Una carrera esforzada hacia la cima
Casualidad o no, los dos principales directores sudamericanos que trabajan en el Hollywood actual se hicieron conocidos subiendo cortometrajes a Youtube: el argentino andy Muschietti, con Mamá, en 2008, y el uruguayo Fede Álvarez, con Ataque de
pánico, un año después. ambos ya llevan dos éxitos de crítica y público dentro del género de terror: Muschietti, con el largometraje inspirado en aquel relato breve y ahora con
It; y Álvarez. con Posesión infernal y No respires. Las coincidencias siguen: el bonaerense fue apadrinado para su ingreso al universo de los grandes estudios norteamericanos por un realizador consagrado como el mexicano Guillermo del toro y, el montevideano, por sam raimi.
La de Muschietti fue una carrera esforzada hasta la cima (no es una frase antojadiza, ya que It lleva dos semanas como la película más taquillera en todo el mundo y batiendo varios récords históricos). se formó en la Universidad del Cine, donde se hizo amigo de directores como pablo Fendrik y pablo trapero; fue asistente en el rodaje de Evita, de alan parker, filmó en la boca el corto nostálgico y futbolero
Nostalgia en la mesa 8, que integró el programa de Historias breves III (1999); se radicó en barcelona y Madrid poco antes de la crisis de 2001 y pasó 15 años dirigiendo comerciales en su agencia de publicidad. Hasta que le llegó (quizás más tarde de lo que pensaba, pero en un ámbito al que muy pocos acceden) la posibilidad de debutar en Hollywood.
precisamente la “gimnasia” de haber hecho tantos comerciales le permitió filmar en un idioma que no es el suyo y mostrar no sólo un gran profesionalismo y conocimiento técnico, sino también una ductilidad para, por ejemplo, trabajar (y muy bien) con niños y adolescentes tanto en Mamá, que tuvo como protagonista a una estrella como Jessica Chastain, como en It, donde hay ecos de Cuenta conmigo, de la serie Stranger Things y de las películas de John Hughes. aunque no descarta rodar alguna vez en la argentina un proyecto pendiente, como Mandinga, hoy Muschietti está en el centro de la escena porque no sólo cumplió con creces el desafío de adaptar una de las novelas más populares de stephen King sobre el siniestro payaso pennywise y unos queribles niños “perdedores”, sino que además podría con la segunda parte de la que hoy todos hablan construir una saga multimillonaria.
tiene 44 años y apenas dos largometrajes, pero un presente envidiable y –ya no quedan dudas– un futuro más que promisorio.