Las oportunidades que surgen de barajar y dar de nuevo
Trabajar en equipo y saber articular acuerdos son dos acciones necesarias para crecer
“¿Cuál fue la innovación más difícil de llevar adelante?”, preguntó Ricardo Caló, vicepresidente de Área de Marriott para el sur de América latina, a los líderes presentes. Máximo Cavazzani, CEO de Etermax, atajó la pelota: “Sigo pensando que es el salto de fe que hay que expresarle a todo el mundo, a las personas que trabajan con vos, al mercado y a otros”, respondió. Agregó que, a pesar de que a veces habla de “la parte mala” del futuro, considera que “la disrupción ocurre porque se viene algo muy bueno”. El creador del juego Preguntados describió un porvenir con mejor transporte, menos enfermedades y más y mejor energía.
“Cuando pienso en la Argentina, creo que la baraja se está repartiendo de nuevo. Podemos ser una nación de África, Estados Unidos, Australia o un nuevo país. Es muy importante que nos despertemos y nos demos cuenta de que no se puede evitar esto. Debemos concentrarnos en lo que no podemos ignorar en pos de nuestro progreso”, siguió. Luego dijo que “la gente se va acostumbrando al futuro” porque, una vez que cambian los estándares, ya nadie quiere ser ajeno a eso. “Lo importante es empezar a concientizar y hacerlo hoy, no en 2027 cuando nos demos cuenta de que barajaron y nos quedamos afuera”, reflexionó.
Para encarar ese futuro luego de realizar el trabajo de concientización, Javier Goñi, gerente general de Ledesma, opinó que el país tiene que “articularse de manera diferente”. Explicó: “Los argentinos, en general, somos exitosos en forma individual y se ven muchos ejemplos en el mundo. Como equipo, en cambio, nos cuesta más. Tenemos que ver cómo coordinamos esas capacidades que hay y cómo las tripulamos para sacarnos de los desafíos que tenemos, como las cifras de pobreza, que nos duelen a todos. Tenemos la responsabilidad y la obligación moral de hacer ese cambio”.
Manuel Aguirre, director para América latina de CH2M, consultó a los ejecutivos qué están haciendo como responsables de sus empresas para generar inversiones y para convencer a las casas matrices de que el país vale la pena. “Esto es un ciclo nuevo que no depende sólo de este gobierno. ¿Cómo están mostrando en qué cambió la Argentina?”, dijo.
Rosario Altgelt, CEO de Latam Argentina, fue la primera en responder. “La Argentina es un mercado muy subdesarrollado: hoy viajan 10 millones de pasajeros y podrían viajar 20 millones. En términos de oportunidad no hay que convencer a nadie”, comenzó. Se refirió a lo que había dicho Goñi minutos antes y dijo que poder articular mejor como sociedad “tiene que ver con la previsibilidad”. Para lograrlo, dijo, “todos los actores tienen que hacer una autocrítica”, porque si la Argentina “llegó a este nivel de subdesarrollo”, observó, “fue porque nadie pudo ponerse de acuerdo”.
Por su parte, Maurizio Bezzeccheri, country manager de Enel Argentina, dijo que “la seguridad jurídica es la primera y única condición” para las inversiones. El ejecutivo italiano explicó que América latina es “uno de los principales mercados” en los que está interesada la empresa donde trabaja y apuntó que la Argentina “tiene la oportunidad única de ser bisagra en todo el Cono Sur” y “no sólo en inversiones, sino en integración latinoamericana”. Dijo, además, que eso es lo que más lo entusiasma de trabajar en el país, adonde llegó hace menos de dos años.
El ejecutivo de otra compañía de origen chileno, Sodimac, estuvo de acuerdo con Altgelt en que las oportunidades en la Argentina existen, y en que es fácil que la casa matriz las vea, ya que además se encuentra en un país vecino. “Es cuestión de ir sin prisa, pero sin pausa para seguir creciendo”, apuntó Pablo Ardanaz, gerente general de la cadena.
Sally Buberman, CEO de Wormhole, fue la encargada de hacer la tercera y última pregunta de la jornada. “Para las empresas tradicionales –lanzó–: ¿cómo están colaborando con las nuevas generaciones y cómo están cambiando sus recursos humanos?” Altgelt se refirió al término “empresa tradicional” y dijo que es correcto utilizarlo porque se trata de un conjunto de compañías que están acostumbradas a “hacer las cosas de determinada manera”, y que deben entender que hay que “desaprender y empezar de nuevo”, y que el contexto es siempre cambiante. Ardanaz se refirió al “desafío organizacional de tolerar fuertemente la diversidad” y mejorar la convivencia entre los empleados más jóvenes y los mayores de 50. “Se trata de incentivar la coexistencia de las distintas formas de hacer las cosas”, concluyó.