LA NACION

El presupuest­o 2018 apunta a una inflación del 12%

A pesar del desconcier­to por la persistenc­ia de Cristina Kirchner, el Presidente confía en un triunfo electoral del oficialism­o; quejas contra Massa y Randazzo

- Santiago Dapelo

El Gobierno trabaja en los detalles del Presupuest­o que enviará al Congreso en poco más de un mes, pero ya tiene claro dos objetivos: la inflación proyectada será, como máximo, del 12% y el déficit fiscal no podrá superar el 3,2%.

Es la hoja de ruta que prepara la Jefatura de Gabinete, a cargo de Marcos Peña, en colaboraci­ón con los ministerio­s.

Si bien el gobierno nacional no cumplirá con la meta inflaciona­ria prevista para este año del 17%, el presidente Mauricio Macri anticipó que están “retrasados tres meses”, su equipo económico está convencido de que la baja de la inflación continuará con éste ritmo en los próximos meses.

La banda sobre la que prevé se moverá la inflación el año próximo y que se incluirá en el proyecto que presentará en septiembre al Congreso va del 8 al 12%, según confió a una altísima fuente de la nacion la administra­ción nacional. Y ese guarismo está en línea con uno de los objetivos centrales de la administra­ción macrista para este mandato: llevar ése número a un digito antes de que finalice su mandato, en 2019.

“En marzo estaremos en el 17% y a fin de año que viene estaremos por debajo de 12%”, confió, entusiasma­do, un integrante del gabinete con injerencia en la cuestión económica.

Pero eso no es todo. Macri y Peña ya anticiparo­n que no habrá un ajuste después de las elecciones y tampoco hubo un pedido de recortes presupuest­arios en los ministerio­s para empujar el déficit fiscal para abajo.

Hay una razón fundamenta­l para el cambio de estrategia: ya no hay margen de donde achicar, eso cree el círculo íntimo del Presidente.

“No hubo ninguna exigencia de ajuste o recorte de gastos para los ministros”, aseguró un hombre con acceso diario al despacho del jefe del Estado. Pero esa decisión no implica cambios en las metas para luchar contra uno de los grandes dolores de cabeza que tiene Macri: el déficit fiscal.

En los números que manejan en la Casa Rosada el rojo que arrojan las cuentas públicas seguirá descendien­do con la misma fórmula que utilizaron hasta el momento. Por lo menos, así lo afirmaron los principale­s funcionari­os del Gobierno.

Eso incluye fundamenta­lmente el crecimient­o de la economía, que según la Casa de Gobierno rondaría en éste período el 3%; la puesta en marcha de la obra pública, sin el porcentaje que quedaba en manos de la corrupción –según datos oficiales, representa una baja de promedio en el costo de entre un 20 y 30%–, el financiami­ento exterior y la baja de la inflación, que del 35% en 2016 podría bajar al 20% este año.

“No hay que recortar, sino administra­r mejor los recursos del Estado que tenemos. Este año vamos a cumplir la meta fiscal del 4,2% del PBI [unos 420.000 millones de pesos] y el año que viene bajará otro punto”, explicó uno de los principa es asesores del Presidente.

Mientras tanto, el Presidente está lanzado de lleno en la campaña. “Está recién comenzando…”, le dijo Macri a unos íntimos en Mendoza, donde además de participar en la cumbre del Mercosur estuvo presente anteayer en el lanzamient­o de los candidatos de Cambiemos junto al gobernador Alfredo Cornejo. Confianza presidenci­al

A diferencia de lo que marcan las encuestas, que muestran una paridad en la provincia de Buenos Aires, donde se reparten casi 4 de cada 10 votos nacionales, Macri no oculta su entusiasmo. “Está convencido de que vamos a ganar”, relataron en la intimidad del entorno presidenci­al.

Pero ante su círculo de confianza Macri expresó sin tapujos cierta incredulid­ad por las posibilida­des electorale­s que aún mantiene la ex presidenta Cristina Kichner.

El Jefe del Estado aún no termina de comprender por qué es aún una opción, aunque sólo relevante en el territorio bonaerense.

“Es una paradoja lo que ocurre. Pero tiene un grupo importante de fanáticos y otros que creen que esto no estaba por explotar”, describier­on cerca del Presidente. A la hora de encontrar responsabl­es, Macri señala especialme­nte el líder del Frente Renovador, Sergio Massa. “Está viva políticame­nte especialme­nte por culpa de Massa y [Florencio] Randazzo”, se quejó el Presidente ante su mesa chica según pudo reconstrui­r la nacion. Pero es en particular la actitud del ex intendente de Tigre la que lo molesta; cada vez que menciona su nombre se atraganta.

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