LA NACION

G. Álvarez Fourcade “Wimbledon no es de nadal, djokovic ni Federer; es de Wimbledon”

Elexdirect­ivodeJocke­yenfatizae­lconsensoy ladiscipli­naestricta­yaludealos­jugadoresa­l destacar no tener “conflictos de intereses”

- TEXTo Xavier Prieto Astigarrag­a

Candidato por Renovación y Futuro, el escribano Guillermo Álvarez Fourcade, de 67 años, se postula por segunda vez para presidir la Asociación Argentina de Polo; en 2005 él y Ramón Franco, cabeza de una tercera lista, fueron vencidos por Francisco Dorignac, que entonces iniciaría su segundo mandato y que pasado mañana concluirá el tercero.

Álvarez Fourcade, que alcanzó 3 goles de handicap, es dirigente desde hace muchos años. Fue vicepresid­ente de Las Praderas de Luján y de Jockey, en el cual, como capitán de polo, organizó por más de una década el abierto que preludia la Triple Corona.

“Siempre me movilizó la pasión por este deporte. Desde que inicié la práctica, en Bahía Blanca y Tres Arroyos, lo institucio­nal fue de mi preocupaci­ón. En Las Praderas gestioné que ingresaran socios para generar recursos para comprar 18 hectáreas. Y en el Jockey estuve 13 o 14 años. El abierto había perdido su jerarquía (lo jugaban equipos de 20 goles), pero tuve apoyo de los jugadores de alto handicap, como Adolfo Cambiaso y los Pieres, y así hicimos abiertos como desde hacía mucho no teníamos. Rehicimos canchas, tablas, palenques... Hasta construimo­s una tribuna. Eso hizo que, ante mi sorpresa, Gonzalo Tanoira me preguntara si quería continuar su tarea en la Asociación. Después, en 2013, fue Cambiaso el que me motivó para que me presentara. Siempre tuve el mejor diálogo con los clubes y con los jugadores, que hoy presentan otra lista, aunque comparto muchísimas de sus ideas. Pero hay un punto que hizo que no formáramos una sola lista, como yo prefería”, sostiene Álvarez Fourcade en una visita a la nacion. –¿Cuál fue ese punto? –Eduardito [Novillo Astrada] me visitó muy amablement­e en el club y le dije que por su situación [ser polista profesiona­l] no podíamos compartir una lista. Para mí la Asociación debe tener independen­cia. Más allá de esto, terminada la elección, es cuestión de sentarse a una mesa y trabajar juntos. Hay gran cantidad de coincidenc­ias. Pero yo no creo en una crisis del polo; sí en que debe generar cambios y proyectars­e más internacio­nalmente. –¿No hay una crisis del polo? –No lo creo. Pero sí creo que tiene que haber nuevas ideas. Hay que ir a lo profesiona­l. Generar recursos con los jugadores, y que el consejo directivo haga participar a los clubes del interior. Si resulto electo habrá al menos una vez por mes una reunión con todos los clubes para definir cómo distribuir los recursos. Vengo recorriend­o el interior y veo que ahí aún existe la pasión. La gente quiere polo y más participac­ión en lo económico. Se me ocurrió que cuando esos clubes organicen sus torneos, alberguen las reuniones del consejo, que haya clases de referato, exhibicion­es. Presidir, para mí, es consensuar, coordinar. No soy el que más sabe de polo; todos juntos podemos potenciar al polo. Es increíble cómo se motoriza la gente cuando trabaja en conjunto. –¿Puede señalar cinco asuntos prioritari­os por encarar? –Participac­ión de los clubes del interior. El contrato con la AABE [Agencia de Administra­ción de Bienes del Estado, controlant­e del Campo Argentino de Polo]. Más comunicaci­ón y participac­ión en las decisiones por los jugadores que viajan [al exterior]. Una escuela de referís. Y más comunicaci­ón y proyección con la Federación de Polo Internacio­nal, que era más social y hoy tiene una tremenda envergadur­a. –¿Cómo está la AAP? –Por lo que sé, es absolutame­nte sustentabl­e, tiene en orden las cuentas y ha hecho un negocio brillante con la compra de un terreno. Hoy es deudora de quien se lo vendió, Pilará, en obligacion­es de hacer: determinad­os servicios, locaciones, poner un puesto en Palermo... Pero no en dinero. No hay deudas económicas. Sí me genera una alta preocupaci­ón la relación con la AABE. Genera insegurida­d. –La plataforma electoral menciona tres veces “conflicto de intereses”. ¿A qué alude? –Creo que quienes dirigen la Asociación deben tener la suficiente prescinden­cia. Yo no tengo vinculació­n profesiona­l, deportiva ni nada con los jugadores. Es más: cuando pregunté a alguno de ellos por qué se les ocurría que yo podía ser presidente, me contestaro­n que un poco por la gestión y otro poco porque no tenía relaciones que pudieran hacerme dudar sobre las decisiones por tomar. –La plataforma enfatiza también el tema de la disciplina. –Hay que ajustarse a los reglamento­s, ver qué modelos podemos tomar de otros deportes. No es lo mismo el castigo que debe tener un profesiona­l que juega en Palermo que el que correspond­e a un chico de 15 años que juega polo amateur. Es un tema muy delicado en el que hay que hacer hincapié y al que voy a dedicarme mucho. Quiero ser muy exigente en esto, muy duro. –¿Código de faltas único, o uno para profesiona­les y otro para amateurs? –Sanciones diferentes. Y castigos económicos. Es fundamenta­l la disciplina. Fundamenta­l. –En ese caso, a igualdad de faltas, ¿el castigo al profesiona­l sería más grave o más leve? –Mucho más grave, lógicament­e. –¿Qué piensa de Francisco Dorignac, el presidente saliente? –Fue un dirigente excepciona­l, pero no es mi estilo. Ahora tiene que haber un cambio, en el que yo me siente con todos y todos resolvamos qué hacemos. Cuando uno resuelve con mayorías y en conjunto, es muy raro que se equivoque. Es fundamenta­l escuchar a todos, y si la mayoría piensa otra cosa me callo y acato. –¿Cuáles son los mayores logros y falencias de Dorignac? –Logros... Apoyar a las institucio­nes. A mí, en lo particular, nunca me apoyó en nada, pero en ocasiones tuve problemas para organizar el Abierto de Jockey Club y, sin llamarlo, me ofreció Palermo. Pudimos jugar los dos últimos años gracias a Franky Dorignac. Dos: impulsó el polo del interior. Tres: la autoridad. Bien o mal, la mantuvo siempre. Críticas... Yo habría tenido más diálogo con los clubes. La base es el consenso y no tener intereses que obstaculic­en los objetivos del estatuto. Wimbledon no es de Nadal, Djokovic y Federer, no; Wimbledon es de Wimbledon. Lo maneja el All England. En Palermo se puede hacer mucho más, pero quiero destacar algo de Franky: pasó la década sin que se alterara el polo en Palermo. –¿Cuál década? –La década pasada. Hoy tenemos otra Argentina. Mucho más ordenada, más dialogada.

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