Una mujer rigurosa y discreta que tiene el peso del Lava Jato sobre sus hombros
Ambiciosa, paciente y adepta a largas jornadas de trabajo, Raquel Dodge se preparó toda su vida para ser fiscal general de Brasil. Lo logró ayer, a los 56 años, y se convirtió en la primera mujer en ocupar ese cargo en el país.
Con fama de discreta, Dodge sustituye al mediático fiscal Rodrigo Janot, que dirigió desde su inicio la investigación del Lava Jato. Operación que dejó al descubierto la trama de corrupción en Petrobras y llevó a prisión a decenas de políticos y grandes empresarios.
Ahora el futuro de la investigación queda en manos de Dodge, bajo las expectativas de políticos que desean enfriar la operación y de colegas que esperan que saque a luz su perfil de rigurosa.
“Es un enigma cómo manejará el Lava Jato”, sostuvo ayer Folha de S. Paulo. El diario destacó que la imagen de Dodge se desgastó después de una reunión secreta que tuvo fuera de la agenda con el presidente brasileño, Michel Temer, acusado por Janot de encabezar una organización criminal y de obstrucción de la justicia.
Sin embargo, los que trabajan junto a la nueva fiscal general están seguros de que no le va a temblar el pulso. Ex coordinadora de la Cámara Criminal del Ministerio Público Federal (MPF) (20102014), Dodge se ganó el respeto entre sus colegas por combatir a políticos corruptos.
Uno de sus casos más recordados fue cuando dirigió la operación Caja de Pandora, en 2010, y logró el arresto de un gobernador, por primera vez en la historia de Brasil. José Roberto Arruda fue acusado de dirigir una organización criminal y de obstrucción de la justicia, por haber intentado sobornar a un periodista.
El fiscal general de ese entonces, Roberto Gurgel, recordó una escena que ilustra la personalidad de Dodge. “Incluso en un momento tenso, era la primera vez que íbamos a pedir la detención de un gobernador en funciones, ella estaba absolutamente tranquila”, contó Gurgel a Folha de S. Paulo.
El control de sus emociones y su capacidad de trabajo son las características que más destacan sus compañeros de trabajo. Entre ellos se ganó la fama de “tractor” por su rigor y su eficiencia.
Hubo otros hitos en la carrera de Dodge. Su primer trabajo de envergadura con políticos fue en 1996, como integrante de un equipo del MPF que investigó al ex diputado Hildebrando Pascoal, condenado a 30 años de cárcel por torturar a un hombre al que luego descuartizó con una motosierra.
La nueva fiscal es funcionaria del MPF desde 1987. Además de los casos de corrupción, su otra especialidad son los derechos humanos. Integró la cámara que lidia con cuestiones de comunidades indígenas y coordinó grupos sobre trabajo esclavo, salud, educación, discriminación racial y el sistema penitenciario.
Dodge siguió los pasos de su padre, ex fiscal y uno de sus grandes referentes. Estudió derecho en la Universidad de Brasilia y completó sus estudios con una maestría en Harvard. Cuando se preparaba para ese curso, buscó un profesor particular para mejorar su inglés. Así conoció a su marido, el norteamericano Bradley Dodge, con quien se casó en 1992 y tiene dos hijos, que hoy estudian en Estados Unidos.
Nacida en la ciudad de Morrinhos, en el estado central de Goiás, los que la conocen la describen como una persona dividida entre el trabajo y la familia. “Estábamos de viaje por trabajo y Raquel salía de la sala para sacarse leche y congelarla y luego seguía trabajando. A la vuelta del viaje, ella tenía su stock para el bebe”, contó un compañero de trabajo a G1, el portal de noticias de O Globo.
Además de la profesión, Dodge heredó el fervor católico de su padre y de su madre. En el discurso que pronunció ayer al asumir su nuevo cargo, citó al papa Francisco para referirse a los daños que provoca la corrupción.
En la asunción dijo, además, que será “firme y rigurosa” contra la corrupción. Algo que algunos analistas ponen en duda.
“Sus primeros pasos fueron malos. Hay que destacar que ella no era la primera en la lista –Dodge quedó en segundo lugar en la votación interna para ser fiscal general, pero Temer la eligió a ella– y dio un discurso repleto de clichés. Hay que ver qué es lo que efectivamente hará”, dijo a la nacion Marco Villa, sociólogo y profesor de Historia de la Universidad Federal de San Carlos.
Algo es seguro –añadió Villa–, la sociedad civil va a prestar mucha atención a su trabajo.