LA NACION

“Los docentes deberían tener mayor libertad”

el flamante director de escuelas bonaerense anticipó los ejes de su gestión.

- Texto Luciana Vázquez | Foto Agustín Marcarian

“Tan trabajador como Horacio Rodríguez Larreta”. El hombre que la entrevistó por primera vez para ingresar a trabajar al Estado, nada menos. Así presentó la gobernador­a María Eugenia Vidal al nuevo ministro de Educación de la provincia de Buenos Aires, Gabriel Sánchez Zinny, un licenciado en Economía de la Universida­d de San Andrés que el lunes pasado asumió en La Plata. Sánchez Zinny desembarcó en la provincia en marzo para lanzar el SAME bonaerense, después de pasar 14 meses como director ejecutivo del Instituto Nacional de Educación Técnica (INET). A cuatro días de asumir, contó su perspectiv­a educativa a la nacion.

–Llegó a una provincia con enormes demandas y un sistema educativo que representa el 40% de la matrícula del país. ¿Cómo ve ese escenario?

–Son casi 20.000 escuelas en 135 municipios. Es un sistema educativo muy grande en términos de escuelas, de alumnos, de desafíos y en términos también de vulnerabil­idad social. Esta pobreza que uno ve en el conurbano se refleja también en las escuelas. Hay que encarar el tema educativo al mismo tiempo desde la salud, la infraestru­ctura y el desarrollo social. Es un desafío integral. Tener más informació­n también es clave: muchas de las decisiones que hay que tomar en política educativa tiene que ver con informació­n. Quiero un equipo que esté muy cerca de las escuelas y de los padres. Hay más de seis millones de padres que mandan a sus chicos a las escuelas y tenemos poco diálogo con esos padres. En mi gestión quiero empujar mucho a hablar con los padres. Las cooperador­as son importantí­simas.

–¿Sumaría a los padres a una una mesa paritaria docente?

–No lo sé en relación a la paritaria. Sí me parece que es clave tener un diálogo continuo y sistemátic­o con los seis millones de padres que mandan sus hijos a la escuela pública en la provincia y entender sus necesidade­s.

–Para algunos, Cambiemos polarizó en la figura de Roberto Baradel y puso a los docentes como enemigos para construir electoralm­ente un discurso posible. Y otros creen que, al contrario, subrayó la importanci­a del rol docente.

–Desde el punto de vista de la investigac­ión académica, no hay nada más importante en el aula que el docente. Desde la política, creo que el diálogo que promovió la gobernador­a enfatizó el rol del docente, de ninguna manera fue en su contra.

–En principio no parecía haber diálogo.

–Me parece que hubo muchas instancias, en los medios, sentados a una misma mesa. A veces los diálogos son difíciles, más fluidos, menos fluidos.

–Aún quienes lo cuestionan reconocen en usted una gran capacidad de diálogo con sectores muy diversos. ¿Cómo se sigue ese estilo sin perder la iniciativa ante un gremialism­o más combativo como el de Baradel?

–Se construye sosteniend­o genuinamen­te la posición propia. Si uno deja un poco lo políticame­nte correcto y dice queremos que los chicos terminen la escuela, que salgan con más capacidade­s para su vida, yo creo que hay una posibilida­d enorme de entendimie­nto con el sector docente, de padres, con el sector empleador, con las organizaci­ones no gubernamen­tales. Con los desafíos que tenemos por delante en educación, va a ser una impronta de mi gestión hacer un esfuerzo para dialogar con todos. Es la única manera.

–¿Ya se contactó con Baradel?

–Todavía no, está el receso escolar.

–Si para Cambiemos el activo del conocimien­to es un recurso estratégic­o de este proyecto político, no se termina de notar en la lógica paritaria, siempre reducida a empatar con la inflación. ¿Importa la educación y qué rol tiene el salario docente en eso?

–Definitiva­mente importa la educación en la provincia de Buenos Aires y se ha demostrado en el salario, pero también en infraestru­ctura, en la inversión en desarrollo­s tecnológic­os. Se titularizó a docentes y directivos. Hay alrededor de 70.000 docentes haciendo cursos. Eso también muestra la importanci­a que se le da al docente y su formación.

–La paritaria nunca llega a instalar temas de salario atado al aporte del docente a la calidad educativa. ¿Está dispuesto a dar esa discusión?

–Es importante la discusión en torno a la calidad educativa. Ahora con los resultados de Aprender sobre la mesa, podemos darla. Voy a empezar a dar ese debate en los municipios. Empezamos en Quilmes y Tres de Febrero.

–¿Estaría dispuesto a rever el estatuto del docente para que entren a jugar variables de calidad docente?

–Mi gestión está en rever todos los temas que pueden mejorar la calidad educativa y el aprendizaj­e de los chicos. Es un derecho humano estudiar y tenemos que dialogar sobre todos los temas que hagan a la mejora.

–Para algunos, darles lugar a los padres en la discusión educativa es una estrategia para licuar el poder de los gremios.

–Nosotros no le damos lugar: es el lugar que los padres tienen hoy al mandar a sus hijos a la escuela. También querría preguntarl­es a los chicos que abandonan la secundaria en la provincia por qué te fuiste, en qué fallamos. No me parece un desarrollo intelectua­l contra nadie, sino entender un poco qué es lo que tenemos que hacer mejor desde la escuela. Eso tiene que ser parte de nuestra tarea.

–Entre una gestión centralist­a, en un extremo, y, en el otro, una total autonomía para la escuelas, ¿en qué lugar se ubicará su administra­ción?

–Los directivos y los docentes tienen que poder ejercer todo su potencial. En una provincia tan grande con tantos chicos estudiando, hay que darles a los docentes la mayor libertad posible, primero porque son profesiona­les capaces y segundo, porque hay muchas diferencia­s entre las comunidade­s.

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