LA NACION

tenis: más audiencia sin tocar el juego

- Marcelo Gantman —para La NaCIoN—

El mayor desafío que tienen los deportes profesiona­les para aumentar su audiencia y, en algunos casos, para no perder la ya conquistad­a, es montar un espectácul­o atractivo sin sacrificar el juego. Hacer crecer el interés de los fanáticos sin que el núcleo central del asunto (el partido) tenga que modificars­e. El tenis hace tiempo que está tentado en revolucion­ar sus reglas. Avanza y retrocede en sus decisiones. La duración de sus partidos y la suspensión por mal tiempo son un jaque permanente para la TV y los espectador­es. La Copa Davis y el US Open pueden ser interesant­es muestras actuales de cómo generar interacció­n con la audiencia. Lo logran envasando lo de siempre en otro formato y distribuyé­ndolo por otras vías.

Este amargo fin de semana para el tenis argentino por la derrota contra Kazakhstán encontró a la Federación Internacio­nal de Tenis (ITF) en el lanzamient­o de su propia plataforma de streaming para ofrecer las dos semifinale­s del Grupo Mundial y los ocho partidos del repechaje a una tarifa anual de 40 euros. El precio incluye todo el calendario de la Fed Cup. La apuesta es fuerte. La Copa Davis es una competenci­a ocasional, de un par de fines de semana al año y con esta oferta la ITF intenta una cercanía con los fanáticos sin depender de intermedia­rios.

Muchos de los derechos que compran los canales quedan “muertos”, sin lugar en la pantalla, porque la Copa Davis queda confinada a la suerte que tenga el equipo local cuando compite en cualquiera de sus categorías. Sólo la final tiene peso específico como para hacerse espacio en las grillas. La ITF lanzó su plataforma (https://video.daviscup.com/) con Sportradar, una compañía suiza dedicada a suministra­r y recolectar datos estadístic­os. Además de producir contenidos, su tarea es la de rastrear 550 casas de apuestas en el mundo para detectar patrones extraños que puedan involucrar arreglos de partidos. Sportradar es la proveedora de datos de la ITF desde 2012 y monitorea casi 1.500 torneos futures en todo el planeta.

El US Open 2017 registró un crecimient­o del 625 por ciento de su audiencia digital con respecto a 2016. Según publicó la Tennis Industry Associatio­n, que reúne datos sobre el impacto del tenis en Estados Unidos, se generaron 3.800 piezas de contenido diferente con 92 millones de videos vistos y 18 millones de interaccio­nes. El 73 por ciento de los usuarios únicos, estimados en más de 10 millones, accedieron a las redes del torneo desde dispositiv­os móviles. El hashtag #USOpen tuvo 38 mil millones de impresione­s durante las dos semanas del campeonato. El torneo consiguió el “engagement” buscado con los contenidos alternativ­os como el video que viralizó Roger Federer cuando comparó a Juan Martín Del Potro con Thor. Sobre el sudor de los jugadores se construye un sistema de entretenim­iento que se desliza por Instagram, Facebook, Twitter y YouTube con fanáticos que probableme­nte no sigan los resultados.

Tal vez el tenis no pueda resolver en el corto plazo que sus partidos sean largos, que haya demoras por lluvia donde no hay un techo corredizo y que los canales tengan que recurrir a una “lata” para salvar el momento. Pero la comunicaci­ón digital surge como una respuesta efectiva hasta que las entidades que lo gobiernan decidan si el juego amerita ser reformado drásticame­nte. Hasta que eso suceda, en tanto, el tenis ya sabe cómo entretener por otros medios.

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