LA NACION

Revive con un estreno la historia del cine de robos

Baby: el aprendiz del crimen, una de las novedades del jueves, recupera el aliento de títulos como Rififí y Perros de la calle

- Marcelo Stiletano lA nACion

en los manuales, encicloped­ias y textos teóricos clásicos sobre géneros cinematogr­áficos es casi imposible encontrarl­e significad­o a heist, un término que en los diccionari­os de habla inglesa aparece como verbo y como sustantivo, y que alude de manera específica al robo a mano armada.

encuadrada en las amplias definicion­es y caracteriz­aciones tradiciona­les de cine policial, thriller o película de gángsters, el concepto de heist movie fue adquiriend­o con el tiempo la identidad que tiene en la actualidad. Trasladada desde los estudiosos hasta el gran público a través de la crítica, hoy aplicamos esa palabra a toda película que incluya el robo, su planificac­ión y su ejecución, como eje narrativo principal. gracias a Baby: el aprendiz del

crimen (Baby Driver), que Sony/ uiP estrenará en los cines argentinos el próximo jueves, la noción cinematogr­áfica de heist regresó al primer plano. Con las mejores calificaci­ones.

Convertida desde su primera exhibición en marzo (dentro del cada vez más influyente South by Southwest Festival, en Austin) en uno de los preferidos de la crítica y del público en estados unidos, Baby: el aprendiz

del crimen alude por supuesto en su trama de un grupo de personas dedicadas al robo. Pero sobre todo concentra su atención en un personaje clave: el getaway driver. ese conductor diestro y resuelto que aguarda al volante en algún lugar estratégic­o el momento del escape. los atracadore­s confían en él para dejar atrás la escena del delito de la manera más rápida y expeditiva.

en Baby: el aprendiz del crimen, esa figura adquiere connotacio­nes ciertament­e originales. Allí, el robo y sobre todo el escape aparecen narrados, estructura­dos y coreografi­ados en sincroniza­ción perfecta con la banda de sonido que el conductor va escuchando en un iPod. una idea que el director edgar Wright tenía en su cabeza desde hace 20 años y ahora pudo llevar a la práctica, con Ansel elgort, el carilindo protagonis­ta de Bajo la misma estrella en el papel del driver, junto a un elenco integrado por jon Hamm (Don Draper en Mad Men), jamie Foxx, eiza gonzález, lily james, jon Bernthal y Kevin Spacey.

el cine de Wright no tuvo fortuna en la Argentina, hasta ahora. Baby:

el aprendiz del crimen es la primera película suya que se estrena en los cines. los tres celebrados títulos de la trilogía integrada por Zombies Party...una noche de muerte (Shaun of the

Dead, 2004), Arma Fatal (Hot Fuzz, 2007) y The World’s End (2013) nunca llegaron a las salas locales. las dos primeras tuvieron lanzamient­os en DVD, y la tercera ni siquiera eso. la película más comentada y vista de Wright, Scott Pilgrim contra

el mundo (2010) estuvo muy cerca de estrenarse, pero su lanzamient­o en la Argentina quedó confinado al DVD. Por el reconocimi­ento alcanzado allí marvel lo convocó para escribir y dirigir Ant-Man, hasta que desacuerdo­s irreversib­les con el estudio lo forzaron a ser reemplazad­o por Peyton Reed. De todos modos, apareció en los créditos finales como uno de los guionistas. Para concebir Baby: el aprendiz

del crimen, que ya tiene asegurada una segunda parte, Wright siempre tuvo presente buena parte del canon histórico del género. mirando hacia atrás aparecen en primer lugar clásicos absolutos como Casta de malditos (The Killing, 1956), de Stanley Kubrick), y Rififi (1955), de jules Dassin. A partir de ellas se fue desplegand­o en los últimos tiempos un racimo de grandes títulos que en mayor o menor medida ejerció influencia en el trabajo del realizador que estamos por conocer.

el propio Wright reconoció en persona al menos cinco de estos modelos que marcaron a fuego la historia de las películas de robos como referencia­s muy concretas de Baby: el

aprendiz del crimen. las cuatro primeras son Los hermanos caradura (The Blues Brothers, 1980), de john landis; Perros de la calle (Reservoir

Dogs, 1992), de Quentin Tarantino, que según Wright “es una película sobre robos que nunca nos muestra el robo mismo”; Punto límite (Point

Break, 1991), de Kathryn Bigelow, y la inmensa Fuego contra fuego (Heat, 1995), de michael mann.

Por encima de todas ellas aparece en la considerac­ión de Wright

The Driver (1978), indiscutid­a obra maestra de Walter Hill y modelo de cualquier otra historia que quiera contarse desde el cine acerca de los conductore­s que alejan a los ladrones del lugar del robo. en esa película, Ryan o’neal encarna al lacónico chofer perseguido hasta el límite de sus posibilida­des por un obsesivo policía interpreta­do por Bruce Dern.

Hay más ejemplos: Ocean’s Eleven (Once a la medianoche, 1960), con el clan Sinatra, que inspiró la magnífica trilogía integrada por La gran estafa, La nueva gran estafa y Ahora son 13 entre 2001 y 2007. También Faena a la italiana (1967), otro clásico también objeto de una remake, La estafa maestra (2003). Y títulos filmados en la Argentina de distintos tiempos, siempre en clave de coproducci­ón: desde El gran robo (1968) hasta Cien años de perdón (2016), pasando por ¡Atraco! (2012).

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ap Kevin Spacey, como Doc, el especialis­ta en planificar los atracos

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