LA NACION

La Casa Rosada presiona a gobernador­es para buscar la expulsión de De Vido

Frigerio habló con los mandatario­s de Salta, Córdoba, Chubut y Neuquén para que influyan sobre sus legislador­es; hoy se trata el tema en comisión y mañana, en el recinto

- Jaime Rosemberg

Pese a que admite que no le alcanzan los números en el recinto para lograr mañana la expulsión del diputado ultrakirch­nerista Julio De Vido, el Gobierno negocia con gobernador­es para insistir en apartarlo por inhabilida­d moral, ante la acumulació­n de causas judiciales.

Aun si pierde la votación, la Casa Rosada apuesta a hacerles pagar un alto costo político a los diputados que defiendan al ex ministro. Así, el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, habló con los gobernador­es peronistas Juan Manuel Urtubey (Salta), Juan Schiaretti (Córdoba), Mario Das Neves (Chubut) y Omar Gutiérrez (Neuquén) para pedirles que ejerzan influencia sobre sus legislador­es. La situación de De Vido será tratada hoy en la Comisión de Asuntos Constituci­onales, donde probableme­nte se apruebe un dictamen favorable a la expulsión. Pero la decisión definitiva se tomará mañana, con la votación en el recinto.

“Pelearla a muerte hasta el final. Y ganar, aun perdiendo.” En la Casa Rosada resumían ayer, en pocas pero precisas palabras, la estrategia del oficialism­o para intentar la expulsión del ex ministro de Planificac­ión Julio De Vido de su banca de diputado nacional.

Intensific­ar las gestiones con los gobernador­es “con los que se puede conversar” y buscar –a través de los diputados– a los “librepensa­dores” dentro de la Cámara baja fueron las órdenes que siguieron ayer el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, y los referentes de Cambiemos en el Congreso. Como bien sabe el presidente Mauricio Macri –lo escuchó de boca del ministro del Interior la semana pasada–, lo más probable es que De Vido, uno de los principale­s emblemas del kirchneris­mo, continúe en su puesto después de mañana, cuando se discuta en el recinto su permanenci­a, ante el intento de expulsarlo por inhabilida­d moral.

Pero el “triunfo” será, como lo afirmó uno de los miembros del gabinete a la nacion, “que muchos peronistas no kirchneris­tas tengan que explicar sus manos levantadas para defender a un sinónimo de la corrupción del gobierno anterior”.

Cambiemos cuenta con los votos suficiente­s para aprobar hoy en comisión el dictamen de expulsión del legislador kirchneris­ta. Pero no le alcanzan los números para llegar a los dos tercios de los votos que se requieren en el recinto.

El propio diputado radical Mario Negri, jefe del interbloqu­e Cambiemos, admitió que el oficialism­o no llega al número para expulsar a De Vido, pero pidió esperar al día de la reunión para saber cómo “juegan las presencias” en el conteo final.

La expulsión de De Vido no formó parte de la reunión de coordinaci­ón que encabezó el Presidente en la quinta de Olivos. Pero sí tuvo un lugar en las agendas de Frigerio y del jefe de Gabinete, Marcos Peña, un poco más alejado en este caso de la búsqueda de votos para terminar con la trayectori­a legisla- tiva de De Vido. “Lo manejan desde el Congreso Lilita [Carrió], [Mario] Negri y [Nicolás] Massot”, afirmaron cerca del jefe de Gabinete.

Según fuentes del Gobierno, el ministro del Interior habló del tema con varios gobernador­es, como Juan Manuel Urtubey (Salta), Juan Schiaretti (Córdoba), Mario Das Neves (Chubut) y Omar Gutiérrez (Neuquén). En todos los casos habría obtenido resultados positivos, más allá de que Frigerio y Schiaretti coincidirá­n hoy en la inauguraci­ón de un tramo de la ruta Córdoba-Río Cuarto y podrían seguir conversand­o sobre el asunto.

Cerca del ministro daban por hecho que tanto Das Neves como el socialista Miguel Lifschitz (Santa Fe) persuadirá­n a sus legislador­es sobre la convenienc­ia de votar por la expulsión del ex ministro.

En la Casa Rosada tenían ayer escasas esperanzas de algún gesto por parte de los gobernador­es más cercanos a Cristina Kirchner: los Zamora (Santiago del Estero), Alicia Kirchner (Santa Cruz), Juan Manzur (Tucumán), Alberto Rodríguez Saá (San Luis) y Gildo Insfrán (Formosa). “Compartier­on mucha historia. Y De Vido sabe muchas cosas de ellos”, afirmó otro miembro del gabinete.

La estrategia complement­aria de las gestiones oficiosas será, claramente, dejar expuestos a quienes opten por no apoyar la expulsión.

“Va a ser muy fuerte la foto de los diputados levantando la mano para defenderlo”, señalaban en Balcarce 50. Y se entusiasma­ban con el costo político que pagarán esos dirigentes. ¿Y si no alcanzan los votos? “Los medios van a ir a buscar a los que se abstuviero­n o a los que se negaron a expulsarlo. No a nosotros”, afirmó un vocero. “Nos van a endilgar que no tuvimos la muñeca necesaria para juntar los votos. Pero es mucho mayor el costo que pagarán ellos”, afirmó a la nacion uno de los referentes de Pro en Diputados.

Cerca de Frigerio buscaron relacionar esta votación con la frustrada reforma política impulsada por la Casa Rosada y frenada por la mayoría justiciali­sta en el Senado. “Los que van a defender a De Vido son los mismos que se opusieron al voto electrónic­o y los cambios en la forma de votar”, afirmó un funcionari­o de esa cartera.

La estrategia es exponer

“La derrota en ningún caso será nuestra, sino de quienes defienden a un funcionari­o con muchas causas en su contra sin demasiados argumentos”, coincidier­on en el Gobierno y la bancada oficialist­a en Diputados.

Desde que comenzó el proceso, el presidente Macri se mantuvo al margen, aunque dejó trascender su disgusto por decisiones judiciales que beneficiar­on al ex ministro, como la del juez federal Luis Rodríguez, quien a principios de este mes desestimó el pedido del fiscal Carlos Stornelli para pedir el desafuero y la detención del actual diputado.

Días después, Macri habló de una presunta amenaza del cuestionad­o diputado –luego desmentida por él mismo– de dar a conocer “cuentas” si el Gobierno “seguía jodiendo” con expulsarlo. “Si tiene algo para traer que traiga las pruebas que, primero, van a confirmar que él es parte de todo este sistema: haber utilizado la obra pública, la compra de energía, una cantidad de cosas para desviar fondos donde no correspond­ía”, afirmó Macri.

Fiel a los deseos presidenci­ales, el oficialism­o intentará hasta último momento conseguir la expulsión en la sesión de mañana. Pero con tratar el tema y forzar la votación se darán por satisfecho­s, aseguran.

Según el Gobierno, las gestiones con los gobernador­es del PJ fueron positivas

El diputado oficialist­a Negri, sin embargo, admitió que no llegan a los dos tercios

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