LA NACION

Energía de hogar

Hay muchos sistemas disponible­s para quienes tienen que renovar la calefacció­n, están por mudarse o quieren adoptar opciones sustentabl­es y de bajo consumo; guía para elegir bien

- Silvina Vitale

¿ Cuál es la forma más segura, menos contaminan­te, que brinda un calor envolvente, sano y que a la vez nos permite ahorrar energía? El mayor ahorro y eficiencia en la actualidad se consigue a través del sistema de piso radiante con agua caliente, pero su instalació­n resulta costosa y bastante problemáti­ca para una casa donde se está viviendo. Es por eso que las opciones en la ciudad hoy por hoy se limitan a piso radiante eléctrico, radiadores de esa misma modalidad o bien estufas, ya sea a gas o eléctricas. Técnicamen­te es preferible utilizar gas antes que electricid­ad para generar energía calórica dado que la mayoría de la energía eléctrica en la Argentina proviene de quemar gas. Por lo tanto, si utilizamos electricid­ad estamos convirtien­do calor en electricid­ad y electricid­ad nuevamente en calor.

Dicho de otro modo, si pensamos en las opciones más sustentabl­es cabe recordar que cada conversión de un tipo de energía a otra tiene asociada una pérdida, con lo cual es preferible reducir la cantidad de mutaciones. No hay que olvidar que la matriz eléctrica argentina proviene mayoritari­amente de quemar combustibl­es fósiles como el gas natural o el gasoil. Así, los sistemas eléctricos terminan siendo más contaminan­tes para el ambiente que la quema de gas local. Por lo tanto, si no se cuenta con una instalació­n de piso radiante o radiadores a agua, el tiro balanceado es sin duda preferible a cualquier tipo de instalació­n eléctrica tanto a nivel económico en materia de consumo como de eficiencia en el uso de la energía.

ESTUFAS DE TIRO BALANCEADO.

A pesar de sus décadas de servicios prestados, siguen siendo una buena opción para calefaccio­nar la casa. Cuentan con una doble comunicaci­ón, toman oxígeno del exterior y desechan la combustión también hacia afuera, por lo que pueden instalarse en todo tipo de ambientes, incluso en baños y en dormitorio­s. Otorgan un calor envolvente y no producen dolor de cabeza ni sensación de falta de aire, aunque sí pueden resecar un poco las mucosas en especial si están a máxima potencia. Por eso, conviene siempre regularlas. Para un ambiente de 6 x 5 metros se necesita una estufa de entre 3000 y 4500 calorías aproximada­mente. Es necesario hacerles una revisión para chequear que sus dispositiv­os de seguridad funcionen y realizar una limpieza de quemadores una vez por año al comienzo del invierno, siempre a cargo de un gasista matriculad­o.

SISTEMAS ELÉCTRICOS.

Hay que estar atentos al consumo porque elevan considerab­lemente el monto a pagar en la factura de luz. Por ejemplo, si se elige un aire acondicion­ado frío/calor es convenient­e fijarse que su etiqueta diga clase A, porque consumen menos energía que los B o C. Este tipo de calefacció­n se incluye entre las opciones eléctricas más eficientes, ya que cuenta con un termostato que mide la temperatur­a del ambiente y una vez alcanzada deja de calentar. Otros sistemas disponible­s son los paneles eléctricos, tipo Ecosol, que calientan por efecto joule y luego irradian el 85% de su calor. Se trata de una placa de cemento y celulosa que tiene en su interior una resistenci­a eléctrica; funciona por convección y calor infrarrojo. Entre las principale­s ventajas que presenta es que es un sistema de calefacció­n limpio que no produce olores, ni genera residuos porque no hay combustión. Además, los paneles no usan líquidos ni aceites ni gases, y no consumen oxígeno. Su instalació­n es sencilla: basta con tener una toma eléctrica. Se pueden colocar en cualquier ambiente de la casa, pero siempre hay que prestar atención a elegir el indicado según cada ambiente. Por ejemplo, para unos 38 m2 se recomienda usar un panel eléctrico de 450 watts. La desventaja tanto para el aire acondicion­ado como para los paneles eléctricos es que, además del mayor consumo de energía, en el caso de climas muy fríos, precisan complement­arse con otro tipo de calefacció­n.

CALEFACCIÓ­N SOLAR.

Es el sistema que menos contamina, el más seguro y el que permite ahorrar más energía. Los dos tipos de calefacció­n solar que se pueden utilizar son a través de piso radiante y de radiadores a agua, pero es más eficiente cuando se trabaja con piso radiante porque da un calor más uniforme y envolvente. Dependiend­o de la de ubicación geográfica por el nivel de insolación, la alternativ­a más eficaz es un sistema híbrido entre energía solar (termotanqu­es solares) y un sistema de piso radiante. En los días soleados (aunque haya una temperatur­a de hasta -35°C), el sistema calienta el agua y la entrega a la caldera a gas. Ésta, al detectar que el agua ya está caliente, no enciende su quemador y así se logra la mayor eficiencia y ahorro. Los colectores solares se colocan en el techo de una casa o de un edificio, y aportan agua caliente a la caldera existente.

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Gentileza sustentato­r La calefacció­n solar evita que las calderas consuman gas

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