LA NACION

Cambiemos va arriba en las encuestas y Cristina sale a quemar naves

- Fernando Laborda

Pocas horas antes del inicio de la campaña electoral para octubre, se explica que Cristina Fernández de Kirchner haya resuelto recuperar el centro de la escena aun tomando riesgos. Es que todas las encuestas conocidas hasta el momento proyectan para los comicios legislativ­os bonaerense­s una ventaja favorable a los candidatos a senador de Cambiemos que ronda los cuatro puntos.

Paradójica­mente, son los sondeos que exhibe el asesor presidenci­al Jaime Durán Barba los más mezquinos para el oficialism­o, ya que le otorgan una diferencia de sólo dos puntos sobre el kirchneris­mo. Es lógico: al consultor ecuatorian­o y al propio Marcos Peña les gusta correr desde atrás. Y unas elecciones que parezcan muy definidas de antemano podrían desalentar la concurrenc­ia a las urnas. Algo clave cuando el comando de Cambiemos apuesta al incremento del porcentaje de votantes, que en las PASO fue del 77%, en unos 500.000 o 600.000 ciudadanos, que según sus cálculos se volcarían mayoritari­amente por los candidatos del oficialism­o.

La novedad de las encuestas es que, a pesar de que la desaparici­ón de Santiago Maldonado se ha convertido en una cuestión preocupant­e para la sociedad, este hecho no estaría impactando mayormente en la intención de voto. Sorprende, sin embargo, un sondeo realizado entre 850 personas, relevadas entre el 6 y el 8 de este mes a través de dispositiv­os móviles, por la consultora Giacobbe & Asociados: señala que el 30,9% de la ciudadanía podría cambiar su voto en octubre a raíz del caso Maldonado, pero la mitad de ellos (15,4%) lo haría a favor de Cambiemos, mientras que el 10,1% lo haría para favorecer al kirchneris­mo.

El dato más revelador quizás lo aporta un estudio de Synopsis Consultore­s. Según su encuesta, concluida el 10 de septiembre entre 1100 personas, sobre el 15,5% de votantes de Sergio Massa y Margarita Stolbizer en las primarias de agosto, el 28,4% evalúa votar en octubre a Cambiemos para que no gane Cristina Kirchner, en tanto que sólo el 6,3% analiza votar al kirchneris­mo para que no triunfe el oficialism­o. Entre los votantes que obtuvo Florencio Randazzo (5,9%), apenas el 10,1% evalúa votar a Cristina, mientras el 21,9% podría mudar su apoyo a Esteban Bullrich y Gladys González.

Se entiende que, en este contexto, Cristina Kirchner haya salido a quemar las naves. Primero, hizo una convocator­ia pública a que toda la oposición la acompañe con su “voto útil” para enfrentar las ideas de Cambiemos y el fantasma del “ajuste” que, según ella, vendrá después de las elecciones. Para muchos, fue una señal de su debilidad.

Y ayer rompió su veda periodísti­ca, al aceptar ser entrevista­da por Luis Novaresio. Sus respuestas la volvieron a mostrar en actitud de victimizac­ión casi permanente y reflejaron que lució más hábil para atacar al Gobierno que para defenderse frente a las múltiples acusacione­s de corrupción en su contra. A tal punto que confesó negocios incompatib­les con la presidenci­a de la Nación, como alquilar inmuebles propios a contratist­as del Estado, como Cristóbal López y Lázaro Báez.

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