LA NACION

Recrudecen los enfrentami­entos entre israelíes y palestinos: seis muertos

medio oriente. Hubo violentos choques en los territorio­s ocupados de Jerusalén Este y Cisjordani­a, y en una colonia judía

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JERUSALÉN.– La decisión israelí de reforzar las restriccio­nes para el acceso a la Explanada de las Mezquitas, en el casco antiguo de Jerusalén, derivó ayer en violentos enfrentami­entos, los más graves en años, en los que tres palestinos murieron en los territorio­s ocupados de Jerusalén Este y Cisjordani­a, mientras que tres israelíes también perdieron la vida en un ataque con arma blanca en una colonia judía.

Luego de los choques, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmoud Abbas, anunció que suspendía todo contacto con Israel, e instó a Estados Unidos a “intervenir de manera urgente” para que Tel Aviv elimine las restriccio­nes en los accesos a los lugares santos islámicos.

Según informó el sitio digital israelí Ynet, en conversaci­ón telefónica con Jared Kushner, yerno y asesor del presidente Donald Trump, Abbas destacó la gravedad de la crisis y pidió el compromiso de Washington para lograr que Israel dé marcha atrás con el refuerzo de los controles en la zona antes de que la situación se salga de control.

La Explanada de las Mezquitas, en donde está el Domo de la Roca (lugar desde donde Mahoma ascendió a los cielos, según los islámicos) y la mezquita Al-Aqsa, está situada en el casco viejo de Jerusalén, sector palestino dentro de la ciudad santa, cuya anexión por Israel nunca fue reconocida por la comunidad internacio­nal.

Los palestinos denunciaro­n el domingo pasado que Israel instaló detectores de metales en los accesos a la Explanada, luego de un ataque contra policías israelíes el 14 pasado cerca del lugar.

Además, desde ayer, por motivos de seguridad Israel sólo permite el ingreso a la Ciudad Vieja de hombres mayores de 50 años y mujeres.

Aunque la custodia de los lugares santos islámicos en Jerusalén está oficialmen­te en manos de Jordania, Israel tiene su propio puesto de control del acceso, y el lugar cristaliza desde hace décadas las tensiones con los palestinos.

La instalació­n de detectores aumentó el temor palestino de que Israel trate de tomar el control exclusivo del tercer lugar santo del islam, un sitio también venerado por los judíos como el Monte del Templo.

Desde ese momento los palestinos decidieron no someterse a los detectores de metales israelíes en la Explanada y llevar a cabo la oración dentro de la Ciudad Vieja, algo prohibido por los israelíes. Esta semana hubo enfrentami­entos casi diarios con la policía israelí.

Ayer, día sagrado para el islam por ser viernes, la tensión empezó a sentirse desde la mañana, cuando miles de musulmanes se acercaron a las inmediacio­nes del recinto y se negaron a atravesar los detectores de metales.

Los disturbios se replicaron en varios barrios de Jerusalén Este y en algunas de localidade­s de Cisjordani­a, incluidas Qalandia, Hebrón, Belén y Tulkarem.

El primer palestino muerto fue un adolescent­e de 18 años, Muhammad Mahmoud Sharaf, informó la agencia palestina Maan.

Sharaf era oriundo del barrio de Silwan. Según Maan, murió a manos de un colono israelí, que le disparó un tiro en el cuello.

Otro palestino, Muhammad Abu Ghanam, de 20 años, murió en el hospital Al-Makassed después de haber sido herido por fuerzas policiales israelíes. El tercer muerto fue Mohammad Lafi, de 17 años, tras ser herido en el barrio de Abu Dis, en el este del muro de separación que Israel construyó en Cisjordani­a.

Horas después, tres israelíes murieron apuñalados en un asentamien­to judío del norte de la ocupada Cisjordani­a.

El servicio de emergencia­s de la Media Luna Roja confirmó 391 heridos en los disturbios, muchos de ellos por inhalación de gas, pero también decenas por quemaduras y heridas de munición real y de balas de goma.

El ejército israelí puso ayer en alerta cinco batallones, por si fuese necesario intervenir en la ciudad ante la creciente tensión.

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