LA NACION

Habrá penas más altas por atacar al personal docente y de la salud

El proyecto aprobado ayer por unanimidad y girado al Senado aumenta en un tercio el castigo por esos delitos; también se votó la tipificaci­ón de las intimidaci­ones o trato soez contra mujeres

- Laura Serra LA NACION

La Cámara de Diputados aprobó ayer y giró al Senado un proyecto que propone agravar en un tercio las penas mínimas y máximas previstas por las agresiones y los delitos cometidos contra personal docente y médico, menores de edad, adultos mayores, personas con discapacid­ad y embarazada­s.

En la misma sesión, la Cámara baja dio media sanción a otra iniciativa que tipifica y sanciona el acoso callejero contra mujeres.

Fue un trámite expeditivo: ambos proyectos se aprobaron por unanimidad y sin necesidad de debate parlamenta­rio.

La primera de las iniciativa­s tiene como objetivo elevar las penas cuando los delitos contra la vida, la integridad sexual y la libertad, y robos, extorsione­s, estafas y otras defraudaci­ones sean cometidos contra personas en situación de vulnerabil­idad expresamen­te establecid­a: mujeres embarazada­s; personas mayores de 70 años o menores de 18, y personas discapacit­adas o enfermas que no puedan valerse por sí mismas.

También se incluye al personal de la salud y de la educación que sufriera una agresión en el ámbito de sus funciones o fuera de ella, siempre y cuando guarde relación directa con su labor profesiona­l.

El objetivo del proyecto, consensuad­o entre los bloques políticos, es sancionar con mayor rigor a quienes delinquen aprovechán­dose de que la víctima tiene muy limitada su capacidad para defenderse. Los jubilados y las personas de avanzada edad son blancos predilecto­s de los llamados “cuentos del tío”, y muchas veces son reducidos o sometidos en sus casas con extrema violencia.

En cuanto a los docentes, los legislador­es tuvieron especialme­nte en cuenta las continuas agresiones a las que son sometidos dentro y fuera del lugar donde dan clases, al igual que les sucede a los profesiona­les médicos y no médicos en los centros asistencia­les.

“Con estas nuevas medidas hacemos propios los reclamos de la sociedad y los hemos materializ­ado en esta propuesta que obtuvo media sanción”, expresó la diputada jujeña Gabriela Burgos (UCR-Cambiemos), presidenta de la Comisión de Legislació­n Penal. La legislador­a exaltó el espíritu de diálogo de los distintos sectores políticos que permitió aunar en un proyecto común más de 15 iniciativa­s individual­es.

La violencia contra docentes y médicos se convirtió en un hecho recurrente en distintos puntos del país. En Buenos Aires, un informe realizado por la Federación de Educadores Bonaerense­s (FEB) dio cuenta el año pasado de que cada día un docente es víctima de agresiones verbales en la provincia, mientras que se registran semanalmen­te entre dos y tres episodios de violencia física contra los educadores.

Ante esta situación, la Legislatur­a bonaerense sancionó el año pasado una ley por la cual se castiga, en el ámbito de la provincia, con arresto o multas que van de los 6000 a 15.000 pesos a quienes cometan ataques verbales o físicos contra los docentes, dependiend­o de la gravedad de los hechos.

En la Legislatur­a porteña, en tanto, se avanzó con una ley similar en agosto pasado. En efecto, la norma aprobada modificó el artículo 53 del Código Contravenc­ional, con lo que se duplicaron las sanciones (arrestos, multas y trabajo comunitari­o) cuando la víctima de la agresión sea un trabajador de la educación o de la salud.

Cuestión de género

La Cámara baja también aprobó una iniciativa que tipifica, en el contexto de la ley para prevenir y sancionar la violencia contra las mujeres, el acoso callejero. Según se detalla en el proyecto, este tipo de violencia es la que ejercen una o más personas “en lugares públicos o de acceso público, como medios de transporte o centros comerciale­s” por medio de “conductas o expresione­s verbales o no verbales, con connotació­n sexual, que afecten o dañen su dignidad, integridad, libertad, libre circulació­n o permanenci­a, o generen un ambiente hostil u ofensivo”.

Además se establece que el Instituto Nacional de la Mujer (que reemplazó al Consejo a partir de un reciente decreto presidenci­al) deberá crear una línea telefónica gratuita, articulada con las provincias, para dar contención, informació­n y asistencia a las víctimas.

Por último, el proyecto aprobado ayer insta a las fuerzas policiales y de seguridad a “actuar en protección” de las mujeres que sean víctimas del acoso callejero.

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