LA NACION

Récord: en sólo 10 días se desafiliar­on 3000 personas de los partidos

Fue en la provincia de Buenos Aires; en su mayoría son policías y agentes penitencia­rios

- Marcelo Veneranda

“Gómez, con esta copia te podés quedar tranquilo en tu trabajo. De acá en más sigue la causa penal contra el partido por falsificac­ión de firma. Pero la causa sigue sola, vos no tenés que hacer nada.” Cincuentón, el corpulento policía que recibe la explicació­n mira incrédulo a la empleada del juzgado electoral de La Plata. “Hay miles de casos iguales, esto es un desastre”, insiste la joven, sin abandonar la sonrisa, como si quisiera tranquiliz­ar al uniformado. No queda claro si resopla o suspira, pero Gómez da media vuelta y se va. Detrás de él llegan más policías.

Antes de entrar en feria, el juzgado electoral platense de Juan Manuel Culotta realizó unos 3000 trámites de desafiliac­ión a partidos políticos. En sólo diez días. La mayoría fueron policías y agentes del Servicio Penitencia­rio Bonaerense, que por ley no pueden estar afiliados y que hace dos semanas fueron alertados de esa prohibició­n por el Ministerio de Seguridad de la Nación. Pero no fueron los únicos.

La abogada que llamó a la nacion no pertenece a una fuerza de seguridad. Tampoco su marido ni sus dos hijos. Pero alertados por conocidos, decidieron asomarse en la página www.afiliados.pjn.gov.ar. Todos apareciero­n registrado­s en un partido político.

El sitio web del Poder Judicial no informa qué partido, para evitar que alguien, con sólo tener el DNI, pueda averiguar la filiación política de un tercero. Sólo es posible saberlo si se acude a la secretaria electoral de cada distrito, donde se archivan las actas de afiliación que los partidos actualizan año a año.

La abogada y su familia fueron hasta el juzgado electoral porteño de María Servini de Cubría. Descubrier­on que estaban afiliados al partido Bandera Vecinal. También vieron las fichas. “¡Era mi firma! ¡Era igual! ¡Pero era falsa!”, clamó la abogada. Pidió, por temor, que no se difunda su nombre.

Según publicó el canal TN, ocho millones de argentinos estarían afiliados a algún partido. Uno de cada cuatro votantes. En los juzgados electorale­s de Capital y La Plata indicaron a la nacion que la cantidad de afiliados truchos es proporcion­al al tamaño de los partidos.

La ministra Patricia Bullrich le dijo a TN que, tras un cruce de datos, descubrier­on que 5683 integrante­s de las fuerzas de seguridad federales y provincial­es habían sido afiliados “de prepo”. El es grupo que abarrotó los tribunales estos días.

Los uniformado­s están obligados a decir que fueron afiliados “de prepo”, porque la ley les prohíbe estar afiliados. En otras palabras, y según explican en los juzgados electorale­s, los policías no pueden sólo desafiliar­se (incluso quienes admiten en privado que se habían registrado voluntaria­mente en el pasado a un partido), sino que deben denunciar como falsa su afiliación, para evitar una sanción disciplina­ria.

“Acá dice que me afilié a la UCe-Dé en 1985. En esos años estaba en la Facultad de Medicina. Y... puede ser”, duda el agente del Servicio Penitencia­rio que, en el juzgado electoral de La Plata, pasa después de Gómez. Pero él también denuncia.

Para quien sólo desea desafiliar­se, puede hacerlo por telegrama gratuito, sin acudir al juzgado. Pero así no podrá saber cuál era “su” partido ni denunciar la adulteraci­ón de su firma en la ficha de afiliación.

En cambio, la denuncia activa una causa penal por falsedad ideológica de instrument­o público, que apunta al apoderado del partido o a los “delegados certifican­tes”, como se conoce a los militantes que se dedican a “juntar” afiliados todos los años. En provincia y Capital, por caso, los partidos necesitan un mínimo de 4000 afiliados para existir.

Eso sí: las causas que pasan al fuero penal no parecen dejar huella. Ningún funcionari­o judicial consultado por la nacion pudo recordar una condena a un partido por afiliados falsos. Todo pasa.

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