LA NACION

El British Open tiene el récord de los Majors: 62 golpes

El sudafrican­o Grace, de 29 años, hizo historia con la vuelta más baja en grandes torneos y sólo se enteró cuando se lo dijo su caddie

- Tomás Bence

SOUTHPORT, Inglaterra.– Bastaron sólo cuatro horas y 62 golpes para que la historia de 447 Majors quedara pulverizad­a. Sucedió, curiosamen­te, en el Abierto Británico, el más antiguo. Una gran ovación cayó desde las tribunas del hoyo 18 del Royal Birkdale Golf Club. Se hizo extensiva en cada rincón de la cancha. Branden Grace sacó la pelota del hoyo. El golfista nacido en Sudáfrica le hizo un gesto al público, agradecién­dole los aplausos, y abrazó a su caddie, Zach Resego. Mientras tanto la multitud, de pie, continuaba un griterío que parecía interminab­le. Se acababa de establecer la vuelta más baja en la historia de un Major y su protagonis­ta ni siquiera estaba enterado.

Grace cayó en la cuenta de que había marcado la vuelta más baja en la historia de los Major porque se lo contó su caddie.“No sabía muy bien qué pasaba en el hoyo 18. Entendía que me aplaudían por el gran día que había tenido. Después me dijo Zach que 62 golpes era el score más bajo en un Major. Allí entendí todo lo que estaba pasando”, relató el sudafrican­o. Se alegra de no haber sabido antes de su golpe, si no, cree que la historia hubiese sido distinta. “Si sabía que ese putt era para ser la ronda más baja, seguro que lo fallaba y me iba con bogey”, bromeó.

Grace nació en Pretoria hace 29 años y juega al golf como profesiona­l desde 2007. Ganó un título del PGA (en 2016) y fue campeón en siete oportunida­des del European Tour. Está disputando su 22º Major en este 146º Abierto Británico. Registra su mejor actuación en el PGA Championsh­ip 2015, cuando finalizó tercero, a cinco golpes del australian­o Jason Day. Ayer firmó una tarjeta de 62 golpes (-8), producto de ocho birdies. Así quedó cuatro bajo par en el campeonato, a siete del líder Jordan Spieth.

Jugó de manera espectacul­ar Grace y eso lo constatan sus números: acertó el 90% de los greens y el 70% de los fairways. Sin embargo, se dio el lujo de pedir un poco más: “Creo que falle algún putt”, señaló tras su recorrido.

“Es muy especial lo que conseguí. Y aún más significat­ivo que haya sido en el British Open, con todo lo que es y simboliza este torneo”, asegura el golfista que actualment­e se ubica en el puesto 35° del ranking mundial. Él sabe, más que nadie, que los récords están para romperse. “Puedo decir con seguridad que, tarde o temprano, alguien bajará el score. Sólo espero que no suceda hoy (por ayer)”, bromea. Hasta ayer, el récord más bajo estaba establecid­o en 63 golpes y lo habían conseguido 31 veces 29 jugadores distintos: sólo repitieron Greg Norman y Fijay Singh.

El caddie mágico

El golf es, aunque no lo parezca, un deporte en conjunto. Es el jugador el que pega, pero a su lado está el caddie, una pieza fundamenta­l. Así lo reconoce el sudafrican­o, quien puso en el centro de la escena a Zach Resego, quien lo acompaña desde hace ya muchos años. Gran parte del crecimient­o que tuvo en el circuito, dice, se lo debe a él, una persona con una profunda historia de vida.

Resego nació hace 54 años en Sun City, Sudáfrica. Vivió bajo el régimen del apartheid cuando era niño, junto a su madre, su abuelo, dos hermanas y dos hermanos. Debieron mudarse en muchas oportunida­des y durante varios meses su techo era una carpa. El primer acercamien­to al golf lo tuvo en el Gary Player Country Club. lo invitaron a hacer un curso de seis meses para ser caddie. Corría todas las tardes desde la escuela hasta allí para no perdérselo. Fue el propio Gary Player, el emblema del golf de ese país, quien lo aconsejó a terminar el curso y desde allí su vida estuvo vinculada a los links. la relación entre ellos fue tan estrecha que cuando Player ganó un Senior British Open, Resego estaba a su lado.

louis Oosthuizen ganó inesperada­mente el Abierto Británico 2010, en St Andrews. A su lado estaba Resego, quien unos meses después pasó a formar parte del equipo de Grace. “Me animo a decir que es el mejor caddie del mundo”, dice el jugador. “la clave que tenemos es la comunicaci­ón y la confianza. Nos llevamos muy bien adentro y afuera de la cancha”, relata el dueño del récord. Y se permite una chicana: “Aunque sea un hombre mayor, es mi consejero y un gran amigo”.

las buenas condicione­s climáticas durante la mañana y hasta entrada la tarde, cuando comenzó a llover, ayudaron a los jugadores a terminar con scores bajo el par de la cancha. Más allá de la gran ronda que tuvo, ese fue uno de los motivos que ayudaron a Grace a terminar con 62. “Tuvimos sol durante todo el día. Eso hizo que los greens corrieran, que estén más fáciles de jugar, así que los greens estaban sencillos y casi no sopló el viento. A eso hay que sumar que se movieron algunos tees de salida, creo que dieron más chances para ser agresivos y eso se vio”, sostuvo el propio Grace.

Zach Johnson terminó con el segundo mejor score, seis bajo par. “Este sábado las banderas no se movían, el viernes se volaba todo. Creo que esa fue la clave para poder bajar la cancha. Si no sopla el viento se pueden ver tarjetas tan buenas como las de hoy (por ayer)”, argumentó ante la consulta de la nacion.

Es claro que para un link del Abierto Británico, desprovist­os de árboles, cuánto sople hará las cosas más o menos difíciles. Pero el que arrasó ayer fue Grace. El resto quedó en segundo plano.

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Branden Grace, distendido e iluminado, junto con un caddie histórico: Zach Reseg

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