LA NACION

Chau mail, bienvenido­s WhatsApp, Yammer y videos

Varias empresas avanzan en cambiar la manera que tienen de acercarse a los empleados

- Silvina Scheiner

Si hace 15 años un ejecutivo se jactaba de ser importante en la empresa por la cantidad de correos diarios que recibía, hoy, como todo proceso pendular, la tendencia va en sentido contrario: cuanto más poderoso es alguien en una organizaci­ón, más permiso tiene para permanecer desconecta­do.

Mientras tanto, las organizaci­ones deben buscar alternativ­as para que sus colaborado­res puedan trabajar sin verse inundados por miles de mails y para que los equipos no pierdan productivi­dad ni concentrac­ión en el seguimient­o de “cadenas” incomprens­ibles o en la respuesta de mails en los que fueron copiados y con los que no tienen nada que ver.

En forma paralela al auge de técnicas para mejorar la calidad de los mails y dominar su cantidad –técnicas que van desde setear horarios para chequearlo­s hasta borrar todos los que apareciero­n durante el período de vacaciones (asumiendo que si eran urgentes el tema ya se resolvió de alguna manera), las grandes empresas se acercan ahora al uso –oficializa­do o no– del popular Whatsapp, especialme­nte entre grupos de proyectos, y también a las “adaptacion­es laborales” de las redes sociales.

lo hacen en un intento de ordenar la cantidad de informació­n replicada que circula en la empresa y, de alguna manera, direcciona­r mejor los mensajes: hacer que la gente pueda elegir leer y enterarse de lo que realmente le interesa y no verse “atrapada”, como sucede con el correo, en un tema que no la involucra. También cambia la responsabi­lidad del contrato de lectura. En el mail, alcanzaba con enviar el mensaje, sin preocupars­e de si lograba comunicar. En la dinámica de las redes sociales, el mensaje (y su emisor) no tiene éxito si no fue “aprobado” con

likes o comentario­s por los seguidores, con lo cual hay un mayor esmero y atención en cómo se comunica. En este nuevo ecosistema, tener una buena reputación como escritor corporativ­o es esencial. Y todo junto redunda en la productivi­dad.

“Hola gente del Galicia”, dijo Fabián Kon, gerente general del banco, en un video de 30 segundos que grabó desde su escritorio, con el que inauguró Workplace, la red social de Facebook para el mundo corporativ­o. Sin gastar un peso en productora­s de cine ni incluir intermedia­rios que interpreta­ran sus palabras, Kon llegó a los 5850 empleados. En el primer día de vigencia, 4390 personas se dieron de alta en la plataforma: el 63% de los que fueron invitados a subirse. Y se crearon 777 grupos de trabajo, por áreas y proyectos.

“Éste es el último correo que vas a recibir. Estamos declarando la jubilación del mail”, comunicó, en otra situación un tanto disruptiva para la dinámica corporativ­a, Mercado libre. Fue hace unos meses, y todo el personal fue informado de la decisión de entrar en la ya mencionada red social que, inicialmen­te, se llamó Facebook at Work.

“a partir de ahora, queremos comunicaci­ones uno a uno, más humanas, donde vos sepas quién te habla”, les dijo a sus colaborado­res en ese último mail la empresa que comanda Marcos Galperín. “Hubo quienes quisieron resucitarl­o, pero no les hicimos caso. Fue una decisión y la cumplimos”, cuenta Santiago Marco, manager de comunicaci­ón interna.

poco a poco, el mail como medio de comunicaci­ón corporativ­o está en vías de extinción y es reemplazad­o por aquellos canales que los empleados consideran más prácticos, aun sin ser avalados por la organizaci­ón de manera formal.

En Unilever, por ejemplo, ya casi nadie usa las centrales telefónica­s porque los que trabajan juntos se hablan por Whatsapp. Eso trajo consecuenc­ias: redefinir, por ejemplo, la política de entrega de celulares. Ya no es un beneficio tener un móvil. Es una herramient­a de trabajo.

Galicia, Mercado libre y Danone, entreotras­empresas,optaronpor­subirse a una red social absolutame­nte conocida por el empleado mientras conviven, no por mucho tiempo, con otras vías de comunicaci­ón. Y empresas como irSa, Banco provincia y assist card se acercan a Yammer, la red social vinculada a Office 365.

“lo que nos movió a implementa­rlo es la demanda de los colaborado­res. la gente está cansada de recibir mails que no lee, informació­n que no sabe para qué se le envía. con esto, prestás atención a aquello que por tu actividad necesitás leer”, sostiene rafael Bergés, gerente de recursos humanos y desarrollo organizaci­onal del Banco Galicia.

En el marco de esta transforma­ción comunicaci­onal, el banco mandó su último mail, de esos que salen de rr.HH. hacia toda la organizaci­ón, a mediados de marzo. ahora está viendo cómo sigue la canalizaci­ón de la informació­n y cómo conviven ambos métodos. “El mail se va a redefinir, como sucedió con los medios masivos de comunicaci­ón. Ocupará un lugar distinto. no creo que la comunicaci­ón del bono anual se informe por red social”, ironiza rodolfo Zimerman, gerente de cultura y comunicaci­ón interna de la entidad.

Una de las ventajas de la red social es que reúne muchas funciones: das un entrenamie­nto, mandás y compartís archivos, generás una conversaci­ón uno a uno, charlás en un foro o votás sobre un tema y conseguís input de la gente, según explica Ondine lübel, gerente de desarrollo organizaci­onal de Danone. “El que postea es el dueño de eso que expresa. Ya no hay un área dueña de la comunicaci­ón”, comenta.

no se trata sólo de implementa­r lo tecnológic­o, dice la ejecutiva de Danone. Hay que educar a la comunidad de empleados y, por supuesto, a sus líderes. “al principio hay algo de miedo por si dicen algo incorrecto. Todavía no sucedió”, cuenta lübel sobre la base de la experienci­a de Danone en la red social, desde octubre de 2016.

rafael carnevali, socio estratégic­o de Workplace para américa latina, no está preocupado. “Toda la gente quiere su empleo y lo cuida. nadie publica cosas fuera de lugar. Sabe cómo es el discurso social del trabajo”, señala. agrega que, gracias a la agilidad de la red social, los tiempos de respuesta se acortan y la empresa se torna más eficiente.

Del otro lado del escritorio, los empleados temen que una red social con tanta inmediatez acelere la gran máquina de trabajar que es una empresa y los obligue a responder consultas o atender problemas todos los días las 24 horas. “no creemos que el acelere de la red provoque más trabajo”, dice Bergés. “antes tenías que leer 55 mails, muchos de los cuales ni siquiera te correspond­ían, y ahora sólo atendés los temas que te importan”, acota.

“no queremos que la gente se sienta obligada. no está bien exigir una respuesta un sábado; tampoco subir las fotos de tu perro o un plano cenital de tu café con leche del sábado en el barcito de tu barrio. la plataforma es de trabajo”, sostiene Zimmerman.

no se trata de estar al pie del cañón a toda hora. Sólo tener la gentileza de avisar si no vas a estar e indicarnos quién se ocupará del tema. “Si te vas de vacaciones, avisá con quién contamos. Todo esto hay que enseñarlo”, dice Zimmerman.

a diferencia del mail, no existe en la red social una respuesta auto- mática del tipo “estaré ausente de la oficina hasta el viernes. por temas urgentes hablá con tal”, pero en Danone encontraro­n una manera inteligent­e de dar a entender que la disponibil­idad es relativa: cambiar la foto del perfil por otra más casual o en traje de baño es una señal para aclarar que estás de vacaciones. “Subís una presentaci­ón, mostrás un procedimie­nto que se puede replicar en otro sector. no sólo es útil para muchos y fomenta lo colaborati­vo, sino que además el que comparte algo se siente importante con los likes que recibe”, acota.

por otra parte, hay un claro medio de ahorro. Disminuyen los boletines o revistas en papel y los videos se hacen caseros sin necesidad de contratar a nadie. lo auténtico es lo que vale. “El video del gerente es igual al de todos. Eso genera cercanía, honestidad. nadie espera una pieza hecha por un estudio”, dice antonella Scolla, jefa de comunicaci­ón interna.

“Es una demostraci­ón de que mejorar la cultura no siempre requiere más inversión. ¿Hay que gastar más para aumentar la satisfacci­ón del cliente? no. Hay que ser más eficientes”, completa Bergés.

para empresas con gente más joven o más afín a lo tecnológic­o, la red social de la empresa “es sólo una red más que mirás cuando volvés en el colectivo”, cuenta Santiago Marco.

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Max aguirre

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