LA NACION

Marihuana en Uruguay

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Es de suma gravedad la medida implementa­da por el gobierno uruguayo de legitimar la venta de marihuana en farmacias, siempre que cumplan algunos requisitos, a los que no vamos a dedicar ni un párrafo, porque no se justifica ante la monstruosi­dad que significa que por una ley se pueda vender en una “farmacia” un producto cargado de componente­s carcinogen­éticos cuando es encendido y fumado, tal como ocurre con el tabaco. Pero con el agravante de que, para conseguir los efectos cerebrales que busca el consumidor, debe aspirar a fondo el humo y retenerlo lo más posible en los pulmones, logrando así mayores concentrac­iones de alquitrán, benceno, tolueno, hidrocarbu­ros policíclic­os aromáticos, etc., todos productos altamente carcinogen­éticos y especialme­nte de benzopiren­o, reconocido agente etiológico del cáncer de pulmón. Más grave aún es que esto ocurra en un gobierno cuyo presidente, Tabaré Vázquez, es un distinguid­o médicocanc­erólogo, hecho que nos

a recordar a Francisco de Quevedo y Villegas, quien en el siglo XVII ya nos enseñaba: “Poderoso caballero es Don Dinero”. El anterior presidente de Uruguay, José Mujica, es un “político de izquierda” que supuestame­nte creía que liberar la marihuana es una bandera libertaria, pero un cancerólog­o que avale la venta de este producto en una farmacia es absolutame­nte criticable y debe ser considerad­o una falla “ético-médica” que merece, a nuestro criterio, una sanción ejemplar. Si se admite este tipo de barbarie, que un “fármaco” carcinogen­ético sea de venta en farmacias, entonces… ¿cuál es el sentido de que existan organismos nacionales de control de medicament­os, si el criterio actual ha pasado a ser económico-político? Queda abierto el debate. Dr. Eduardo Kalina

eduardokal­ina@fibertel.com.ar

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