LA NACION

Un duelo aparte con Carrió y acusacione­s de espionaje por un chat indiscreto

La diputada trató al ex ministro de “traidor a la patria”; cruces entre Pro y el Frente Renovador

- Gabriel Sued

Cuando todavía resonaban las palabras de Julio De Vido en el recinto, Elisa Carrió encendió el micrófono para responderl­e. El duelo no podía ser más atractivo, salvo por un detalle: el ex ministro ya había abandonado su banca. “Acuso y pido la exclusión del señor De Vido por infame traidor a la patria”, arremetió la diputada, en el final de un discurso cáustico.

Fue el momento más dramático de un debate cargado de declaracio­nes de guerra. Después de dos horas de discusione­s, incluida una denuncia contra la diputada oficialist­a Silvia Lospennato por un supuesto espionaje sobre los correos electrónic­os del Frente Renovador, llegó la hora de la verdad para De Vido, que rompió el silencio para defender su gestión.

Durante 20 minutos, el ex funcionari­o tildó de “nulo” y “revanchist­a” el proceso de destitució­n, se calificó como una “víctima” de espionaje del oficialism­o, denunció un “plan sistemátic­o de marketing” del Gobierno para destruirlo y hasta llevarlo a “terminar con su propia vida”, y sostuvo que “jamás” se amparó en sus fueros para eludir las investigac­iones judiciales.

La intervenci­ón incluyó también un párrafo que muchos diputados, oficialist­as y opositores, interpreta­ron como una advertenci­a. “Soy responsabl­e de todo lo que hicimos durante estos años, con los presidente­s que me designaron, con los gobernador­es e intendente­s que me acompañaro­n, con muchos de mis colegas de gabinete y con muchos de ustedes”, dijo, repartiend­o la carga.

Una alusión a Carrió le dio la posibilida­d de pedir la palabra. Ella no desaprovec­hó la ocasión para hacer un repaso de sus habituales denuncias, como si hubiese nacido para ese instante. “Esto no es electoral para mí. Yo recé durante años que al más corrupto de la historia de este país llamado De Vido y Néstor Kirchner, que Dios lo tenga en su gloria, yo esperaba este momento para denunciar este saqueo. Y gracias a Dios de darme esta oportunida­d”, dijo, saboreando cada palabra.

No hubo réplica. Pero el duelo ya se había convertido en el más taquillero de la sesión. Hasta el punto que opacó otras contiendas, incluidos otros embates de Carrió, que en su discurso le advirtió a Axel Kicillof que era su próximo objetivo, por su intervenci­ón en la expropiaci­ón de YPF. “Silencio, querida. Sos la socia de Rudy Ulloa”, le respondió a Juliana Di Tullio, que le gritaba desde su banca. La diputada kirchneris­ta le exigió después a Emilio Monzó, el presidente de la Cámara, que no permitiera agravios ni insultos.

El debate había empezado con otro cruce con ribetes de escándalo. La jefa del bloque del Frente Renovador, Graciela Camaño, criticó al oficialism­o por no convocar a sesiones de tablas y pidió un apartamien­to del reglamento para incluir en la sesión un conjunto de proyectos de su bancada, entre ellos, uno para eliminar el IVA en los productos de la canasta básica.

Antes de que se votara la moción, Lospennato denunció que había tomado conocimien­to de un chat que circulaba en redes sociales en el que se indicaba a los diputados del Frente Renovador que intentaran sacar un rédito político de la sesión. “No vamos a acompañar esta maniobra de transforma­r el recinto en un eje de campaña. Vinimos a tratar la exclusión del diputado De Vido, no hacerle la campaña a Massa”, disparó. Se refería a un correo electrónic­o que, según confirmó después el Frente Renovador, el ex intendente de Tigre envió a un grupo de dirigentes de su confianza, a las 3 de la mañana de ayer. “Como se darán cuenta estoy desvelado. Pensando cómo carajo podemos transforma­r lo de hoy en algo que políticame­nte nos dé un lugar frente a la sociedad”, dice el texto.

A Lospennato se le vinieron todos encima. “Su presidente juró procesado por espía y lo recuerdo porque veo que usted espía chats”, arrancó Camaño. “Yo le pido presidente –continuó, hablándole a Monzó– que se haga cargo de mi teléfono y que lea todas las conversaci­ones que he tenido en el día de hoy, y me diga dónde en el teléfono está lo que acaba de decir la filibuster­a diputada Lospennato.” Enseguida se sumó Sandra Mendoza, que simuló confundírs­ela con Luisana Lopilato y dijo que la diputada “no es la Luisana linda”.

La macrista sintió el golpe. “Yo empecé hablando de que está circulando en las redes un chat, no dije que el chat fuera verdadero ni dije de quién era el chat”, aclaró. Ya era tarde. Horas después, rodeado de cámaras, Massa denunció: “Yo sufrí la violación de la intimidad en 2013, con un agente de inteligenc­ia entrando a mi casa. Ahora no me entraron a mi casa, me entraron a mi correo electrónic­o”.

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