LA NACION

pretendo que estén los mejores –¿Se podría haber actuado de otra manera?

- Texto Sebastián Torok enviado especial | Foto Rodrigo Néspolo

A STANA, Kazakhstán.– El mundo de los aeropuerto­s es un torbellino. Sus habitantes de turno lucen apurados y cansados. Con equipajes enormes o simples bolsos de mano, todos entran en la misma vorágine. Anuncios de vuelos que llegan, avisos desesperad­os de puertas de aviones que se cierran. Son las tres de la mañana del lunes en la capital kazaka, a esa hora el aeropuerto Nursultán Nazrabáyev (presidente del país desde 1991) está súper activo, y Armando Cervone, presidente de la Asociación Argentina de Tenis (AAT), está por tomarse un vuelo a Londres para llegar al sorteo del cuadro de la Copa Davis 2018, que se realizará mañana. La mirada del dirigente tiene un aire melancólic­o. No es para menos: hace tan sólo diez meses la Argentina conquistab­a la Ensaladera en Croacia y ahora, a 16.000 kilómetros de nuestro país, se chocó con un descenso de categoría totalmente fuera de los planes, luego de caer ante un rival con poca tradición tenística como Kazakhstán.

Cervone saluda al capitán Daniel Orsanic y al resto de la delegación que, casi al mismo momento, abordará un avión de otra compañía rumbo a Buenos Aires. Inmediatam­ente, el presidente de la AAT se cruza con la nacion y, antes de volar rumbo a Gran Bretaña, deja algunos conceptos. “Frustrado no es la palabra justa. Estoy triste. Esto es deporte, hay que pensar para adelante y tomarlo como un resultado deportivo. El año pasado nos salió todo bien, este año fue al revés. Agridulce es el sabor que me quedó. Por un lado uno trata de entender a los ausentes. Por el otro, uno siempre pretende que los mejores estén representa­ndo al país. Lo hablábamos con la misma gente de Kazakhstán después del partido. ‘Ustedes dieron mucha ventaja con tres finalistas de Copa Davis ausentes’, me dijo el presidente de la federación kazaka [el millonario Bulat Utemuratov]. Y le dije que tenía razón, pero que también ellos jugaron muy bien”, narra Cervone, acompañado por Celia, su esposa.

–Yo creo que siempre se puede hacer otra cosa. Considero que las cosas se podrían haber elaborado de otra manera, inclusive, desde principio de año o hasta de diciembre pasado, después de ganar la Copa. Porque teníamos un año positivame­nte importante en términos de localía. Tenemos que hacer una autocrític­a, me hago cargo. También es verdad que para los jugadores, haber logrado lo que lograron el año pasado, significó un viraje racional que hacía muy difícil que estuvieran pensando nuevamente en un compromiso de Copa Davis. Pienso que a lo mejor uno podría haber intentado un poco más. Pero tampoco se puede transforma­r en una discusión todo el esfuerzo que hicieron para ganar la Davis. Dieron muchísimo. A lo mejor, hubiéramos ganado en Kazakhstán y no estaríamos hablando de los ausentes. Pero, insisto, si me pregunta, yo siempre pretendo que estén los mejores jugadores... Pero también hay que entender cuando no están. Este fin de semana yo veía los partidos y uno se da cuenta de lo que significa para los chicos el desafío de la Copa Davis: es un desgaste tremendo. Mañana van a jugar en San Petersburg­o o en Francia, pierden un partido y no pasa nada. En cambio, vienen a la Davis y todo el mundo está atento a lo que pueda pasar. Es complejo lo que se siente. Entonces, hay que entenderlo­s. Son profesiona­les, viven de esto y toman sus decisiones. –Orsanic manifestó que en las próximas semanas decidirá si continúa como capitán, pero todo indica que seguirá en el cargo. –Por supuesto, tiene el total apoyo de la dirigencia. Él y todo el cuerpo técnico. Siempre respaldamo­s todas sus decisiones y lo seguiremos haciendo. Daniel es nuestro capitán. En ese sentido no hay dudas. –¿Cuánto puede influir el golpe deportivo en el aspecto económico?

–Pienso que poco. Diría que hasta en nada. Una de las cosas en la que estamos trabajando desde hace tiempo es en no ser totalmente dependient­es de la Copa Davis. Fue muy bueno que a Kazakhstán haya venido nuestro agente comercial [el ex rugbier Rodrigo Roncero, de la empresa Play Patagonia, la comerciali­zadora de la AAT], como para que viera un poco la problemáti­ca y así pensar en lo que viene. Estamos trabajando en una cantidad de proyectos muy importante­s para 2018 y entendemos que económicam­ente vamos a estar bien. Los contratos que tenemos están vigentes. Por supuesto que se frustran algunas cosas por no poder organizar una Copa Davis en febrero, por ejemplo. Pero también hay que pensar que hoy en día en la Argentina armar un evento de Copa Davis tiene un costo altísimo. Tenemos que apuntar a tener disponible el Parque Roca en el futuro.

Por los altoparlan­tes se anuncia el embarque del vuelo de Cervone y la charla debe interrumpi­rse. La historia seguirá. Es el momento de poner la mente fría, hacer un balance general, sacar conclusion­es y actuar.

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