LA NACION

San Lorenzo tiene una obsesión: instalarse como el tercer grande

Presentó los refuerzos dentro de su contexto de crecimient­o societario y deportivo, con récord de participac­iones seguidas en la Libertador­es

- Fernando Vergara

Matías Lammens tiene una fijación en su mente: ubicar a San Lorenzo por detrás de Boca y River en la escala de equipos nacionales. En un fútbol argentino que tiende a generar una brecha cada vez más extensa entre los poderosos y el resto, el Ciclón intenta afianzarse en lo deportivo y en lo social. Así, lleva cuatro años consecutiv­os disputando la Copa Libertador­es, todo un récord para el club. Con 70 mil personas, en Boedo también se enorgullec­en de ser la institució­n que hoy persigue a Boca y River en los números de la masa societaria. De todas formas, para diversos clubes hay un aspecto en el que es cada vez más difícil discutirle­s el protagonis­mo a los dos más grandes: la cuestión presupuest­aria, un aspecto que la billetera deja expuesto en cada mercado de pases.

San Lorenzo y River atraviesan realidades similares en la presente Libertador­es. Cada uno de ellos salió airoso en sus visitas por los octavos de final (Emelec y Guaraní, respectiva­mente) y miran con optimismo hacia los cuartos de final. Si bien los dirigidos por Diego Aguirre se reencontra­ron el martes en la Ciudad Deportiva del club, ayer el uruguayo contó con todas sus caras nuevas por primera vez: Víctor Salazar, Gonzalo Rodríguez, Gabriel Gudiño y Alexis Castro. Pero a diferencia de los Millonario­s, que dirigieron sus cañones a refuerzos de amplia experienci­a y en la mayoría de los casos apuntados para ser titulares de entrada (Javier Pinola, Enzo Pérez e Ignacio Scocco, por caso), las incorporac­iones azulgranas tienen un promedio de edad más bajo y en las entrañas del club les avizoran mayor poder de reventa a futuro. Salvo Gonzalo Rodríguez (33 años), el caudillo formado en las inferiores, el resto deberá forjarse un nombre y ninguno llega con el puesto asegurado. Gudiño (25), Castro (22) y Salazar (24) forman parte de una apuesta institucio­nal. “En mi caso puntual, sé que el espacio de marcador central tendrá mucha competenci­a con Marcos Angeleri y Matías Caruzzo. Tengo que estar disponible lo antes posible para el entrenador”, remarcó Rodríguez en Fox Sports. El zaguero, ex capitán de Fiorentina, se mantuvo en ese club en los últimos cinco años y cuenta en su espalda con jerarquía comprobada.

Para el resto de los recién arribados, será su bautismo en la Primera División de un club grande. El mediocampi­sta cordobés Gudiño llamó la atención de varios conjuntos de la Argentina en base a su destacada temporada en Atlético de Rafaela. San Lorenzo desembolsó 1,7 millones de dólares por la totalidad de su transferen­cia. ¿Qué puede aportar? “Velocidad y ataques por afuera”, según sus palabras. El futbolista nacido en Porteña tuvo recorridos por los torneos Federal By A antes de recalar en la Crema.

“Este es un lindo desafío. Ahora quiero ensamblarm­e lo más rápido posible y ojalá que pueda jugar como lo hice en Rafaela. Yo soñaba mucho con esta profesión, pero nunca me imaginé que todo se iba a dar tan rápido y de esta manera”, expresó en su presentaci­ón.

El zurdo Castro, por su parte, conoce el mundo azulgrana: estuvo cuatro años en las inferiores del club, compartió plantel con Lautaro Montoya y Héctor Tito Villalba y quedó libre en 2008. Ahora, el Ciclón le abonó a Tigre 1,8 millones de dólares por el 70 por ciento de su ficha y firmó contrato hasta el 2021. “Vengo a dar una mano, aunque sé que tendré que pelear un puesto, eso se gana día a día. Me gustaría hacer al menos un poco de lo que hice en Tigre, pero San Lorenzo es un club muy grande y tengo claro que las cosas serán diferentes. Será mi primera Libertador­es y tengo mucha ilusión”, expresó. Hijo del Pucho Castro, el volante fue una carta mostrada por primera vez por Rodolfo Arruabarre­na en el Matador.

Salazar, en tanto, ya tuvo su bautismo en el triunfo 1-0 sobre Emelec en Guayaquil y en el lateral derecho tendrá una disputa con el chileno Paulo Díaz, quien viene de cumplir buenas actuacione­s en el semestre anterior y que además forma parte de las opciones entre los marcadores centrales. El tucumano nacido en Tafí Viejo se mudó a Rosario de adolescent­e y realizó las inferiores en el equipo Canalla. Su debut –de la mano de Miguel Ángel Russo– se produjo en 2014, con 21 años. “Trabajaré muy duro para obtener un lugar. Y si no, alentaré al que le toque jugar. Hoy, mi sueño es ganar la Libertador­es”, aseguró.

En la espera por saber si se sumarán más piezas, los refuerzos azulgranas se exhiben con la ansiedad lógica de quienes tendrán su primera Libertador­es en el sendero. El propio Gonzalo Rodríguez admitió que disputar el torneo más prestigios­o del continente es su cuenta pendiente. Por delante tendrán el desafío más atractivo y complejo a la vez: desde abajo, deberán demostrar que están a la altura de la exigencia.

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Fotobaires alexis Castro, Gabriel Gudiño y Víctor Salazar; la cuarta incorporac­ión que llegó al Ciclón es Gonzalo rodríguez

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