La oposición vació las calles del país y la protesta sumó un muerto
Alto acatamiento en la primera jornada de paro; Maduro premió a los sancionados por EE.UU.
CARACAS.– La primera jornada de huelga general se concretó ayer con un 92% de acatamiento, según la oposición, y con “un pueblo que no le paró al paro”, según Nicolás Maduro. Un desafío que volvió a inmovilizar a buena parte del país y que más allá de la propaganda prosigue hoy con otras 24 horas de paro cívico y que culmina mañana con la “toma de Caracas”, una gran protesta que la oposición quiere convertir en una reedición del 1° de septiembre del año pasado, cuando un millón de personas colmaron varias avenidas de la capital.
Un seguimiento similar al alcanzado la semana pasada, que ha vuelto a confirmar el músculo popular de la oposición y las menguantes fuerzas de la revolución, pero que no ha movido un solo centímetro la posición de Maduro, pese a las negociaciones de última hora y las sanciones de Estados Unidos contra 13 de sus dirigentes y colaboradores más cercanos.
“¿Qué se han creído los imperialistas de Estados Unidos? ¿Que son el gobierno mundial? No lo aceptamos”, señaló el “hijo de Chávez”, quien ipso facto entregó la espada de Bolívar a los sancionados por el Departamento del Tesoro. “Gracias a Dios que a esos imbéciles se les ocurrió sancionarme, es el mejor reconocimiento a mi espíritu antiimperialista”, respondió la ex ministra Iris Varela, candidata a la Asamblea Constituyente y antigua viajera a Disney World.
La feroz represión de las fuerzas gubernamentales contra los huelguistas provocó una nueva víctima mortal en el oeste del país, en Mérida. Rafael Vergara, de 30 años, cayó “producto de la represión de los órganos de la dictadura”, según anunció el alcalde Carlos García a través de sus redes sociales.
Más tarde moría de forma violenta otra persona en el mismo Estado, aunque sin ratificación oficial, hasta última hora de ayer, de la Fiscalía General de la República. De confirmarse, serían 105 muertes desde que empezó la ola de protestas, hace ya 117 días.
“Dos venezolanos más asesinados en Mérida, cuanto odio de Nicolás Maduro a nuestro pueblo. ¡Justicia!”, reclamó el gobernador de Miranda, Henrique Capriles.
Otros cuatro heridos de bala, uno en estado crítico, se contabilizaron en Bello Campo, en la capital. El Foro Penal ya contaba medio centenar de arrestos en todo el país, salvo en el estado petrolero del Zulia, donde el movimiento estudiantil ha denunciado la detención de varias decenas de sus militantes. Los heridos, por el momento, superaban la veintena.
El Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin) se dedicó a perseguir a los sindicalistas del transporte, que se habían sumado a la huelga. Se trata de los dirigentes clave para el éxito del paro cívico, ya que al margen de la lucha opositora los sindicatos mantienen una pulseada con el gobierno para que suban sus tarifas, aplastadas por la inflación.
La ONG Provea, defensora de los derechos humanos, denunció la detención de Hugo Cuicas, presidente del sindicato del transporte. Los policías políticos también seguían de cerca a Erick Zuleta y detuvieron de forma ilegal a su cuñado.
Y no sólo contra sindicalistas: también arremetió de nuevo contra los jueces elegidos por el Parlamento. “Se mantiene una cacería feroz de todos los magistrados, la policía política visita las casas de algunos, generando miedo y zozobra a las familias. Requerimos un pronunciamiento de la comunidad internacional”, dijo Miguel Ángel Martín Tortabu, vocero de los 30 jueces que quedan en libertad.