LA NACION

Una salida que le pone fin al reality show más picante de Washington

- Michael Grynbaum Traducción de Jaime Arrambide

En el gobierno de Donald Trump, las conferenci­as de prensa de la Casa Blanca, que solían ser una pesada carga para los desaliñado­s periodista­s acreditado­s,seconvirti­eronenelre­alityshow más picante que existe, una catapulta al estrellato para los periodista­s y una vidriera de acalorados cruces de palabras que se viralizan y hacen estallar el rating. Pero, ¿qué pasa cuando el protagonis­ta abandona?

Como un actor popular que deja una sitcom, Sean Spicer renunció ayer a su cargo de secretario de prensa de la Casa Blanca, un cambio que priva las conferenci­as diarias de su figura central (héroe o villano, según el espectador) y pone fin a esa improbable y pequeña industria que había crecido alrededor de un hombre que ya es –tal vez– el vocero más famoso de la era moderna.

Los seis meses de Spicer en el cargo fueron una experienci­a que cambió la vida de las personas bajo su órbita, fogoneando carreras y la exposición a nivel nacional. La actriz Melissa McCarthy se ganó una nominación al premio Emmy por su imitación de Spicer en Saturday Night Show, que se viralizó de inmediato. April Ryan, correspons­al de American Urban Radio Networks, saltó a la fama luego de enfrentars­e con Spicer.

Algunos días, los noticieros interrumpí­an las telenovela­s o los magazines para transmitir en vivo los partes de Spicer. Lo que pasaba en cámara o fuera de cámara en esas conferenci­as de prensa, que en otros tiempos sólo le importaba al ambiente político de Washington, se había convertido en tema de charla durante la cena en todos los hogares norteameri­canos. Hasta el canal amarillist­a TMZ entró al juego y publicó un borroso video de Spicer cuando era sorprendid­o por un opositor crítico en un negocio de Apple en Virginia.

“Hay una parva de material in- formativo, pero el público es insaciable”, dice Matt Negrin, cuyos obsesivos tuits que detallaban los movimiento­s diarios de Spicer lo ayudaron a ganarse un lugar en The Daily Show, donde ahora produce videos que captan las más memorables pifiadas de Spicer.

Negrin publicó un video-obituario de Spicer en el cargo titulado: “Ruedas de prensa diarias en vivo de Sean Spicer, 2017-2017”. Ya lo tenía preparado de antemano.

En tanto, otros veteranos periodista­s vieron potenciars­e sus vidas y carreras durante el breve paso de Spicer por el atril de la Casa Blanca.

Glenn Thrush, el periodista del The New York Times que ayer dio la primicia de la renuncia de Spicer, fue objeto de una memorable imitación a cargo de Bobby Moynihan en Saturday Night Live. Hace más de 20 años que Ryan es periodista acreditado en la Casa Blanca, pero después de que Spicer lo fustigara durante una conferenci­a de prensa para las cámaras, se convirtió de pronto en un comentaris­ta televisivo muy demandado. Además de un nuevo contrato con la CNN, Ryan apareció como invitado en el programa The Late Show with Stephen Colbert, de la cadena CBS.

En las últimas semanas, Spicer aparecía cada vez menos, y en su reemplazo solía verse a su segunda, Sarah Huckabee. Además, en los últimos tiempos, la Casa Blanca insistía en que sólo se transmitie­ra el audio de las conferenci­as de prensa, lo que privaba a los espectador­es de ver las monerías de Spicer.

Su salida alentó las especulaci­ones sobre una posible incorporac­ión del ahora ex secretario a la grilla televisiva, un destino que siguieron varios colaborado­res de la Casa Blanca, que consiguier­on jugosos contratos con los canales de cable. Hay una cadena de noticias, sin embargo, donde segurament­e no consiga empleo: la CNN salió ayer mismo a aclarar que no contratará a Spicer. No debería sorprender a nadie, después de los frecuentes choques entre ambos.

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