Un potente contrapunto
buena. dramaturgia: M ario Di ament. dirección: Manuel-González Gil. intérpretes: Marcela Ferradás, Horacio Peña. escenografía: Daniel Feijóo. vestuario: Pepe Uría. diseño sonoro: Martín Bianchedi. asistencia de dirección: Flavia Vitale. sala: El Tinglado, Mario Bravo 948. funciones: sábados, a las 20 y 22. duración: 60 minutos.
En esa ya antigua dicotomía entre teatro comercial e independiente, los debates se abren. es que las categorías nunca son del todo justas y terminan haciendo más pobre la discusión acerca de la pieza dramática. Pero, es cierto, las diferencias existen y ciertos elementos pueden definir –tal vez no del todo– y acercarse a estos grandes conglomerados de propuestas teatrales. Corriendo el riesgo de simplificar el panorama, las propuestas comerciales (con excepciones, por supuesto) abordan piezas muy efectivas (y efectistas) que agarran a la platea de entrada, la sumergen en la historia que se cuenta, pasan por momentos cómicos para recalar en el drama y en la mayoría de los casos cuentan con un final bien conclusivo que deja moraleja. el independiente, en cambio, se anima a tratar temas no tan transitados y dejar ciertas zonas indeterminadas que deberán ser completadas por un público que acepta el desafío de ser un participante más.
Pero, como en todas las categorías, hay piezas que viajan de unas a otras. encontramos en el denominado teatro comercial, obras como La omisión de la familia Coleman o Todas las canciones de amor, que proponen más preguntas y emociones que certezas. Pequeñas infidelidades es una obra del off que bien podría encontrarse en algún teatro de la calle Corrientes. Tiene todos los elementos que se precisan para pasar de la risa al asombro y finalmente caer en la angustia, y de eso sabe mucho Manuel González Gil, su director.
un hombre y una mujer se reencuentran por ese aparente destino tirano que todo lo determina luego de dos décadas sin verse. Han sido pareja durante siete años y, claro, han rehecho sus vidas. un departamento vacío que ella se encarga mostrar a posibles interesados resulta el marco ideal para que los reproches aparezcan y las cuentas pendientes traten de saldarse. desde el título tenemos pistas de qué se trata el conflicto planteado por Mario diament. o, al menos, parte de él. Porque lo que tendrá de especial esta propuesta es que no todo es lo que parece, y cuando creemos que asistimos a un encuentro del pasado nostálgico de lo que podría haber sido y a unos viejos resentimientos de infidelidades menores, la trama tuerce el rumbo y se pone más y más espesa, hasta tal punto que el final termina por ser algo excesivo.
una escenografía muy icónica y un diseño lumínico preciso resultan eficaces para construir un espacio realista en el cual ambos personajes podrán desplegarse. Marcela Ferradás y Horacio Peña tienen la ardua tarea de componer criaturas que se alteran profundamente durante el transcurso de la obra. Y lo hacen con solvencia. el efecto del alcohol que van tomando en este encuentro los ayuda a generar unas cuantas acciones que dan la idea de decadencia. un texto fuerte que seguro encontrará empatía en la platea.