El dobles dejó un signo de interrogación hacia el futuro
La pareja de los debutantes Andrés Molteni y Machi González perdió en cuatro sets frente Kazakhstán, tuvo un rendimiento opaco y dejó a la Argentina con riesgo de caer a la zona americana
ASTANA, Kazakhstán.– Francia en 1997 y Suecia en 1999. Sólo dos veces sucedió que un campeón de la Copa Davis descienda al año siguiente de la conquista de la Ensaladera. Podría suceder nuevamente hoy, si es que la Argentina cae frente a Kazakhstán. Luego de la opaca actuación de la pareja debutante, Andrés Molteni (48° del ranking de dobles) y Machi González (148°), con la derrota por 5-7, 6-4, 7-5 y 6-4 frente a Timur Khabibulin (272°) y Aleksandr Nedovyesov (320°), el equipo que en 2016 se consagró por primera vez en la competencia está 1-2 y no tiene margen de error. Se encuentra contra las cuerdas. Claro que todavía respira y la fortuna está en las raquetas de Diego Schwartzman y Guido Pella, que deberán vencer a Mikhail Kukushkin y a Nedovyesov, respectivamente, para que se conserve la categoría en el Grupo Mundial (el partido del Peque comenzaba a las 3 de nuestro país). Descender a la zona americana sería un mazazo deportivo y económico.
Mesurado, pero optimista. Preocupado, pero en alerta y los puños crispados. Queriendo descansar, pero que ya sea domingo. Daniel Orsanic, el capitán del equipo argentino, ayer se mostró convencido de que el campeón vigente se quedará en la elite. Así lo siente, así lo espera. “El de mañana (por hoy) será un día muy interesante, muy excitante. Es un desafío enorme el que tenemos por delante. Tenemos la posibilidad concreta de dar vuelta la serie y eso es lo que vamos a venir a hacer”, aseveró Orsanic, en la sala de conferencias del Centro Nacional de Tenis kazako.
El conductor del grupo se presentó mascullando un poco de bronca por la destacada actuación de Khabibulin y Nedovyesov, pero sobre todo porque Molteni y González no pudieron tener una buena producción. “Que hayan cambiado el jugador, que no hayan puesto a Kukushkin (era el que estaba designado inicialmente), parecía un cambio positivo. El tema es que no pudimos jugar lo bien que quisimos. Ellos fueron mucho más agresivos. Este jugador joven (Khabibulin), más allá de su poca experiencia, sacaba mucho más fuerte que los nuestros, en la red se la bancó muy bien, cometía errores pero ganó muchos puntos y nos puso en apuro. En líneas generales fueron superiores”, reconoció el capitán.
Y añadió, sobre la pareja de dobles que hizo debutar en la Copa Davis: “Podríamos haber jugado mejor, estuvieron prendidos todo el tiempo buscándole la vuelta, buscando neutralizar los tiros rápidos de los rivales, pero en los momentos importantes fallamos voleas importantes, un par de games de saque los perdimos con doble faltas, hubo errores que inclinaron la balanza en favor de ellos. Nuestra manera de jugar es más sólida, de consistencia y esta cancha no es lo que más favorece. Lo que favorece es pegarle fuerte a la bola y ellos lo hicieron mejor”.
El tandilense González confesó lo que sucedió cuando se enteraron que la pareja kazaka presentaría un cambio. “Cuando se bajó Kukushkin fue una sorpresa, al otro (Khabibulin) no lo conocíamos, vimos un par de videos, pero creemos que jugó por arriba de su nivel. Lo supimos una hora antes, nos vinieron a avisar de la ITF cuando ya estábamos preparando el partido, entonces empezamos a buscar videos, tampoco había mucho”. Los kazakos, con un juego más agresivo e inconsciente, dañaron a los argentinos desde el arranque. Inclusive, en el set que perdieron, los games de saque los ganaron más fácil que Molteni y González. Los argentinos, aunque sobre todo Molteni, se mostraron muy tensos y con poca reacción en ciertos momentos. Los locales lograron romper seis veces el saque de sus adversarios; a Molteni se lo quebraron cinco veces, y en dos de ellas los perdió con doble faltas, con lo que ello significa para la confianza…
Pero eso, por ahora, ya es parte del pasado y el análisis profundo quedará para el final de la serie. Durante la gestión de Orsanic como capitán, dos veces la Argentina dio vuelta un 1-2. Frente a Brasil, por la primera rueda de 2015, sobre el polvo de ladrillo de Tecnópolis. Y en la final de 2016 ante Croacia, en el Arena Zagreb, sobre superficie dura y bajo techo.
La Argentina actúa en el Grupo Mundial desde 2002 de manera ininterrumpida. Allí ascendió en septiembre de 2001, luego de diez temporadas en la Zona Americana I, el segundo nivel del torneo. En todo este tiempo, la formación albiceleste sólo debió defender la permanencia en un repechaje en 2014, cuando superó por 3-2 a Israel en un play-off disputado en Sunrise, en los Estados Unidos, porque el conflicto en Medio Oriente canceló la serie en Tel Aviv. Curiosamente, allí también la Argentina –capitaneada por Martín Jaite– quedó 1-2 tras ceder el punto del dobles, y consiguió revertir la serie en la última jornada, con sólidas actuaciones de Leonardo Mayer y Carlos Berlocq, dos jugadores que, como Juan Martín del Potro, Horacio Zeballos y Federico Delbonis (lesionado), no viajaron a la capital de Kazakhstán.
“El Peque tiene un gran nivel y tiene muchas posibilidades de ganar. A Guido lo veo jugando bien, sólido”, expresó Machi González. “Diego y Guido están frescos. Confiamos en que será un día interesante”, aportó Orsanic. Hace tan sólo diez meses, la Argentina encumbraba el trofeo en Croacia. Hoy, la situación es muy opuesta. Pero todavía está a tiempo de zurcir los errores.