las economías regionales luchan por recuperar el equilibrio perdido
Pese al repunte de las exportaciones de origen agroindustrial, los acontecimientos recientes, demuestran que aún falta trabajo para restablecer el equilibrio de las economías regionales castigadas por falta de inversiones en infraestructura, la escasez de financiamiento, la ayuda para paliar problemas del cambio climático y los costos elevados de insumos. “Los aumentos que se reflejan en las góndolas no los recibe el productor, lo que demuestra las distorsiones en la cadena de valor y falta de transparencia en la formación de precios y su distribución entre los agentes que la integran”, explica Graciela Peri. Pese a esto, la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copal) observó en el período enero-mayo de 2017 un aumento de 2,7% en el valor de las exportaciones, en relación a igual período del año anterior, para alcanzar un total de US$ 2875 millones. Sin embargo, los productos de economías regionales que mayor variación acumulada absoluta negativa tuvieron en esos 5 meses, fueron: leche en polvo, jugos, vinos, porotos, uvas, peras y aceitunas. Desde el sector se conoció que la cadena de peras atraviesa una coyuntura difícil luego de muchos años de resultados negativos. No resulta extraño, entonces, que a fines de mayo, el Ministerio de Agroindustria anunciara que destinará $ 540 millones para la cadena frutícola del Alto Valle de Río Negro y Neuquén. Para el titular de la cartera, Ricardo Buryaile, “esta es una manera de seguir trabajando de manera conjunta en las problemáticas que veníamos revisando con los actores por separado: sanitaria, impositiva, productiva, laboral y de financiamiento”. Según trascendió, esos fondos integran un paquete de medidas a tomar en distintas dependencias, organismos y asociaciones para avanzar de manera conjunta en una solución para el sector productivo de peras y manzanas en la Patagonia. En consecuencia, se determinó un fondo específico de $ 240 millones para el Plan Sanitario y, por otro lado, $ 300 millones para financiar a productores frutícolas que no son sujetos de créditos bancarios a través del Fondo Nacional de Agroindustria.