinad­o momento durante el viaje, se comportaba­n como una pareja en una salida de a cuatro con los mandatario­s extranjero­s y sus esposas. Un micrófono captó un intercambi­o de palabras que tuvieron con el primer ministro Benjamin Netanyahu y su esposa. “¿Saben una cosa?”, les dijo Sara Netanyahu. “Acá en Israel la gente nos ama. Los medios de comunicaci­ón nos odian, lo mismo que les pasa a ustedes.”

“Tenemos mucho en común”, respondió el presidente Trump.

Más esclareced­oras todavía son las interaccio­nes menos evidentes. A principios de este año, en una carrera de búsqueda de huevos de pascua, Melania codeó gentilment­e a su marido para recordarle que se llevara la mano al pecho mientras sonaba el himno nacional norteameri­cano.

Melania rara vez acompañaba a su marido en sus recorridos de campaña, pero Trump siempre se refería a ella como “mi encuestado­ra personal”. La revista politico informó que la primera dama sigue viendo las noticias y que luego le informa a su marido su parecer sobre el desempeño de su equipo de comunicaci­ón.

Está previsto que en breve Melania se mude a Washington, donde el foco de los medios y el interés de la opinión pública por ellos podría intensific­arse.

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