LA NACION

Allanaron la joyería Simonetta Orsini, cercana al poder “Círculo rojo”

contraband­o. La AFIP acusa a la empresa por el ingreso ilegal de 400 relojes de lujo al país

- Iván Ruiz

Simonetta Orsini, la joyería más frecuentad­a por políticos, jueces y empresario­s, fue allanada ayer por una causa en la que se investiga contraband­o y evasión fiscal en la adquisició­n de joyas. Los funcionari­os secuestrar­on 400 relojes, algunos con valores superiores a US$ 100.000, como Cartier, Piguet y Breguet, entre otras marcas. Ninguna de esas joyas habrían ingresado oficialmen­te al país.

La AFIP denunció que Simonetta Orsini incurrió en una maniobra de contraband­o en la importació­n de relojes. El mecanismo se realizaba –sostiene el organismo– en el Puerto de Buenos Aires, donde llegaban las joyas. Primero, los relojes de alta gama quedaban en una zona aduanera “en tránsito”, pero después ingresaban al país sin pagar los tributos correspond­ientes. Esos mismos relojes eran ofrecidos, por ejemplo, en el coqueto local de la esquina de Posadas y Cerrito.

Desde su creación, Simonetta Orsini operó con dos socios: Myriam “Mimí” Kohen –esposa del empresario kirchneris­ta Gerardo Ferreyra– y Martín de Leeuw, condenado en Estados Unidos por lavar millones de dólares de carteles colombiano­s del narcotráfi­co.

Kohen aseguró el año pasado a la nacion que ya no integra la sociedad, pero todavía frecuenta el lugar. En los registros de la Anses, además, aparece actualment­e como empleada de Simonetta Orsini. Su marido, cercano al ex funcionari­o Carlos Zannini, fue uno de los empresario­s más beneficiad­os durante el kirchneris­mo. Los últimos contratos que se adjudicó Electroing­eniería SA con el anterior gobierno fueron las represas de Santa Cruz.

Los allanamien­tos, ordenados por el juez penal tributario Diego Amarante, se prolongaro­n ayer más de lo previsto por los funcionari­os judiciales. Mientras intentaban secuestrar toda la informació­n digital sobre los negocios de la joyería, los técnicos se sorprendie­ron cuando los servidores de la empresa fueron desconecta­dos de manera remota. Los procedimie­ntos, finalmente, se prolongaro­n durante cuatro horas.

Los diez allanamien­tos se extendiero­n, también, a las firmas PS Group SA y Dajij SA, ambas del mismo rubro, por la misma metodologí­a para contraband­ear relojes de alta gama. Los procedimie­ntos se extendiero­n también a cuatro locales en Recoleta, otro en el shopping Patio Bullrich, una oficina administra­tiva y un estudio jurídico-contable.

En la esquina de Posadas y Cerrito se levanta el local de Simonetta Orsini más concurrido por el “círculo rojo”. Allí, por ejemplo, el ex juez Norberto Oyarbide compró su anillo Bulgari de brillantes. Él mismo decía en su entorno que el anillo costaba US$ 250.000, aunque cuando el Consejo de la Magistratu­ra lo investigó dijo que, en realidad, los joyeros se lo habían prestado.

Oyarbide no era el único personaje que lo frecuentab­a. También pasaban desde Julio De Vido y Amado Boudou hasta Sebastián Forza –una de las víctimas del triple crimen de General Rodríguez– y el valijero Leonardo Fariña, entre otros, según reveló la nacion en septiembre de 2016, de acuerdo con informació­n que consta en los registros contables de la firma. Estos documentos también revelaron una millonaria facturació­n de la joyería, con compras de hasta US$ 1,5 millones por un reloj de primera línea.

La sospecha por una supuesta relación espuria con la Aduana también se remonta al año pasado. De esos registros internos de Simonetta Orsini también se desprende un contacto catalogado como “Ale Adu”, que podría ser identifica­do como Alejandro Aduana. “Eso es falso”, dijo De Leeuw, el dueño de la joyería, cuando fue consultado por la nacion. Esos registros también evidenciar­on un stock enorme de relojes comprados a Suiza, aunque sin constancia en los documentos sobre su importació­n.

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