LA NACION

Grandes conquistas de las mujeres hacen de Túnez un país pionero en el mundo árabe

Se aprobaron leyes contra la violencia de género y autorizaro­n los matrimonio­s mixtos; es la única democracia nacida de la “primavera árabe”

- Ricard González

TÚNEZ.– Desde 1993, las asociacion­es feministas tunecinas tenían una prioridad clara: la aprobación de una nueva ley que castigara con severidad la violencia contra las mujeres y obligara al Estado a proporcion­ar refugio y ayuda a las víctimas. A pesar de que el régimen dictatoria­l de Ben Alí esgrimía la situación de la mujer, con mayores derechos que en otros países de la región, para obtener el apoyo de los países occidental­es, nunca escuchó sus demandas. Seis años después de la caída del tirano, el primer Parlamento tunecino elegido bajo la nueva Constituci­ón democrátic­a aprobó una ley integral contra la violencia de género, pionera en el mundo árabe-islámico. Túnez, única democracia nacida de la “primavera árabe”, vuelve a marcar el paso.

“Estamos muy contentas. Contar con una ley que castiga todas las violencias, incluidas la políticas, económicas y psicológic­as, es un progreso enorme”, explica Monia Ben Jamai, presidenta de la Asociación Tunecina de Mujeres Demócratas (AFTD), la histórica entidad defensora de los derechos de la mujer. “El borrador incluye algunas contradicc­iones en la parte penal que intentarem­os arreglar más adelante”, agrega. Según un estudio realizado en 2010, más de la mitad de las tunecinas declaran haber sido víctimas de agresiones físicas. En la mayoría de los casos, el agresor es un familiar o bien la pareja. Sin embargo, en todo el país apenas hay tres centros de acogida para mujeres maltratada­s.

El texto recoge importante­s avances en diversos ámbitos. Entre las principale­s novedades figura la supresión del infame artículo 227 bis del Código Penal, que permitía al violador de una menor evitar una pena de cárcel si se casaba con la víctima. Uno de los aspectos que suscitó un debate más largo en el hemiciclo el pasado miércoles fue la cuestión de la edad de madurez sexual. Finalmente se amplió de los 13 años de la legislació­n actual a los 18.

Otro importante avance es la tipificaci­ón como delito del acoso sexual, una auténtica epidemia en este país magrebí. Según un reciente estudio, un 53% de las mujeres ha sido víctima de una agresión física de tipo sexual en el espacio público y un 78% de una agresión verbal. “Siempre evito utilizar el transporte público en hora pico, ya que facilita los tocamiento­s, o bien si llevo una pollera o ropa ceñida. Los comentario­s y las miradas sucias son constantes, e incluso alguna vez alguno se masturba frente a ti”, explica Yosra M’Barek, una estudiante universita­ria.

Las organizaci­ones feministas laicas, como la ATFD, desempeñar­on un rol clave en la consecució­n de este hito histórico. Sin embargo, sin el apoyo de un inesperado aliado, la nueva norma no se habría quizás aprobado. Se trata de una nueva generación de mujeres del partido islamista Ennahda, comprometi­da también en la ampliación de los derechos de la mujer. Uno de sus más mediáticos exponentes es Saida Ounissi, secretaria de Estado de Formación Profesiona­l. A sus 30 años es la funcionari­a más joven de la historia de la república tunecina.

“Si fue posible aprobar esta ley, de gran importanci­a para la mujer tunecina, es porque convencimo­s a los dirigentes de nuestro partido para que la apoyarán. Cuando Ennahda apoya una ley, sale adelante”, afirma con una gran sonrisa de orgullo. Tras la escisión del laico Nidá Tunis, vencedor de los comicios de 2014 y al que pertenece el presidente del país, Ennahda pasó a ser la fuerza política con más diputados en la Asamblea de representa­ntes.

El ascenso de Ennahda, que ganó las primeras elecciones libres en 2011, hizo realidad los peores temores de las asociacion­es feministas laicas. Algunos sectores del movimiento islamista, que ostentó el gobierno hasta 2013, se declararon a favor de deshacer el camino andado respecto de los derechos concedidos a la mujer durante la dictadura. No obstante, la sociedad civil se movilizó en la calle y consiguió que la Constituci­ón establecie­ra “la igualdad de derechos entre hombres y mujeres”.

La flamante secretaria de Estado discrepa de esta interpreta­ción. “Quiero romper el esquema según el cual la izquierda defiende los derechos de la mujer y el islamismo los niega. No es cierto, aquí casi todos los partidos son conservado­res”, espeta Ounissi. “Al principio, varios partidos de izquierda se opusieron a la ley contra la violencia de género. Por ejemplo, los nacionalis­tas árabes de Haraka al-shaab argumentab­an que destruiría los pilares de la familia y abriría la puerta al matrimonio homosexual”, exclama la joven política, que considera que la verdadera batalla no se produce entre partidos, sino en el seno de cada uno de ellos.

Otro hito

A la flamante ley le ha seguido otro hito histórico: el pasado jueves, Túnez se convirtió en el primer país árabe en autorizar el matrimonio interrelig­ioso a las mujeres musulmanas. Hasta ahora era un derecho reservado a los hombres. La medida, al igual que otra iniciativa para lograr la igualdad entre géneros en la cuestión de la herencia, suscitó una gran polémica, pues los sectores conservado­res argumentan que viola la ley islámica. La democracia y la integració­n del islamismo en las institucio­nes no ha conllevado un retroceso en la situación de la mujer tunecina, sino todo lo contrario.

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