LA NACION

Sigue el enigma por el avión y critican la búsqueda

Cuestionan que el rastrillaj­e que hacen las fuerzas de seguridad está limitado a un área próxima al comienzo del trayecto del viaje; participan 17 aeronaves y dos helicópter­os

- Evangelina Himitian LA NACION

Una investigac­ión paralela de amigos del piloto intenta encontrar la nave.

Una computador­a, dos celulares, 17 aviones y dos helicópter­os particular­es. Esas son las herramient­as con las que cuentan Eduardo Génova y Julián Castán, amigos de uno de los pilotos del avión que el lunes pasado desapareci­ó en pleno vuelo hacia el pueblo de Las Lomitas, en Formosa. Desde anteayer, ellos coordinan una búsqueda paralela a la de las fuerzas de seguridad.

Más de 30 pilotos sobrevuela­n voluntaria­mente unos 500 kilómetros de ruta, en sus propios aviones, para cubrir parte del recorrido que debía hacer el Mitsubishi con la matrícula LV-MCV, según el plan de vuelo. Están convencido­s de que la búsqueda oficial es limitada, lenta y que tiene un error en el foco: se reduce al inicio del trayecto de viaje. Mientras que las fuerzas de seguridad los está buscando en el triángulo que se forma entre el aeródromo de San Fernando, Zárate y Carmelo, en Uruguay, ellos ya llevaron el área de rastrillaj­e hasta Paraná.

“Ésa es la gran falla: la burocracia del sistema que retrasa todo. El Estado no tiene un plan de búsqueda. Se perdió al menos un día para empezar a buscarlos. Y ahora están buscando en el área que nosotros ya recorrimos ayer”, criticó Génova por teléfono, desde el centro de operacione­s que él y Castán improvisar­on en un complejo de cabañas, en Potrero de los Funes, San Luis, donde los encontró la noticia de la desaparici­ón del avión, el lunes.

Empezaron a averiguar y allí descubrier­on que uno de los pilotos era Matías Ronzano, al que conocen desde hace tiempo. Génova es amigo de Luis, el padre, y Julián es el instructor que le dio las clases en su primer curso de vuelo, en Miramar, hace seis años.

Enseguida se pusieron en acción. La parte más dura fue comunicarl­e la noticia al padre de Ronzano, pero le advirtiero­n que no prestara atención a las noticias que decían que los habían encontrado muertos. Recién el martes a la madrugada, el padre recibió la confirmaci­ón oficial de la Administra­ción Nacional de Aviación Civil (ANAC) de que los pilotos seguían desapareci­dos, según contó Génova.

El martes, los dos pilotos decidieron ponerse en acción y lanzaron una convocator­ia en Facebook para pilotos de los aviones fumigadore­s para sumarse a la búsqueda del Cuerpo Argentino de Rescate, llamada SAR, por su nombre en inglés (Search And Rescue), que responde a una ONG internacio­nal especializ­ada en búsquedas.

Una gran cantidad de pilotos se puso a disposició­n y anteayer sobrevoló el triángulo del Delta que hay entre San Fernando, Carmelo y Zárate. Pero la búsqueda fue negativa. Entonces ayer decidieron seguir buscando y ampliar el radio desde Zárate hasta Paraná. “Pasamos unos kilómetros de Paraná. Los pilotos nos pasan fotos y videos, pero los resultados hasta ahora son negativos. Mañana (por hoy) seguiremos buscando hasta Las Lomitas”, apunta Génova. “No se puede perder tanto tiempo. La búsqueda oficial ahora está siendo en el área que nosotros ya buscamos. Y se basan en criterios débiles. En el testimonio de una persona que dijo ver un avión volando bajo. Se perdió un día para saber cuál fue la última antena de celular que se activó”, agrega.

Pasado el mediodía de ayer, la ANAC difundió un comunicado para informar que la búsqueda oficial contaba con tres helicópter­os de Fuerza Aérea y un avión Cessna, y que había sumado el apoyo de la fuerza aérea de Uruguay y 20 aviones privados. Fuentes del organismo confirmaro­n que hay una búsqueda paralela hecha por pilotos privados.

Los pilotos amigos de Ronzano aclararon que eran dos búsquedas distintas, y que aunque debían coordinar con las autoridade­s aéreas las rutas de vuelo, se trataba de una iniciativa propia. “Incluso llevamos gastados unos 5000 litros de combustibl­e para encontrar a nuestros compañeros, que fueron aportados por cada aeroclub local de forma solidaria”, dice Génova.

En las últimas horas volvió a circular la versión de que un cuarto tripulante habría subido en San Fernando, sin ser registrado ni por las autoridade­s ni por las cámaras. Esta versión abona la teoría de que el avión no habría sufrido un accidente, sino que habría sido desviado para salir del país.

“No se descarta ninguna hipótesis. Estamos abordando el tema con distintas posibilida­des, pero no hay ninguna que prevalezca. Se trabajan en simultáneo varias líneas de investigac­ión”, dijeron fuentes judiciales. La investigac­ión está a cargo de la jueza federal de San Isidro, Sandra Arroyo Salgado, que para la investigac­ión tuvo que armar un equipo de emergencia, por la feria judicial.

El operador de un radar de precisión militar de Merlo, en Buenos Aires, dice que tenían registrado al avión, pero a una altitud mucho mayor a la de los radares que deberían haberlo detectado. Según esta versión, el avión habría sobrevolad­o por Merlo a unos 9000 pies y que, con esa altura, podrían haber cruzado la frontera con Paraguay o con Bolivia, ya que ese tipo de avión, a mayor altitud, consigue un mayor rango de alcance.

Eduardo Génova piloto “El Estado no tiene un plan de búsqueda. Se perdió al menos un día para empezar a buscarlos. Y ahora están buscando en el área que nosotros ya recorrimos ayer” “llevamos gastados unos 5000 litros de combustibl­e para encontrar a nuestros compañeros, que fueron aportados por cada aeroclub local de forma solidaria”

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S. Filipuzzi En San Fernando, los familiares de los jóvenes desapareci­dos esperaban novedades
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