Millennials, estudio y tecnología
El Instituto para la Integración de América Latina y el Caribe del Banco Interamericano de Desarrollo estudió el comportamiento de 600 jóvenes argentinos de entre 18 y 34 años que habitan en nuestros mayores centros urbanos .
La investigación se concentró en sus comportamientos y convicciones respecto de los factores que les abren las puertas del trabajo satisfactorio pues, a pesar de haberse formado en un clima en el que predomina con enorme fuerza el desarrollo tecnológico, en su mayoría conceden prioridad a la preparación universitaria tradicional.
Esos jóvenes, citados también como miembros de la llamada generación Y, obviamente no desconocen el empleo de los recursos tecnológicos que se han incorporando en las actividades laborales. Pero ellos prefieren, por ejemplo, valerse de modos personales de efectuar distintas operaciones, como las bancarias o el uso de efectivo para abonar pagos, porque lo estiman más seguro.
No es un dato para despreciar, siendo que, como decíamos en un editorial anterior, hay varios estudios en el mundo en los que nuestro país aparece en los primeros lugares en el consumo de tecnología y, paralelamente, somos quienes en promedio demostramos mayores dificultades a la hora de poder liberarnos de ella para dedicarnos a cultivar las relaciones interpersonales.
El dato llamativo, y alentador, de este nuevo estudio es que si bien el 93 por ciento de los jóvenes de la franja citada dijo poseer celular con acceso a Internet, el 54% asegura no emplearlo en el trabajo, sino como recurso de diversión en su actividad cotidiana. Algo más de la mitad le concede un mayor significado a la educación tradicional recibida antes que al empleo de la tecnología.
Quienes pertenecen a la generación nacida a principios de la década del 80 y cuyos miembros mayores están ahora en los 37 años, suelen ser llamados millennials porque se hicieron adultos hacia el año 2000. Se destacan por ser coetáneos con la incorporación generalizada de nuevos recursos tecnológicos.
Según el estudio, los jóvenes del milenio utilizan el celular e Internet para chatear un promedio de cuatro horas y doce minutos. Del informe se desprende el perfil que se va dibujando de la sociedad joven del país, en un tiempo de acelerados cambios.
Es inevitable que las nuevas generaciones avancen en el uso de instrumentos en materia tecnológica. De quienes están a cargo de su formación depende la correcta orientación que se les dé, vinculada con el estudio y el posterior mercado laboral.
Los millennials dan cuenta de que el equilibrio entre las herramientas tecnológicas y las de aprendizaje tradicional es posible. Debemos entrenar a los más jóvenes para que puedan mantener ese sano equilibrio y evitar caer en vicios de los que sea después muy difícil salir.