El periodista uruguayo Claudio Paolillo recibió el Premio de Honor de ADEPA
Fue en reconocimiento de su aporte a la defensa de la libertad de prensa
MONTEVIDEO.– Ayer hubo emoción en la redacción del semanario Búsqueda. El periodista que lo dirigió hasta hace un mes, Claudio Paolillo, recibió el Premio de Honor 2017 de la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA) por su “extraordinario aporte a la defensa de la libertad de prensa en todos estos años”.
“Los argentinos fuimos testigos del modo en que su presencia ayudó a contener los embates que sufrió el periodismo en nuestro país, y eso mismo ocurrió en diversos –y en algunos casos mucho más dramáticos– escenarios en América latina”, señaló el presidente de la entidad, Daniel Dessein, al referirse Paolillo.
ADEPA destacó que con su actuación fue “una de las voces más potentes y lúcidas entre aquellas que han denunciado los atropellos que se multiplicaron en la última década a lo largo del continente”.
En el acto, estuvieron el presidente Tabaré Vázquez y el ex mandatario Julio María Sanguinetti.
Por ADEPA llegó hasta esta ciudad una amplia delegación de periodistas: los titulares de las comisiones de Premios y miembro del directorio de SA La Nación, José Claudio Escribano; de Libertad de Prensa, Martín Etchevers; de Innovación, Carlos Jornet, y del comité Estratégico, Guillermo Ignacio, entre otros.
Paolillo nació en 1960 en Montevideo. Es hijo de Dorbal Paolillo, un pasional periodista del histórico El Día. Como su padre, trabajó en ese matutino, en radios y en otras publicaciones hasta que en los tiempos de la recuperación democrática ingresó al semanario Búsqueda, diseñado por otro gran maestro del periodismo uruguayo, Danilo Arbilla, que transmitió a los cronistas de su equipo la importancia de defender la libertad por encima de todo.
Paolillo lo sucedió en la dirección del semanario hasta este año.
El periodista distinguido ayer centró su discurso en la complejidad de la lucha por la libertad en estos tiempos y destacó las diversas miradas que hay sobre el tema.
“Hay un modo de ver la libertad de expresión que implica que el libre discurso no es un derecho especial. Es un derecho como muchos otros y, por tanto, la libertad de expresión tiene que ser equilibrada respecto de los demás derechos”. Y agregó: “La libertad de expresión es vista como un instrumento para alcanzar ciertos propósitos más elevados y no como un valor en sí mismo”. Y eso, indicó, es permeable a la colocación de límites, con argumentos como la “paz social, la equidad, la seguridad”.
“La otra manera de acercarse a la libertad de expresión es apreciarla como un derecho individual que no nos ha sido concedido por el Estado y, por tanto, no nos puede ser quitado por ningún Estado. Es decir, es un valor por sí misma y en sí misma”, añadió el periodista.
Mencionó, en su discurso, ejemplos de censura directa y de “amenazas a la libertad de expresión que no vienen solamente de dictadores o gobiernos despóticos (…) A veces, la libertad es sacrificada por gobiernos electos democráticamente en el altar de la preservación de la tranquilidad social o por otras razones. Lo que es más difícil de combatir porque esas amenazas se esconden detrás de palabras bonitas y no son de dictadores”.
El acto de ayer se convirtió en otra muestra de la defensa de la libertad de expresión en su sentido más puro.