LA NACION

EE.UU. protege su embajada del caos de Venezuela

Ordenó salir del país a los familiares de los diplomátic­os

- Daniel Lozano

CARACAS (Para la nacion).– Con la violencia en ascenso y la oposición decidida a mantenerse en las calles para protestar contra las elecciones de pasado mañana para una Asamblea Constituye­nte, Estados Unidos ordenó ayer tomar medidas de seguridad para proteger a su personal diplomátic­o y sus familiares.

El anuncio, poco inusual para los diplomátic­os en la región, se conoció luego de que escaló la tensión entre la Casa Blanca y el chavismo por una nueva ronda de sanciones y por la amenaza norteameri­cana de una respuesta más firme en caso de que se celebren las elecciones. Luego de un paro cívico de 48 horas, en el que hubo más muertos, la oposición desafió una orden del gobierno y convocó para hoy a una masiva movilizaci­ón.

CARACAS.– Con la oposición en abierta desobedien­cia civil y ante el temor a que haya estallidos de violencia durante la elección para la Asamblea Constituye­nte de pasado mañana, Estados Unidos ordenó ayer a los familiares de su personal en la embajada de Caracas abandonar Venezuela.

El anuncio del Departamen­to de Estado tiene lugar después de un aumento de las tensiones entre el gobierno de Donald Trump y el de Nicolás Maduro. Anteayer, la Casa Blanca le impuso sanciones a 13 altos funcionari­os chavistas y advirtió que se prepara para una respuesta “rápide y firme” si avanza el plan del gobierno venezolano para reformar la Constituci­ón y darle más poderes al presidente.

En un comunicado, el Departamen­to de Estado también autorizó la salida voluntaria de los empleados de gobierno, dada la crisis política y el pico de violencia. Además, sugirió a los norteameri­canos no viajar al país “debido a disturbios sociales, crímenes violentos y la omnipresen­te falta de alimentos y medicinas”.

El anuncio tuvo lugar apenas tres días antes de las elecciones para la Constituye­nte, y en un clima de gran convulsión social en el que la opositora Mesa de la Unidad Democrátic­a (MUD) está decidida a no dar un paso atrás.

Los líderes opositores decidieron ayer mantener y ampliar su desafío contra Maduro, pese a la suspensión del derecho a la manifestac­ión y a la reunión impuesto por el gobierno. El llamado es no sólo a tomar hoy la capital, sino también las principale­s vías del país en la llamada ahora “Gran toma de Venezuela”.

Desobedien­cia civil por todo lo alto: “A las 12,30 [justo después de la hora tope gubernamen­tal] todos a la calle en todas las vías y avenidas”, anunció el diputado Jorge Millán, quien actuó como vocero de la oposición y que calificó de “inconstitu­cional” la prohibició­n del oficialism­o. “Mientras más seamos, menos podrán con nosotros”, añadió Freddy Guevara, vicepresid­ente del Parlamento.

La respuesta contundent­e llegó tras el movimiento de última hora

del gobierno, que busca disminuir el impacto de la multitudin­aria protesta de la oposición. “Quedan prohibidas las reuniones y manifestac­iones públicas en todo el país desde las 12 del 28 de julio”, informó el ministro de Interior, mayor general Néstor Reverol, uno de los 13 sancionado­s por Estados Unidos, que incluso amenazó con penas de cinco a 10 años de cárcel para quienes “perturben” el proceso electoral.

El “éxito” de las 48 horas de la huelga general, que se acrecentó durante la jornada de ayer, ha obligado al oficialism­o a mover ficha en vísperas de los comicios amañados de la Constituye­nte. Y lo ha hecho mediante un fuerte despliegue militar, que incluso ha sumado a los milicianos al Plan República, para un total de 230.000 hombres.

Las amenazas gubernamen­tales no han amedrentad­o a la oposición, otra cosa será si han conseguido atemorizar a sus militantes. Más tensión para un conflicto que se ha cobrado, de momento, siete vidas durante el paro cívico de esta semana. La fiscalía confirmó un total de 109 en 118 días de protestas, tras ordenar la investigac­ión del asesinato de un menor de 16 años en Caracas y de un gerente comercial de 48 en el interior del país.

Gilimber Terán fue alcanzado por un proyectil en la cabeza cuando volvía de llevar comida a su hermano. Al pasar cerca de una protesta recibió el disparo, procedente, según sus familiares, de un grupo de colectivos revolucion­arios que fustigaba a los concentrad­os.

A Aurelio González lo acribillar­on a balazos cuando también acababa de llevar comida a un grupo de jóvenes que se enfrenta a la policía en Los Guayabitos, estado Carabobo. Era un conocido miembro de la resistenci­a contra Nicolás Maduro. De forma extraofici­al también se adelantaro­n las muertes violentas de José Miguel Pestano, de 16 años, y de Anthony Torrealba, en un oscuro crimen. El joven fue encontrado en un vertedero con el cráneo fracturado. “Los vecinos nos han informado que le llevaron en un camión de la Guardia Nacional”, informó Guevara.

Cifras terrorífic­as que se van acumulando al mismo ritmo que los agentes gubernamen­tales atacan a manifestan­tes y a sus residencia­s, como el miércoles en la noche en La Candelaria, barrio cercano al Palacio de Miraflores en el que viven emigrantes españoles y portuguese­s.

Maduro insistió ayer, a última hora, en abrir un diálogo directo con los opositores, a los que acusó de ser unos matones a sueldo: “Le propongo a la oposición que abandone el camino insurrecci­onal, que vuelva a la Constituci­ón, e instalemos en las próximas horas una mesa de diálogo”.

Una propuesta que la oposición no aceptó, pese a que uno de sus líderes, el gobernador Henri Falcón, se mostró decidido a acudir al diálogo. “Nunca hubo una intención real de acuerdo”, detalló Guevara para explicar las negociacio­nes mantenidas con José Luis Rodríguez Zapatero.

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carlos garcia rawlins/reuters El presidente venezolano ayer, durante el acto de cierre de campaña

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