E. Novillo Astrada “Los jUgadores no qUeremos ningUna rUptUra; qUeremos Unir”

El Nº 2 de La Aguada, aún activo en la Triple Corona,hacehincapiéentrabajarjuntosyen cambios para modernizar a este deporte

Muchos presidentes de la Asociación Argentina de Polo han sido jugadores de alto handicap. Casi ninguno lo fue al mismo tiempo. Eduardo Novillo Astrada (h.), a los 44 años, intentará serlo desde pasado mañana.

El Nº 2 de La Aguada-Las Monjitas, ya anotado para la Triple Corona de este año, lidera la Asociación Argentina de Jugadores de Polo y la lista Unión del Polo, apoyada por otras figuras profesionales, como Adolfo Cambiaso y Facundo Pieres. Incluso Eduardo Heguy sería el vicepresidente.

“Queremos unir al polo. A todos los sectores: el amateurismo, el profesionalismo, los talabarteros, los petiseros, los veterinarios, todos los que están involucrados en este deporte y lo quieren y viven de él. El deporte está sufriendo una crisis bastante importante en cuanto a gente nueva, auspiciantes, público”, dice, en una entrevista en la nacion. –Del nombre “Unión del Polo” se infiere que el polo no está unido. ¿Qué está separado? –Tenemos que hacer un mea culpa los jugadores, los criadores, los dirigentes... Todos tenemos responsabilidad. Chocamos por cosas puntuales, y diría que no muy relevantes. Egos, poder, falta de visión en conjunto... Tenemos que juntarnos y ver el bosque y no el árbol. Las peleas son por el árbol, y hoy el bosque quedó muy lejos y no está muy grande. Juntos tenemos que ir a buscar ese bosque, o a crearlo. –¿Cómo fue el episodio de la suspensión por un año al profesional Lucas James, que originó esta candidatura? –El episodio y la sanción no son lo importante, sino disparadores. Nos dimos cuenta de que si nos uníamos por eso, podíamos hacerlo por cosas mucho mayores. La asociación de jugadores mandó una carta a la AAP. No fue respondida. Y sólo pedía rever los procesos. Necesitamos modernizarnos. En otros deportes los jugadores han roto con las asociaciones, casos PGA en el golf y ATP en el tenis. Nosotros no queremos ninguna ruptura; al revés, queremos unir el polo. –¿Qué otros temas inquietan? –La falta de público en Palermo. Desde hace tres años no hay contrato con la AABE [Agencia de Administración de Bienes del Estado, controlante del Campo Argentino de Polo]. Franky Dorignac fue un gran dirigente; hoy necesitamos sangre nueva, una reactivación más rápida, no en los tiempos de cierta gente que no está actualizada. En Palm Beach vemos NBA, tenis y PGATour; en Inglaterra, la final de Wimbledon, Fórmula 1. Por Sotogrande pasa la Vuelta de España de ciclismo. Todo el año vemos cómo hacen los mejores eventos del mundo, y el polo no mejora. Somos los mejores del mundo, y no movemos. –¿No mueve el polo, o tuvo épocas mejores y hoy no atrae? –Debemos preguntarnos por qué y hacer cosas diferentes. En el rugby cambian las reglas, en el tenis están probando, y en el polo no cambiamos. En Argentina los polistas fuimos profesionales mucho antes que los rugbiers, y el rugby nos pasó en público, organización, auspiciantes... ¡Abramos la cabeza! El polo mundial depende mucho de la Argentina. La Asociación Argentina de Polo debe ser el ejemplo para el mundo, la que innove. –¿A qué se debe la baja en el polo profesional del exterior? –A una gran crisis económica que afectó a los patrones nuevos, y hubo déficit de reacción en la dirigencia. Y nuestro; ¡los jugadores nos hacemos cargo! Debimos cambiar el formato, buscar auspicios corporativos y hacer partidos atractivos, más cortos. Pero estamos reaccionando. –De 2005 a 2007 el Argentino Abierto tuvo un pico de público, con seis equipos en condiciones reales de ser el campeón. ¿Fue casual o casual? –Se dio una generación de jugadores muy buenos. Yo jugué la final de Palermo con gente que miraba desde la reja, y ahora no llenamos ni Dorrego. Es un problema de todos, desde el 0 goles hasta Adolfito [Cambiaso]. De todos, hasta el hincha. Que el hincha venga a la asociación, porque por ahí de él sacamos las mejores ideas. No estamos acá para hacer lo mejor para nosotros, sino para hacer lo mejor para todo el polo, para sacar adelante al polo mundial. Primero debemos ocuparnos de Argentina, y una vez que arreglemos todo el lío que tenemos acá... Bueno, no tenemos tanto lío. –No gustó en la AAP que un candidato a presidirla hablara con la AABE sin pasar por ella. –Fui como presidente de la Asociación de Jugadores, porque la AAP nos había dicho que tenía un contrato, con unos números, a punto de ser firmado. Fuimos a ver cómo era la verdad, y nos enteramos de que no era así. –¿Cómo será tu equipo? –Tendrá gente muy profesional del polo, muy exitosa fuera del deporte y de no más de 50, 55 años. Queremos descentralizar, con subcomisiones con presupuesto propio y más poder de acción y decisión. Queremos un equipo de marketing rentado, que comercialice no sólo el Argentino Abierto, que es hoy 80 o 90% de los ingresos de la AAP, sino también los torneos del interior, de chicos, de mujeres... –Cambiaso, Facundo Pieres, Eduardo Heguy, Eduardo Novillo Astrada comparten este espacio, pero en alguna época hubo chispazos en la cancha. ¿Hay certeza de que nos los habrá fuera de la cancha si Unión del Polo conduce la AAP? –El tema es manejarlos. No soy naíf como para decir “nooo, no van a pasar”. Sí digo que estamos mucho más maduros y nos dimos cuenta de que de esta crisis salimos juntos. Si cada uno defiende su quinta, el barco termina de hundirse; nos salvaremos nosotros, seguramente, pero los demás no. Y queremos que nadie se hunda. Queremos salvar al polo, y por primera vez estamos unidos todos –los Pieres con Cambiaso, los Novillo con los Heguy, que nos sacamos chispas en la cancha–, y para trabajar. No le mentimos a nadie: amigos no somos. Somos profesionales que nos respetamos mucho y nos unimos porque sentimos que debemos sacar esto adelante. Vamos a estar controlándonos. –Con los polistas a cargo de la AAP, ¿el tribunal de disciplina no se volverá demasiado laxo? –No, si haciendo un buen código de disciplina, poniendo gente idónea y siendo responsables. Tenemos que mejorar para que los chicos lleguen mejor que nosotros. De nuevo: no estamos para intereses personales. Hay que dejar de lado eso, lo cual va a ser difícil, pero en lo disciplinario vamos a tener que ser mucho más cuidadosos que antes.