Trump hace un acuerdo migratorio con la oposición y enfurece a su base dura
Pactó con los líderes demócratas un plan para evitar la deportación de los jóvenes ilegales conocidos como dreamers; la construcción del muro parece postergarse
WASHINGTON.– En un giro que enardeció a sus seguidores más duros, el presidente Donald Trump y los líderes de la oposición demócrata, Chuck Schumer y Nancy Pelosi, comenzaron a perfilar un acuerdo para blindar de la deportación a los jóvenes inmigrantes indocumentados conocidos como
dreamers y otorgarles un permiso de residencia.
El acuerdo, indicó Trump, incluirá también medidas para reforzar la seguridad en la frontera con México, pero no dará luz verde a la construcción de su prometido y postergado muro, uno de los grandes anhelos del rincón más duro del electorado que lo llevó a la Casa Blanca.
El pacto, que desató un terremoto político en Washington, fue hilvanado anteanoche por Trump, Pelosi y Schumer durante una cena en la Casa Blanca sin la presencia de los dos líderes oficialistas del Congreso, Mitch McConnell y Paul Ryan, cuya relación con el presidente atraviesa un momento agrio tras su fracaso para conseguir los votos necesarios para revocar y reemplazar el Obamacare, la reforma de salud demócrata.
Trump llamó por teléfono ayer a McConnell y Ryan para avisarles del plan. “Estamos trabajando en un plan, sujeto a obtener masivos controles fronterizos. La gente quiere ver que eso pase. Tenemos 800.000 jóvenes, traídos aquí, sin ninguna culpa suya. Estamos trabajando en un plan, veremos cómo funciona, vamos a tener una seguridad fronteriza masiva como parte de eso, y creo que algo puede pasar. Ya veremos qué sucede, pero algo pasará”, indicó Trump, al salir de la Casa Blanca rumbo a Florida para ver a víctimas del huracán Irma.
“El muro vendrá después”, agregó el presidente.
La inmigración es uno de los temas más polarizantes en Estados Unidos. Pero los dreamers, que llegaron al país con sus padres cuando eran niños y forjaron su vida aquí, cuentan con el respaldo y la simpatía de la mayoría de la gente. El acuerdo, de prosperar, beneficiará a unos 800.000 inmigrantes indocumentados, entre ellos, casi 5000 argentinos, al brindar el primer alivio migratorio por ley desde la presidencia de Ronald Reagan.
La base de Trump estalló en furia: su presidente, que prometió construir un muro en la frontera con México y deportar a los indocumentados, avanzaba en la dirección opuesta.
“Si no vamos a tener un muro, prefiero de presidente a Pence”, tuiteó la escritora Ann Coulter, una de las voces más escuchadas de la ultraderecha del país y una trumpista de la primera hora, en referencia al vicepresidente, Mike Pence. Antes, había tuiteado una pregunta: “¿Qué es lo único que es más fácil de dar vuelta que Donald J. Trump?”. Su respuesta: un huevo de Pascua.
Breitbart, el portal de noticias que dirige Stephen K. Bannon, ex asesor de Trump, puso de apertura durante horas una frase del presidente: “El muro vendrá después”, y le dio oxígeno a un trending topic en Twitter: #AmnestyDon, en referencia a la “aministía” para los indocumentados.
“Disfrutando la consternación de los trumpistas nacionalistas blancos. Sabían que traiciona a la gente que confía en él, pero pensaron que ellos estaban fuera de la estafa”, escribió Paul Krugman, uno de los crí- ticos acérrimos del presidente.
Trump intentó calmar los ánimos durante todo el día.
“El MURO, que ya está bajo construcción en la forma de nuevas renovaciones de viejas vallas y muros, continuará siendo construido”, tuiteó a las 6.20 de la mañana.Ya en Florida, tras haber confirmado el acuerdo con los demócratas al dejar la Casa Blanca, negó que el plan contemplara otorgarles la ciudadanía a los dreamers y que el pacto sólo se concretaría si a cambio obtenía “seguridad extrema” en la frontera. Y volvió a hablar del muro.
“En última instancia, tenemos que tener el muro. Si no tenemos el muro, no estamos haciendo nada”, indicó. “El muro, para mí, es vital”, agregó.
Los demócratas en el Congreso han intentado, sin éxito desde 2001, aprobar una ley para proteger a los jóvenes inmigrantes indocumentados. Ahora, ya con el respaldo de Trump, la duda es si conseguirán suficientes votos de republicanos moderados. Schumer y Pelosi indicaron ayer que aún queda mucho por negociar sobre la seguridad en la frontera, pero insistieron: eso no incluye el muro.