LA NACION

La escuela en el Parque Avellaneda lucha desde hace siete años por un nombre

Es la Media N° 2, del distrito escolar 13; en 2010, docentes, padres y alumnos votaron para llamarla Ernesto Guevara; el oficialism­o traba la ley

- Valeria Azerrat Para LA NACION

Una larga polémica mantiene a una escuela secundaria sin la posibilida­d de tener nombre propio, y mientras tanto se la denomina con un frío y burocrátic­o “N° 2”. El conflicto, por ahora sin solución a la vista, empezó hace siete años, cuando la comunidad del establecim­iento que funciona en el Parque Avellaneda eligió que se llamara Ernesto “Che” Guevara.

Pero el Poder Ejecutivo porteño y los legislador­es oficialist­as consideran “controvert­ido” que una escuela sea bautizada como la histórica figura y sugieren que se repita el proceso de votación que se hizo años atrás en el colegio para escoger un nombre, lo que permitiría avanzar en el tratamient­o de la ley para confirmar la denominaci­ón, que hoy permanece estancado.

Al histórico edificio de estilo arquitectó­nico art noveau de la Escuela Media N° 2 del distrito escolar 13, donde hace casi un siglo funcionó el primer natatorio de Buenos Aires, asisten unos 300 alumnos en el turno mañana.

La construcci­ón, de 1925, supo reunir a miles de niños que disfrutaba­n nadar durante las colonias de verano en aquella época. Pero desde hace diez años, luego de varias décadas de abandono, alberga a adolescent­es que estudian una currícula con orientació­n en agronomía. La escuela surgió entre las ideas impulsadas por la Mesa de Gestión del Parque Avellaneda, conformada por el Estado y los vecinos de la zona.

Entre los proyectos pedagógico­s de la flamante escuela, en 2009 los directivos decidieron dar comienzo al proceso participat­ivo para elegir una denominaci­ón propia que reemplazar­a el N° 2. Convocaron a la comunidad educativa –alumnos, docentes, miembros de la cooperador­a, padres y hasta vecinos– a proponer distintas opciones y avanzar para obtener

un nombre que le diera identidad.

Así fue como recibieron una variedad de propuestas, cada una acompañada por una breve explicació­n del porqué de la nominación. Entre las más mencionada­s apareciero­n Ernesto “Che” Guevara; Antiguo Natatorio, en reconocimi­ento al edificio; Armando Prieto, por un estudiante del barrio que fue desapareci­do durante la última dictadura; Benito Carrasco, el paisajista; Francisco P. Moreno, Jaques Cousteau, y Paulo Freire.

Para fines de 2010 se concretó la votación, luego de una serie de jornadas de debate en las que cada impulsor justificó su propuesta. De los 228 sufragios, 41 fueron para Guevara, 32 para Antiguo Natatorio y 29 para Armando Prieto.

Según el protocolo para la imposición de nombres a establecim­ientos educativos de la ciudad, una vez realizada la votación, la dirección y la supervisió­n del colegio deben elevar una nota al Ministerio de Educación porteño para que éste la traslade a la Comisión de Cultura de la Legislatur­a local. Así lo hicieron, con copias al Poder Ejecutivo y, paralelame­nte, a los diputados.

“Para la elección del nombre se armó una matriz de criterios que tuvieran que ver con la génesis de la escuela, porque la escuela surge de

una propuesta de la comunidad”, resaltó Marcelo Miyasato, ex director del establecim­iento, quien coordinó todo el proceso de selección. El docente recuerda que se optó por llevar el proyecto directamen­te a los diputados “cuando vimos que pasaba el tiempo y no prosperaba” el debate parlamenta­rio.

Ariel Sánchez, profesor y tutor de la escuela, explicó: “El expediente nunca tuvo tratamient­o ni siquiera entre asesores, nunca fue debatido en comisión y, por lo tanto, tampoco en el recinto de sesiones. Hacemos nuevas presentaci­ones cada dos años, ya que los proyectos pierden estado parlamenta­rio”.

De hecho, la propuesta volvió a tomar estado parlamenta­rio hace pocos días con la presentaci­ón de un nuevo expediente realizada por la diputada del Frente para la Victoria Lorena Pokoik. En el reciente texto se destaca “el valioso y destacable proceso protagoniz­ado por la comunidad educativa”.

Mariana Goyena, mamá de Lautaro, alumno de cuarto año, se sumó al reclamo ante la demora. Consideró que el tema “tiene que ver con una cuestión de identidad del colegio porque, más allá de que los diputados puedan estar de acuerdo o no, el nombre fue elegido por la comunidad entera”.

“El Estado no nos reconoce como la escuela Che Guevara, el nombre que fue votado por la mayoría. Ignoran nuestra opinión”, se quejó Guido, alumno de quinto año.

La legislador­a de Pro y ex titular de la Comisión de Cultura Lía rueda confirmó la negativa de la bancada oficialist­a a acompañar la designació­n. “No la vamos a aprobar porque me parece que una escuela no se puede llamar Che Guevara”, sostuvo. “Los nombres y las figuras históricas no representa­n lo mismo para todos, habrá grupos que estén a favor de este nombre y otros grupos que no. Para muchos, Guevara puede ser un héroe que permitió una revolución, pero para otros es un personaje que apoyaba el uso de la violencia y llegó a justificar fusilamien­tos de personas que no estaban de acuerdo con sus ideales. Esto lo reconoció él mismo en el discurso que dio ante la ONU en 1964”, precisó.

Como alternativ­a, la diputada planteó que “se repita el proceso de votación si es que no se puede avanzar con este trámite parlamenta­rio para el nombre de la escuela. En la votación original también surgieron otros nombres, como Antiguo Natatorio o Armando Prieto, también se podrían retomar esos nombres”.

 ?? Marcelo gómez ?? El edificio art noveau que la escuela ocupa en el Parque Avellaneda
Marcelo gómez El edificio art noveau que la escuela ocupa en el Parque Avellaneda

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina