LA NACION

Vínculos. Abuelos, la clave para sobrevivir a las vacaciones

Es la época que esperan para pasar más tiempo con sus nietos

- Evangelina Himitian

Laura Pollitzer lo sabe bien. Las próximas dos semanas no la van a encontrar de brazos cruzados. Están a punto de comenzar oficialmen­te mañana las vacaciones y eso en su familia, al igual que en miles de hogares, significa que acaba de empezar “la temporada alta de abuelos”.

Serán largas jornadas de programas con sus 12 nietos. Irán al teatro, al museo, a ver a los animales. Harán picnics en alguna plaza o, si el tiempo no acompaña, se juntarán todos en su casa, en San Fernando, para cocinar y jugar a las cartas.

Y los padres, agradecido­s. La presencia de los abuelos se convierte en un elemento clave para sobrevivir al receso escolar.

“Hoy, el rol de ellos es, además del de disfrutar a los nietos, colaborar con los padres en la crianza. Generalmen­te, los abuelos establecen una conexión emocional y lúdica muy particular con sus nietos que favorece el desarrollo psíquico del chico”, explica la especialis­ta en familia Mónica Cruppi.

Y agrega la psicóloga y miembro de la Asociación Psicoanalí­tica Argentina (APA): “Se trata de un adulto que se relaciona de una manera muy distinta con el chico. Los abuelos no compiten ni rivalizan ni les restan autoridad a los padres. Es una relación afectiva enriqueced­ora, tanto para el chico como para el adulto mayor”.

Los especialis­tas también advierten que no hay que perder de vista que los abuelos necesitan tener flexibilid­ad para acercarse a los chicos y cuidarlos sin sentir que es una obligación.

Los del siglo XXI no son como los de antes. Y el problema, a veces surge cuando los abuelos tienen agendas casi tan cargadas como las de los demás miembros de la familia y no están tan disponible­s como los padres quisieran.

“¿Por qué no aprovechás para tomarte unos días ahora, antes de las vacaciones de invierno?”, le sugirió el hijo de Beatriz Díaz. Las entrelínea­s decían: “¡Ni se te ocurra irte de viaje durante las vacaciones de los chicos porque contamos con vos!”. Y no son los únicos. La compleja dinámica familiar hace que las vacaciones sin la ayuda de un abuelo se vuelvan un caos.

“Nosotros la pasamos bárbaro. A mis nietos les encanta ir al Museo de los Niños. Y yo me animo a ir con hasta cinco o seis nietos a la vez. Si son más, ya necesito ayuda extra”, cuenta Pollitzer.

Faltaban unos días para el comienzo de las vacaciones y esta abuela ya estaba armando los programas. Para ella, lo fundamenta­l es la organizaci­ón. Si van a salir, los convoca antes del mediodía, les sirve el almuerzo y, recién después, salen a pasear. “Los nietos ya saben que yo no compro porque somos muchos. Si vamos al parque, llevamos la canasta y almorzamos ahí. Es un programa variado y divertido. Trato de buscar actividade­s que les gusten a todos, y no es sencillo, porque tengo nietos que van desde bebes hasta adolescent­es”, cuenta. A los más grandes les deja que inviten a algún amigo y, así, el grupo se agranda aún más.

Antídotos

Viviana Mudric tiene 67 años y un estudio de abogados. El hecho de que empezó la feria judicial es esencial para el programa que planea hacer con sus nietos. A ella no le gusta llevarlos a las propuestas más comerciale­s. Prefiere que sea un tiempo propicio para dejar la tablet y el celular de lado y conectarse con la naturaleza. Por eso, organiza programas con cada uno de los nietos. Con Iván, por ejemplo, que tiene 2 años, va a alimentar a los gansos que están en los lagos de Palermo.

Casi todos los días organizará planes con sus nietos. Además de Iván, es abuela de Barbi, de 2 años y medio; de Martín, de 6 y de Gabriel, de 10. Para Mudric, las vacaciones son un tiempo para fortalecer el vínculo sin los padres de por medio.

“Intento hacer planes que no tengan que ver con la venta del espectácul­o armado. Si se quedan a dormir en casa, armamos carpas con sábanas, y nos quedamos hasta tarde contando cuentos. Leemos. De día vamos a andar en bicicleta”, cuenta.

Ella asume su rol en las vacaciones con mucha vocación: “Los nietos son un regalo en la vida. Son el mejor antídoto para no darnos cuenta de que nos ponemos viejos. Cuando los ves, no sólo sentís el orgullo de que tus hijos ya sean padres, sino que te hacen sentir que para algo todavía estás en el mundo”.

Rita y Tito Mirabelli son de esos abuelos que siempre están presentes. Y que en el receso escolar no se toman vacaciones. Este año tienen planeado muchas actividade­s para Martina, de 7 años; Emma, de 4, y Vera, de 2. “Queremos ir a Tigre y a La Rural. Vamos a ver algunas obras de teatro. Nos gustaría hacer un picnic o llevarlas al campo. Pero, también tenemos que dejarles que hagan algún paseo junto a los padres”, dice Rita. Para inaugurar la temporada alta de abuelas, ayer llevó a sus nietas al teatro. Y claro que también tiene que dejarle espacio a la otra abuela, en este caso de Martina y Emma, que es Claudia Chanu, de 58 años.

“Yo también tengo muchas actividade­s pensadas”, aclara, preocupada porque anteayer se le rompió el auto cuando volvía de Rosario. “Tengo muchos planes para los nietos los próximos días. Quiero llegar cuanto antes”, le explicaba al mecánico. También es abuela de Valentino, de 9 años; de Luisana, de 6, y de Romeo, de 2. Para empezar, pensó en llevarlos a ver la película

Cars 3 y después, ir a la Feria del Libro Infantil, en Tecnópolis.

Uno de los momentos más divertidos de las vacaciones llega cuando la abuela extiende sobre la mesa grande un mantel de ecocuero y les reparte materiales para pintar. Vuelan los papeles, hay colores por todos lados, mucha creativida­d y el resultado siempre los deja satisfecho­s. La agenda de los nietos le ocupará, al menos, varios días de las próximas dos semanas. “Quedo un poco cansada, pero, la verdad es que lo disfruto. Ser abuela, me encanta”, dice.

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RodRigo néSpolo Laura pollitzer, junto a cinco de sus 12 nietos
 ?? Diego Spivacow/afv ?? Rita Rey eligió llevar al teatro a Emma, de 4 años, y Martina, de 7
Diego Spivacow/afv Rita Rey eligió llevar al teatro a Emma, de 4 años, y Martina, de 7

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