Varios músicos en uno y con un mismo nombre: Martin Haselböck
El director dará hoy un recital de órgano en la Sala Sinfónica del CCK
Probablemente no haya en el mundo otro músico como él, y esto por una razón muy sencilla: martin Haselböck reúne varias vidas musicales en una sola vida. es, por un lado, un organista consumado; por otro, como director, un campeón de la música antigua interpretada en instrumentos originales, y además su apetito musical como compositor llega hasta la más estricta y plenacontemporaneidad.
La multiforme actividad musical de Haselböck –un echt wiener, un auténtico vienés– tendrá en Buenos aires una muestra concentrada en pocos días. Será, en principio, el director de la versión del Giulio Cesare in Egitto, la ópera de Händel que sube en el Teatro Colón, el martes 6 de junio. “estoy muy entusiasmado con el trabajo escénico de Pablo maritano –explica con espontaneidad, sin que medie pregunta–. es una persona encantadora y estoy realmente impresionado por todo lo que conoce.”
Pero antes de eso, hoy mismo a las 20, hará lo que hace mejor casi todos y, acaso, aquello que también lo define: un recital en el órgano Klais opus 1912, de la Sala Sinfónica del CCK, que podrá seguir también via streaming en la página www.cck.gob.ar. el repertorio que eligió propone un arco muy generoso que va de Bach a Ligeti. “Por un lado, quiero mostrar todos los aspectos posibles del instrumento y el modo en que en el órgano puede tocarse música muy antigua y también muy moderna. Por el otro, estuve en contacto con muchos compositores, y yo mismo soy compositor, así que me interesaba mostrar la variedad de escrituras para este instrumento.”
Haselböck además improvisará. “Hay muchas maneras de improvisar. Casi todos los organistas improvisan, pero en la ópera que haremos en el Colón los instrumentistas tienen también mucha improvisación. en el órgano se improvisa más bien en un estilo libre y a mí me permite expresarme. Sabemos que mozart y Beethoven improvisaban y de ninguna manera me refiero solamente a la improvisación de las cadenzas. Hay muchas huellas de la improvisación en lo escrito.”
Haselböck es también un aventurero. Sólo así se entiende su inolvidable colaboración de principios de la década de 1980 con el poeta ernst Jandl, un encuentro feliz de la música con la poesía de cuño vanguardiasta. “¡ah! Fue hace tanto tiempo. es fantástico que recuerde eso. me interesaba el ritmo de la palabra. La colaboración con Jandl estuvo marcada también por una alta dosis de improvisación. a cada palabra de Jandl le correspondía algo musical en el órgano.” Cuando Jandl murió, Haselböck publicó la partitura de
will nicht mehr weiden, con texto de Friederike mayröcker: un hermoso réquiem para el poeta.